Bruselas

El caos del brexit se parece cada vez más a la crisis de deuda de Grecia. Deliberaciones parlamentarias interminables, votaciones repetidas, apaños provisionales que estallan en mil pedazos apenas días después de haberse acordado tras jornadas maratonianas de negociaciones y múltiples cumbres de emergencia que sólo sirven para aplazar las soluciones hasta el siguiente encuentro.

El próximo Consejo Europeo extraordinario ya se ha convocado para el miércoles 10 de abril. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete deben decidir qué hacer después de que el Parlamento británico haya rechazado este viernes por tercera vez el acuerdo de divorcio que Bruselas firmó con Theresa May. La fecha del brexit, que durante dos años estuvo fijada para el 29 de marzo, se ha trasladado ahora al 12 de abril.

Tras el voto negativo de Westminster, los escenarios posibles se han reducido básicamente a dos: o bien un brexit a las bravas sin acuerdo el 12 de abril; o bien una prórroga larga, de entre uno y dos años, para que Reino Unido se replantee su estrategia. Una extensión que obligaría a Londres a participar en las elecciones europeas que se celebran entre el 23 y el 26 de mayo y a enviar de nuevo 73 eurodiputados a Estrasburgo tres años después de la celebración del referéndum.

Fiel a su fama de resistente, Theresa May parece empecinarse en una tercera alternativa: someter a votación su acuerdo de divorcio por cuarta vez antes de la cumbre del 10 de abril. ¿Podría funcionar? Lo cierto es que muchos euroescépticos radicales como Boris Johnson o Jacob Rees-Mogg han cambiado este viernes de bando y han apoyado a la primera ministra por miedo a que no haya brexitEl margen de la derrota se ha ido reduciendo de 230 votos en la primera votación a 149 votos en la segunda y 58 en la tercera. Pero los unionistas irlandeses de la DUP, de cuyos votos depende el Gobierno británico, se mantienen firmes en su rechazo al Acuerdo de Retirada.

Los líderes europeos esperan que Theresa May, si es que sigue como primera ministra, les informe sobre el camino a seguir antes de la cumbre del 10 de abril. Aunque durante las negociaciones del brexit los Veintisiete han mantenido una unidad a prueba de bombas que nadie esperaba, a medida que se acerca la hora de la verdad comienzan a emerger fracturas importantes.

El Parlamento británico rechaza por tercera vez el plan de May para el Brexit

Los que defienden una prórroga larga

¿Debe la UE conceder una prórroga larga si Londres la pide o es mejor forzar un brexit sin acuerdo el 12 de abril que por fin acabe con la incertidumbre? El principal defensor de la primera opción es el propio presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que aún sueña con que Reino Unido acabe quedándose en la UE.

"No podemos traicionar a los 6 millones de personas que firmaron la petición para revocar el artículo 50, o al millón de personas que se han manifestado por un segundo referéndum, o a la creciente mayoría de gente que quiere quedarse en la UE", dijo Tusk el miércoles en un apasionado discurso en la Eurocámara.

Aunque no se soportan, el principal aliado de Tusk en esta materia es el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. "Estamos abiertos a ampliar el proceso", ha dicho este viernes Morawiecki tras reunirse con el negociador de la UE, Michel Barnier. "Seis, nueve o doce meses son opciones aceptables para nosotros, porque queremos que Reino Unido se quede y, si eso no es posible, tener una salida ordenada", ha alegado.

También el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, -que quiere impedir a toda costa una frontera dura entre Irlanda e Irlanda del Norte casi inevitable en caso de brexit caótico- apuesta por un aplazamiento largo. "Debemos estar abiertos a una prórroga larga si Reino Unido decide reconsiderar de forma fundamental su estrategia sobre el brexit y poner sobre la mesa opciones previamente descartadas. Creo que eso sería una respuesta generosa y comprensiva por parte de los 27", ha dicho.

En este bando está además la canciller alemana, Angela Merkel, que en la cumbre de la semana pasada apostó por trabajar "hasta el último minuto" para lograr una salida ordenada de Londres y paró el ultimátum de siete días que pretendía el presidente francés, Emmanuel Macron. Merkel fue también la que en 2015 inclinó la balanza a favor de que Grecia se quedara en el euro, imponiéndose incluso al criterio de su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble.

A los países de este grupo les atenaza el horror al vacío y a las turbulencias económicas que podría provocar un brexit a las bravas, que amenaza con convertir en recesión el frenazo que vive la eurozona. Se trata de un miedo compartido por los Veintisiete. Nadie quiere que le acusen de empujar a Londres al precipicio. Pero otros Estados miembros alegan que peor que el caos temporal que provocaría un brexit sin acuerdo es la agonía eterna que resultaría de prolongar indefinidamente unas negociaciones que no conducen a ninguna parte.

Los que apuestan por forzar ya el brexit

Este segundo bando está liderado por el propio Macron y cuenta con el apoyo de la Comisión Europea o de España. ¿Una prórroga larga para qué?, se preguntan. El Parlamento británico votó esta semana ocho opciones diferentes del brexit y todas ellas resultaron derrotadas. No hay mayoría para nada. Estos países temen que las negociaciones de salida se eternicen, absorban todas las energías de la UE y le distraigan de problemas urgentes como la desaceleración, la política migratoria o las relaciones con EEUU y China. 

El presidente francés ha pedido este viernes "acelerar la fase final de preparativos" para un brexit sin acuerdo. Su ministra de Asuntos Europeos, Nathalie Loiseau, se queja de que "hay caos y confusión". "Estoy en contra de un nuevo referéndum porque sería una negación de la democracia. Reino Unido debe irse", ha dicho Loiseau a la televisión BFM. Sólo la convocatoria de elecciones anticipadas en Londres para sustituir a Theresa May podría convencer a estos países de cambiar de opinión y aceptar una prórroga larga.

El secretario de Estado de Asuntos Europeos español, Luis Marco Aguiriano, considera "paradójico" que Reino Unido acabe participando en las elecciones a la Eurocámara y "que les corresponda votar sobre el nuevo presidente de la Comisión o el marco financiero plurianual". Una posibilidad que el primer ministro austriaco, Sebastian Kurz, tacha de "absurda". A estos países les preocupa que Londres bloquee el funcionamiento de la UE si se queda para mejorar su posición negociadora. 

La Comisión Europea también considera que "un no acuerdo el 12 de abril es ahora un escenario probable". "La UE se ha estando preparando para esto desde diciembre de 2017 y ahora está plenamente preparada para un escenario de no acuerdo a medianoche del 12 de abril", ha dicho el Ejecutivo comunitario tras la votación en la Cámara de los Comunes.

Incluso algunos aliados tradicionales de Londres en la UE se han hartado del lío del brexit. "Una de las dos rutas hacia un brexit ordenado parece ahora cerrada", ha señalado el primer ministro holandés, Mark Rutte, en referencia al tercer rechazo al Acuerdo de Retirada. "El riesgo de un brexit sin acuerdo es ahora muy real", ha agregado. 

El primer ministro danés, Lars Lokke Rasmussen, condensaba así el ambiente de consternación en Bruselas: "La Cámara de los Comunes no ha aprovechado la tercera oportunidad para garantizar un brexit ordenado. Es muy decepcionante. Reino Unido debe ahora mostrar un camino para evitar el no acuerdo. Nos hemos quedado casi sin opciones y sin tiempo. Intensificaremos nuestros preparativos para un no acuerdo".