Juan Sanhermelando María Vega

El mundo ha entrado en una "nueva era de hipercompetitividad", marcado por las "rivalidades regionales" y en el que algunas grandes potencias (léase China y Rusiaestán dispuestas "a hacer lo que sea con tal de ganar influencia, ya se trate de prometer vacunas y proporcionar créditos a elevados intereses, o de recurrir a las armas pesadas y la desinformación". Este es el crudo diagnóstico que ha hecho este miércoles Ursula von der Leyen del nuevo orden mundial tras la debacle de Afganistán durante el discurso sobre el estado de la Unión.

En este contexto de polarización creciente, la UE necesita relanzar su propia defensa común con el fin de garantizar su autonomía estratégica y poder intervenir allí donde Estados Unidos o la OTAN no desean adentrarse. "Europa puede (y claramente debería) ser capaz y estar dispuesta a hacer más por su cuenta", sostiene la presidenta de la Comisión. Una mayor independencia que en su opinión es plenamente compatible con la Alianza Atlántica.

En este sentido, Von der Leyen ha anunciado la convocatoria junto con el presidente francés, Emmanuel Macron, de una cumbre extraordinaria de jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete con el fin de relanzar la Unión Europea de la Defensa. El encuentro tendrá lugar durante el primer semestre de 2022, coincidiendo con la presidencia de turno francesa de la UE. "Ha llegado la hora de que Europa pase al siguiente nivel", ha explicado.

A su juicio, el principal problema ahora no es definir la dotación de un posible Ejército europeo, sino en desarrollar en la UE una voluntad de actuar de forma colectiva, que en el pasado nunca ha existido. "En las últimas semanas, ha habido muchas discusiones sobre fuerzas militares. Sobre qué tipo y cuántas necesitamos: batallones o fuerzas de entrada rápida. Esto es sin duda parte del debate y creo que será parte de la solución. Pero el problema más importante es por qué esto no ha funcionado en el pasado", ha dicho la presidenta.

"Podemos tener las fuerzas más avanzadas del mundo, pero si nunca estamos dispuestos a utilizarlas, ¿para qué sirven? Lo que nos ha retenido hasta ahora es la falta de voluntad política. Y si desarrollamos esa voluntad política, hay mucho que podemos hacer a nivel de la UE", asegura Von der Leyen. En concreto, los Veintisiete deberían concentrarse en mejorar la cooperación en materia de inteligencia, reforzar la interoperabilidad entre los equipos militares y desarrollar una política europea de ciberdefensa. 

La OTAN rechaza un Ejército europeo

El fiasco en Afganistán, donde los europeos fueron incapaces de garantizar la seguridad del aeropuerto de Kabul tras la marcha de Estados Unidos, ha relanzado el debate sobre la creación de un Ejército europeo. El jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, ha propuesto poner en marcha una fuerza de intervención rápida multinacional dotada con 5.000 soldados. Sin embargo, los europeos siguen profundamente divididos en cuestiones de defensa.

Y es que en materia de seguridad y defensa, la UE está dividida en tres bandos. En primer lugar están los Estados miembros que apuestan decididamente por la soberanía europea, como Francia o España. Otros dan más importancia a la cooperación con la OTAN y a la relación transatlántica con EEUU, como Alemania o los países de la Europa Central y del Este. Finalmente, hay un grupo de países neutrales como Austria, Finlandia o Malta. Esta división dificulta cualquier avance en la creación del Ejército europeo. 

Además, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha manifestado su oposición a un Ejército europeo. "Cualquier intento de debilitar el vínculo entre Europa y Estados Unidos no sólo debilitará a la OTAN, sino que dividirá a la propia Europa", ha dicho Stoltenberg en una entrevista en el New York Times.

"Hemos presionado a los aliados europeos para que hagan más en defensa, pero no como alternativa sino como parte de la OTAN. Cualquier intento de establecer estructuras paralelas, de duplicar la estructura de mando, debilitará nuestra capacidad de trabajar juntos porque con recursos escasos debemos evitar la duplicación", sostiene Soltenberg.

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