Omicrono

EEUU y Rusia reactivan el teléfono rojo en una nueva era de guerra fría tecnológica

20 junio, 2013 10:58

El convulso siglo XX vivió muchas épocas en las cuales parecía que la humanidad estaba mas cerca de su destrucción que de la añorada utopía que muchos querían. La llamada Guerra Fría, aunque con un número ínfimo de bajas comparada con otras guerras “de verdad”, fue probablemente el periodo mas tenso de la Historia. Las dos grandes superpotencias tenían un dedo puesto en el lanzador de misiles nucleares, conscientes de que cualquier malentendido acabaría con la vida en la Tierra como la conocemos. Para evitarlo se creó el coloquialmente conocido como “teléfono rojo”, una comunicación directa entre los gobiernos de EEUU y la USSR para usar en caso de emergencia.

Afortunadamente, con la perestroika la nueva Rusia y los Estados Unidos acabaron enterrando el hacha y eliminando esa amenaza, al menos por el momento. Pero los tiempos han cambiado, y el ser humano, que de hacerse daño sabe un rato, ha encontrado otra manera de provocar destrucción, aunque esta no traiga consigo una explosión. Estamos hablando de los ataques informáticos, de los hackers y del espionaje de élite. Ahora hay otra gran potencia que se suma a la situación, China, y de nuevo el mundo empieza a tener miedo de lo que pasaría si a alguno de los actores se le fuese la mano.

En ese sentido hay que entender la reactivación de las comunicaciones entre EEUU y Rusia con motivo de ataques informáticos. Esta línea conectará los gabinetes encargados de la ciber-seguridad de los respectivos gobiernos, y se usará para aclarar malentendidos y para sincronizarse en caso de hackeos o intromisiones en sus sistemas. Todo ello con el objetivo de evitar las venganzas y las represiones, que conllevarían un escalamiento de la situación que acabaría con serios daños en ambas partes.

Y es que en la actualidad un ataque informático puede ser tan destructivo en términos económicos como una bomba atómica, y, aunque no provoca tantos muertos al principio, está claro que la población no saldría indemne si una institución importante como las bolsas son atacadas.

De nuevo, entramos en una época en la que la artillería (en este caso virtual) se apunta mutuamente, en un impassé que nos pone a todos de los nervios. Esperemos que termine como la última vez.

Fuente | TechWeekEurope