Bruselas

¿Oferta sincera para frenar el brexit o último empujón para ayudar a Theresa May a que el Parlamento británico apruebe el Acuerdo de Retirada apelando a la carta del miedo? El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha sugerido este jueves que la salida de Reino Unido de la Unión Europea podría retrasarse mucho más allá de la fecha fijada del próximo 29 de marzo o incluso no producirse nunca. Tusk recomendará a los líderes europeos que concedan a Londres una "prórroga larga" para que pueda repensar el brexit.

"Durante mis consultas previas al Consejo Europeo, pediré a los líderes de los 27 que estén abiertos a una prórroga larga si Reino Unido la considera necesaria para repensar su estrategia del brexit y construir consenso en torno a ella", ha escrito Tusk en un tuit solitario escrito de improviso, sin venir a cuento, ya que normalmente sus intervenciones en Twitter son extractos de discursos o ruedas de prensa o reacciones inmediatas a un acontecimiento.

Las palabras del presidente del Consejo Europeo coinciden con el ultimátum que Theresa May lanzó este miércoles a los euroescépticos rebeldes de su propio partido. Les avisó de que si no apoyan su acuerdo de divorcio en una tercera votación el próximo 20 de marzo, se verá obligada a pedir una prórroga muy larga. Un retraso que podría significar que al final se celebre un segundo referéndum y no haya brexit. La primera ministra británica espera así convencer en el último minuto a los brexiteros más radicales. La Cámara de los Comunes vota esta noche si pide una extensión.

El tuit de Tusk parece inscribirse en esta estrategia del miedo. Sobre todo porque su oferta de una prórroga larga suscita una fuerte oposición entre los Estados miembros, según fuentes diplomáticas. Los líderes europeos no quieren que se eternice la incertidumbre y la agonía del brexit. No vislumbran ninguna salida ni a corto ni a largo plazo al caos de la política británica: ninguna alternativa tiene apoyos suficientes. Por eso creen que es mejor cortar por lo sano el 29 de marzo, preferiblemente con acuerdo, pero si es necesario también con un brexit a las bravas.

Una prórroga larga plantea también otro problema irresoluble: Reino Unido tendría que convocar elecciones a la Eurocámara para el 26 de mayo. Es otro de los argumentos que ha usado May para asustar a los tories euroescépticos. Pero también provoca miedo en las capitales europeas. Londres mandaría a Estrasburgo a una nueva legión de diputados populistas liderados por Nigel Farage y tendría poder de veto en la elección de los dirigentes de la UE para la próxima legislatura pese a estar casi fuera.

De hecho, los líderes europeos sopesan denegar incluso a Londres una prórroga corta a menos que May les presente una estrategia clara para ratificar el acuerdo de divorcio. Ni siquiera el negociador de la UE para el brexit, Michel Barnier, defiende dar más tiempo a los británicos. "¿Prolongar la negociación para qué? Porque la negociación del artículo 50 ya está terminada y ya tenemos un Tratado", dijo este miércoles Barnier en un debate en la Eurocámara.

El debate y la decisión se adoptarán durante la cumbre que se celebra el 21 y 22 de marzo en Bruselas.

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