Bruselas

El Banco Central Europeo (BCE)  seguirá adelante con su hoja de ruta para retirar progresivamente el arsenal de estímulos desplegados durante la crisis y normalizar su política monetaria, y ello pese a que en las últimas semanas han aumentado los riesgos que amenazan el crecimiento en la eurozona, según ha reconocido este jueves su presidente, Mario Draghi

La crisis en mercados emergentes como Argentina o Turquía; el aumento del proteccionismo propiciado por el presidente norteamericano, Donald Trump; y el riesgo de volatilidad en los mercados financieros por los cambios en la política monetaria de Estados Unidos y la UE son las principales fuentes de incertidumbre que preocupan en Fráncfort. "Los factores de vulnerabilidad han ganado más prominencia recientemente", ha explicado Draghi.

De hecho, los técnicos del BCE han revisado ligeramente a la baja sus previsiones para la eurozona, que crecerá un 2% este año (en lugar del 2,1% calculado en junio) y seguirá desacelerándose hasta el 1,8% en 2019 (en lugar del 1,9%) y el 1,7% en 2020. La inflación se mantendrá estable durante todo el periodo en el 1,7%, por debajo del objetivo del 2% fijado por el BCE.

Los riesgos de Italia

Pese a este aumento de la incertidumbre, Draghi ha reafirmado que el BCE reducirá a partir de octubre el volumen de su programa de compra de deuda de 30.000 a 15.000 millones de euros mensuales. La adquisición de bonos terminará definitivamente en diciembre. Y la primera subida de tipos de interés podría llegar en verano de 2019. De momento, el BCE deja en el 0% su tipo de referencia y mantiene un interés negativo del 0,4% para los bancos que aparquen su liquidez en Fráncfort.

El banquero italiano ha resaltado en todo caso que el crecimiento de la eurozona sigue siendo sólido y de momento contrarresta en buena medida los riesgos. La demanda privada se mantiene gracias al aumento del empleo y a las subidas salariales y las políticas presupuestarias de los Estados miembros son más expansivas de lo previsto. La inflación sube gradualmente hacia los objetivos del BCE, según su análisis.

Para Draghi, ni las tensiones en los países emergentes ni las turbulencias en los mercados provocadas por las declaraciones del nuevo Gobierno populista italiano se han contagiado al conjunto de la eurozona. El presidente del BCE espera que Roma respete las reglas de la UE en la elaboración del presupuesto de 2019. No obstante, ha avisado de que su mandato no es salir al rescate de Italia en caso de ataque de los mercados.

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