La princesa Leonor a bordo del PC-21 en su vuelo de suelta

La princesa Leonor a bordo del PC-21 en su vuelo de suelta Casa de Su Majestad el Rey

Observatorio de la Defensa

La princesa 'Top Gun', la instrucción acelerada de la princesa Leonor para pilotar el Pilatus PC-21 en tres meses

La princesa se ha puesto en solitario a los mandos del Pilatus en la Base Aérea de San Javier (Murcia), tras completar la formación básica de vuelo.

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Las claves

La princesa Leonor ha completado su primer vuelo en solitario ('suelta') a bordo del avión de instrucción Pilatus PC-21 tras tres meses de formación en la Academia General del Aire.

Su instrucción incluyó fases teóricas, más de 50 horas en simuladores y un número similar de horas de vuelo real para garantizar su seguridad y preparación.

El Pilatus PC-21 es uno de los entrenadores más avanzados del mundo, con alta eficiencia operativa y tecnología moderna, consolidándose como referente en la formación de pilotos.

España es el principal operador mundial del Pilatus PC-21, con 38 unidades, que han reemplazado al veterano C-101 en la formación básica y avanzada de pilotos militares.

Tras completar su formación en el Ejército de Tierra y la Armada, la princesa Leonor emprendió su formación en la Academia General del Aire el pasado 1 de septiembre.

Tras algo más de tres meses de instrucción, Casa Real informó este viernes que la princesa ya ha realizado su 'suelta'. En jerga aeronáutica, se trata del primer vuelo en solitario de un alumno piloto.

Lo ha hecho a bordo del avión de instrucción de referencia, el Pilatus PC-21, desde la Base Aérea de San Javier (Murcia) donde también se encuentra la Academia General del Aire.

La instrucción militar comenzó con varias semanas de una fase teórica con el fin de proporcionar una base de fundamentos aéreos sólida.

Una vez superada esta etapa, que según el Ejército del Aire y del Espacio ha durado alrededor de un mes, la princesa Leonor dio el salto a los simuladores.

Este tipo de tecnología, que replica de forma exacta la aeronave con la que ha realizado su primer vuelo en solitario, es elemental para cualquier alumno piloto.

Gracias a los simuladores se consigue acelerar la formación relativa a la plataforma y a sus sistemas, que no por ser un avión de instrucción básica es una tecnología sencilla.

Según explicaron fuentes del Ejército del Aire y del Espacio a este medio, la formación dentro de los simuladores ha superado las 50 horas.

El proceso está diseñado para que los alumnos adquieran, paso a paso, la seguridad necesaria en cabina.

De esta forma, la princesa Leonor primero ha entrenado en simuladores básicos, denominados CPT (Cockpit Procedures Trainer), para luego avanzar a los FTD (Flight Training Devices).

El primero está enfocado en la enseñanza de los instrumentos de vuelo, su colocación dentro del avión y procedimientos elementales. Mientras que el segundo se trata de un simulador completo que permite recrear fielmente todo tipo de situaciones.

Precisamente, la posibilidad de experimentar con cualquier meteorología o problemas a bordo hacen de los simuladores una herramienta fundamental para la formación de vuelo.

"Estos últimos ofrecen visión de 180 grados y una réplica exacta de la cabina, donde los instructores pueden recrear tanto vuelos rutinarios como situaciones de emergencia", explicaron.

Una vez superada esta fase, la princesa Leonor ha acumulado un número similar de horas de vuelo real en la aeronave PC-21 hasta llegar a la suelta.

En este sentido, desde el Ejército del Aire han explicado a este periódico que el proceso para convertirse en piloto se extiende durante dos años y medio para un alumno que siga la carrera de piloto estándar.

Pilatus, el nuevo avión

El Pilatus PC-21 se sitúa entre los entrenadores más avanzados de su categoría.

Concebido para formar a las nuevas generaciones de pilotos dentro de un entorno tecnológicamente exigente, este turbohélice de altas prestaciones ha logrado consolidarse en la última década como un referente internacional.

No es casualidad que fuerzas aéreas como las de Suiza, Arabia Saudí o Australia lo hayan incorporado a sus programas de instrucción básica y avanzada.

En el caso del Ejército del Aire y del Espacio, España se ha convertido en el principal operador mundial del modelo, con una flota de 38 aeronaves.

Las primeras 22 unidades llegaron entre 2021 y 2022, marcando el relevo del veterano C-101, mientras que una segunda fase de adquisición amplió la cifra con otros 16 aparatos para completar el sistema de enseñanza.

La gran virtud del PC-21 radica en su eficiencia operativa. Permite ofrecer un programa de adiestramiento completo —desde los primeros vuelos hasta fases próximas al entrenamiento en reactores— con un coste mucho menor que el de un avión a reacción.

No solo se trata de ahorro en combustible: el empleo de un motor turbohélice simplifica el mantenimiento y reduce drásticamente los gastos asociados.

El PC-21 está configurado habitualmente para dos tripulantes, instructor y alumno, con un peso en vacío cercano a las dos toneladas.

Su masa máxima al despegue asciende a 4.250 kilogramos, o a 3.100 si la misión requiere maniobras acrobáticas.

El corazón del sistema es un motor Pratt & Whitney Canada PT6A-68B, capaz de entregar 1.600 caballos de potencia.

Diagrama del Pilatus PC-21 del Ejército del Aire y el Espacio

Diagrama del Pilatus PC-21 del Ejército del Aire y el Espacio Lina Smith / Ejército del Aire / Pilatus Aircraft Omicrono

Se trata de un clásico de la ingeniería aeronáutica, diseñado en los años sesenta y perfeccionado hasta hoy, que también impulsa otros entrenadores como el Embraer EMB-314 Super Tucano.

Gracias a esta planta motriz, el PC-21 puede alcanzar una velocidad máxima próxima a los 685 km/h y una autonomía de vuelo de alrededor de 1.300 kilómetros.

Un equilibrio entre prestaciones y sostenibilidad que lo ha convertido en la joya de la corona del aula voladora del Ejército del Aire y del Espacio.