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El maestro de educación física Gennady Starunov, galardonado en 2022 como el "Profesor del Año" en Moscú, ha fallecido mientras combatía en la guerra de Ucrania, según confirmó el 21 de julio la dirección de su centro escolar.

Starunov, de 35 años, impartía clases en la Escuela Marshal Chuikov de Moscú antes de ser movilizado por el Ejército ruso en octubre de 2022, como recoge The Kyiv Independent.

Su muerte, sin detalles sobre el lugar o las circunstancias, ilustra la extensión del esfuerzo bélico del Kremlin, que desde hace más de dos años envía a las trincheras no solo a soldados de carrera, sino también a civiles condecorados.

Tras su movilización, Starunov alcanzó el rango de sargento menor y en enero de 2023 ya recibía instrucción militar en una base en Bielorrusia junto a otros reservistas, según reveló el medio independiente ruso Meduza.

Pese a su perfil como educador, Starunov se convirtió en una figura activa de propaganda: mantenía un canal en Telegram, “Notas desde el frente”, en el que narraba su experiencia en combate y respaldaba sin ambages la invasión rusa.

En mayo de 2025, apenas dos meses antes de su muerte, el propio presidente Vladímir Putin lo recibió en persona.

Durante ese encuentro, el mandatario le agradeció su “labor importante tanto en el frente como en las redes sociales”, un reconocimiento que consolidaba su rol como símbolo del compromiso patriótico que el Kremlin intenta fomentar entre la ciudadanía.

Víctimas ejemplares

La muerte de Starunov se inscribe en una larga lista de bajas rusas en Ucrania, que ya supera los 119.000 soldados identificados por medios independientes hasta el 17 de julio de este año.

La cifra real podría ser considerablemente mayor: el Estado Mayor ucraniano estima que más de un millón de militares rusos han muerto o resultado heridos desde el inicio de la invasión a gran escala, el 24 de febrero de 2022.

Estas cifras, aunque disputadas por Moscú, coinciden en términos generales con las valoraciones de los servicios de inteligencia occidentales.

El caso de Starunov refleja la naturaleza cada vez más total de la guerra que libra Rusia. No se trata solo de soldados profesionales o mercenarios como los del grupo Wagner.

También han sido movilizados funcionarios, médicos, empleados públicos e incluso figuras galardonadas del mundo educativo.

La condecoración que recibió como “Profesor del Año” en Moscú no impidió que acabara en el frente, convertido en un engranaje más del aparato militar.

Bielorrusia en guerra

El entrenamiento de Starunov en una base bielorrusa también subraya el rol logístico que desempeña Bielorrusia como aliada de Moscú.

Aunque no ha enviado tropas directamente, el régimen de Aleksandr Lukashenko ha permitido que miles de soldados rusos utilicen su territorio para maniobras y formación, consolidando un eje de cooperación militar que preocupa a los vecinos de la región.

La figura de Starunov ha sido instrumentalizada por la maquinaria de comunicación del Kremlin, que continúa promoviendo relatos de heroísmo individual para sostener el apoyo popular a una guerra cada vez más impopular en las ciudades.

Su perfil en redes, sus encuentros con Putin y su rol como educador patriótico forman parte de esa narrativa que busca reafirmar la idea de que la invasión no solo es legítima, sino necesaria para proteger los valores rusos.

Mientras tanto, las familias rusas siguen recibiendo notificaciones de defunción en silencio. La historia de Gennady Starunov es una más, pero también un recordatorio de que ni los premios ni el prestigio civil bastan para escapar al reclutamiento en tiempos de guerra.