El edificio Berlaymont, la sede de la Comisión Europea en Bruselas

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Observatorio de la Defensa

Bruselas impulsa la autonomía militar europea con más de 1.000 millones de euros para el Fondo Europeo de Defensa en 2026

La Comisión Europea subraya que el objetivo es reducir dependencias externas, acelerar la innovación y dotar a los Estados miembros de capacidades interoperables.

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Las claves

La Comisión Europea destinará más de 1.000 millones de euros al Fondo Europeo de Defensa en 2026 para reforzar la autonomía militar de la UE.

El presupuesto financiará proyectos de investigación y desarrollo militar en 16 áreas estratégicas, incluyendo defensa aérea, ciberdefensa, inteligencia artificial y protección de infraestructuras críticas.

Entre los proyectos destacados figuran contramedidas frente a vehículos hipersónicos, plataformas navales semi-autónomas y el desarrollo del futuro carro de combate principal europeo.

El programa fomenta la participación de pymes y centros de investigación, y busca complementar los programas nacionales mediante la cooperación transfronteriza e innovación tecnológica.

La Comisión Europea ha aprobado el programa de trabajo del Fondo Europeo de Defensa (EDF) para 2026, que movilizará más de 1.005 millones de euros para proyectos conjuntos de investigación y desarrollo militar.

La iniciativa supone un nuevo paso para reforzar la autonomía estratégica y la base industrial y tecnológica de defensa de la Unión Europea en un contexto de creciente inestabilidad internacional

Del total del presupuesto, 676 millones de euros se destinarán al desarrollo de capacidades militares y casi 330 millones a investigación. Bruselas subraya que el objetivo es reducir dependencias externas, acelerar la innovación y dotar a los Estados miembros de capacidades interoperables y adaptadas a conflictos de alta intensidad, marcados por la guerra en Ucrania, el auge de las amenazas híbridas y la competencia tecnológica global.

Desde la Comisión advierten de que la UE se enfrenta a un entorno de seguridad cada vez “más complejo e imprevisible”, lo que obliga a asumir “una mayor responsabilidad en su propia defensa”.

El programa se alinea así con la Estrategia Industrial Europea de Defensa y el Libro Blanco de la Preparación de la Defensa Europea 2030, que apuestan por una Europa “más autónoma, resiliente y capaz de actuar”.

Dieciséis áreas estratégicas

El EDF 2026 articulará su financiación en 16 áreas estratégicas que cubren todo el espectro militar: defensa aérea y antimisil; combate terrestre, naval y aéreo; ciberdefensa; espacio; transformación digital; sensores avanzados; inteligencia artificial; guerra submarina; simulación y entrenamiento; y tecnologías disruptivas.

A estas se suman nuevas prioridades como la resiliencia energética, la transición ambiental aplicada al ámbito militar y la protección de infraestructuras críticas, con especial atención al fondo marino.

Esta arquitectura busca, según la Comisión, “superar la fragmentación del mercado europeo de defensa y consolidar una base tecnológica e industrial verdaderamente integrada”.

De lo hipersónico al carro de combate europeo

Entre los proyectos más destacados que recibirán financiación en 2026 sobresalen las nuevas contramedidas frente a vehículos hipersónicos planeadores, orientadas a reforzar las capacidades de detección e interceptación en defensa aérea y antimisil.

También se impulsará el desarrollo de plataformas navales semi-autónomas para operaciones en zonas litorales y de sistemas avanzados para proteger infraestructuras submarinas críticas, una prioridad creciente tras los recientes incidentes registrados en cables y gasoductos europeos.

Uno de los pilares del programa es el futuro carro de combate principal europeo (MBT), concebido como el núcleo de las capacidades terrestres de la UE en las próximas décadas.

El proyecto, dotado con 125 millones de euros en 2026, persigue una nueva generación de carros con protección multispectral, mayor letalidad, movilidad avanzada y capacidad para operar con tripulaciones reducidas o incluso no tripuladas, adaptadas a un campo de batalla dominado por drones, sensores y armas de precisión.

El EDF también impulsará la integración de receptores Galileo PRS en sistemas de armas y centros de mando, el desarrollo de redes tácticas seguras basadas en tecnologías cuánticas, sistemas de guerra electrónica cognitiva con inteligencia artificial, y soluciones energéticas de alto rendimiento, incluidas tecnologías basadas en hidrógeno, en línea con el concepto de “militar verde”.

Pymes, innovación y cooperación europea

El programa mantiene una apuesta explícita por las pymes y los centros de investigación, con convocatorias específicas y mecanismos de aceleración para tecnologías disruptivas.

Además, una parte relevante de los proyectos se integra en la plataforma STEP, destinada a impulsar tecnologías críticas como la inteligencia artificial, el ámbito digital, el espacio y las biotecnologías aplicadas a la defensa.

Desde Bruselas insisten en que el Fondo Europeo de Defensa no pretende sustituir los programas nacionales, sino “complementarlos y multiplicar su impacto mediante la cooperación transfronteriza”.

Con esta nueva inyección financiera, la UE consolida al EDF como uno de los principales instrumentos de transformación militar del continente, en un momento en el que la seguridad europea ha dejado de ser un escenario hipotético para convertirse en una prioridad estratégica inmediata.