Donald Trump y Keir Starmer durante la rueda de prensa en Chequers. EFE
Trump afirma que EEUU quiere recuperar la base afgana de Bagram, controlada por los talibanes desde 2021
Una de las razones argumentadas por Trump es que la base "está a una hora de donde China fabrica sus armas nucleares"
Más infomación: EEUU se retira de Bagram, su principal base militar en Afganistán: las fuerzas afganas toman su control
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha asegurado este jueves que su país está intentando recuperar el control de la base aérea afgana de Bagram, por su interés estratégico.
Trump, aprovechó su visita de Estado al Reino Unido para anunciar su intención de recuperar la base de Bagram, en Afganistán, que Washington abandonó en 2021 tras casi dos décadas de presencia militar.
Durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro británico, Keir Starmer, Trump calificó de “desastre total” la salida apresurada de las tropas estadounidenses y de sus aliados occidentales del país asiático, con la Administración Biden. A su juicio, aquella retirada debilitó la posición estratégica de Estados Unidos en la región y favoreció a potencias rivales.
“Estamos tratando de recuperarla porque ellos necesitan cosas de nosotros. Una de las razones por las que la queremos de vuelta es que está a una hora de donde China fabrica sus armas nucleares”, declaró ante los medios.
Las palabras de Trump reavivan el debate sobre el papel de Bagram, considerada durante años un enclave vital para las operaciones militares estadounidenses en Asia Central. Y bajo control talibán, aunque prácticamente en desuso, desde la citada salida estadounidense.
Durante las dos décadas de conflicto, Bagram funcionó como el centro neurálgico de las operaciones de Estados Unidos y la OTAN. Su ubicación, al norte de Kabul y en una zona relativamente segura, la convertía en un punto privilegiado para coordinar tanto acciones defensivas como ofensivas.
Desde allí partían numerosos ataques aéreos dirigidos contra los talibanes y otros grupos insurgentes, lo que permitió a Washington mantener presión constante sobre sus adversarios.
Además de su valor militar, la base de Bagram se convirtió en el mayor centro logístico de Afganistán, equipada con pistas para aviones de transporte pesado, depósitos de armamento, modernos centros médicos e instalaciones para miles de soldados extranjeros.
Con el tiempo, llegó a funcionar como una auténtica ciudad fortificada que representaba el poder y la magnitud del despliegue militar estadounidense en el país.
Cuando en 2021 Washington decidió acelerar su retirada, la entrega de Bagram al ejército afgano fue vista como un gesto decisivo: significaba la caída del último bastión militar de gran envergadura con el que contaban las fuerzas internacionales.
Sin embargo, la incapacidad de las fuerzas afganas para mantener el control de la base reflejó la fragilidad del aparato de seguridad local.
La caída de Bagram, seguida poco después por la toma de Kabul por parte de los talibanes, simbolizó el abrupto final de la intervención estadounidense y el fracaso de dos décadas de esfuerzos por estabilizar el país.