Efectivos del Ejército del Aire en el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE) EA
Proyecto NEMO: España estudia el desarrollo de un satélite 'policía del espacio' para proteger los sistemas en órbita
La fuerza aérea española, responsable también de la vigilancia del espacio, tiene varios proyectos tecnológicos sobre la mesa.
Más información: España mejora su capacidad de detectar aviones furtivos, drones y misiles balísticos con un nuevo radar en Lanzarote
Ejército del Aire... y del Espacio. La fuerza aérea está decidida a darle valor a la segunda parte de su nombre, que ostenta desde junio de 2022, y por el cual ya no se limita a vigilar y controlar 24/7 todo lo que sucede en el espacio aéreo español sino también lo que ocurre mucho más arriba.
Al respecto, el jefe de la institución, general del aire Francisco Braco, ha destacado en un encuentro con periodistas esta última semana que una gran parte de los cerca de 1.800 militares que el Ejército del Aire prevé incorporar hasta 2029 serán formados como especialistas en el espacio.
Esta estrategia responde a la importancia que como dominio militar ha adquirido todo lo que está más allá de la atmósfera, donde los países poseen numerosos activos indispensables para el día a día en la superficie terrestre. Esta relevancia los convierte en un blanco tentador para el enemigo, que también está presente en el espacio.
"Hay armas en el espacio y a esa situación hay que hacerle frente", ha afirmado Braco. "Pero no pensemos en misiles, un arma es un satélite que aplica medidas electromagnéticas para neutralizar las capacidades de los satélites tanto de comunicaciones como de observación".
Por esta razón, el Jema ha puesto énfasis en el proceso de actualización de sistemas y equipos que está llevando a cabo el Ejército, con varios programas sobre la mesa y otros a punto de ver la luz.
Una de estas iniciativas está relacionada con lo que en la fuerza aérea denominan proyecto NEMO: el desarrollo de un "satélite policía del espacio", cuya misión será asegurar la integridad de los sistemas que orbitan la Tierra y protegerlos de cualquier ataque.
Sin embargo, por el momento se desconocen las capacidades concretas con las que deberá contar esta nave. "Estamos trabajando en el documento de necesidades operativas de este futuro satélite", ha asegurado Braco.
Interior del centro de operaciones de COVE en Torrejón de Ardoz (Madrid)
Lo que sí se sabe es que, de llegar a materializarse, el sistema estará destinado a defender los satélites alojados en órbitas bajas, es decir, no más allá de los 2.000 kilómetros sobre la superficie terrestre. Según han adelantado desde el Ejército del Aire, este satélite policía estará integrado en el futuro Escudo Espacial Europeo, ideado por la UE para coordinar las diferentes capacidades de vigilancia de los países miembros.
Además, con el propósito de mejorar la conciencia situacional espacial, el jefe del Ejército del Aire ha adelantado que se está trabajando en una red de observatorios robóticos. "También estamos iniciando el proceso para adquirir un radar de seguimiento espacial y un simulador de mecánica orbital", ha agregado.
Sistema de conocimiento y control
El Mando del Espacio (MESPA) tendrá un papel predominante en el diseño del NEMO. El MESPA, creado en 2023, tiene como cometido constituir, de forma rápida y eficaz, las estructuras necesarias para la realización de operaciones militares en el espacio.
"Su personal tiene una presencia internacional en todos los foros de países aliados y mantiene relaciones con otros mandos espaciales dentro de la OTAN. También en la Agencia Espacial Española, donde la dirección de seguridad está mandada por un oficial general del Ejército del Aire", ha detallado Braco.
Durante su comparecencia, el general ha destacado la reciente recepción del nuevo Sistema de Conocimiento y Control de la Situación Espacial (CCSE), desarrollado por la empresa GMV. El CCSE es operado por el Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), dependiente del MESPA.
Entre las principales funcionalidades del sistema destacan el cálculo y propagación orbital, la generación y mantenimiento de un catálogo de objetos espaciales, la predicción de reentradas atmosféricas, la planificación de campañas de observación, el cálculo de sobrevuelos, el análisis de degradación de señales GNSS y el procesado de datos de meteorología espacial.
Sobresale también la capacidad del sistema de procesamiento de datos de sensores de vigilancia espacial, como es el caso del radar español S3TSR, ubicado en la Base Aérea de Morón (Sevilla).