Bruselas

La UE debe dejar de ser un espectador, un comentarista al margen de la historia, para convertirse en protagonista de la escena mundial, sobre todo en un momento en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apuesta por el unilateralismo, el proteccionismo y la retirada de los foros internacionales. Este ha sido el mensaje central del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en el último discurso sobre el estado de la Unión ante la Eurocámara de su mandato, que concluirá en octubre de 2019.

"El mundo de hoy necesita una Europa fuerte y unida. Una Europa que trabaje por la paz, por los acuerdos comerciales y por relaciones monetarias estables, incluso cuando algunos parecen más proclives a guerras comerciales y monetarias", ha dicho Juncker en referencia al inquilino de la Casa Blanca, al que ha criticado a menudo (sin citarlo por su nombre) por poner en riesgo el vínculo transatlántico entre la UE y EEUU. "No estoy a favor del unilateralismo egoísta que desafía expectativas y destruye esperanzas, siempre defenderé el multilateralismo", ha insistido.

Dado que la UE ya no puede confiar en el paraguas de seguridad de los EEUU de Trump, ha llegado el momento de que dé un paso al frente. "La situación geopolítica hace que este sea el momento de Europa. La hora de la soberanía europea ha llegado. Es el momento de que Europa asuma su destino en sus propias manos", defiende el presidente de la Comisión. Un pasaje en el que prácticamente ha parafraseado lo que lleva diciendo la canciller Angela Merkel desde que Trump llegó a la presidencia.

Juncker reclama que la UE deje de ser únicamente el "pagador global" para convertirse también en un "actor global". Pero para ello es imprescindible que los Estados miembros superen sus  enfrentamientos y divisiones y sumen su potencia económica, política y militar. "Debemos mostrar que podemos superar las diferencias entre el Norte y el Sur, entre el Este y el Oeste, entre la derecha y la izquierda. Europa es demasiado pequeña como para dividirse en mitades y cuartos. Debemos mostrar que juntos podemos plantar las semillas de una Europa más soberana", ha insistido.

Rechazar el nacionalismo malsano

Para lograr esta auténtica soberanía europea, ha proseguido, los países miembros deben evitar la tentación del populismo y del nacionalismo. A Bruselas le preocupa la deriva autoritaria en países como Hungría o Polonia, aunque Juncker tampoco los ha nombrado directamente. "Sobre todo, me gustaría que rechazáramos el nacionalismo malsano y abrazáramos el patriotismo ilustrado. No debemos olvidar que el patriotismo del siglo 21 es a la vez europeo y nacional, sin que uno excluya al otro", reclama.

"Digamos sí al patriotismo que no está dirigido contra los otros. Digamos no al nacionalismo que rechaza y detesta a los otros, que destruye, que busca culpables en lugar de buscar soluciones que nos permitan vivir mejor juntos", ha pedido Juncker

El veterano político luxemburgués quiere dejar claro que todavía no quiere hacer testamento pese a que este sea su último discurso sobre el estado de la Unión. Por eso ha presentado un amplio programa de iniciativas para el próximo año, que deberían aprobarse antes de las elecciones a la Eurocámara de mayo de 2019. Una de las medidas estrella consiste en ampliar hasta 10.000 personas la plantilla de la Guardia Europea de Fronteras y Costas (FRONTEX) para frenar la inmigración irregular.

Juncker quiere también fortalecer la Oficina Europea de Asilo, aumentar el número de repatriaciones de irregulares a sus países de origen, establecer nuevos cauces para la inmigración legal y fundar una "nueva alianza" entre la UE y África. En materia de seguridad, el Ejecutivo comunitario propondrá nuevas reglas para obligar a las plataformas de internet a retirar contenidos terroristas en menos de una hora, dará más poderes a la fiscalía europea en la lucha antiterrorista y reforzará los mecanismos de protección frente a la injerencia extranjera en la campaña de las elecciones europeas.

El presidente de la Comisión ha incluido además en su catálogo de iniciativas la propuesta para acabar con el cambio de hora y dejar que los Estados miembros decidan si se quedan en la hora de verano o la de invierno. También reclama agilizar la toma de decisiones en materia de política exterior eliminando el derecho de veto, fortalecer el papel del euro a nivel internacional o mejorar la lucha contra el blanqueo de dinero en la UE.

Trabajar día y noche para un acuerdo sobre el brexit

Juncker ha prometido que la Comisión -y su negociador jefe, Michel Barnier- trabajará "día y noche" para lograr un acuerdo sobre el brexit, que en teoría debe estar listo para este otoño ya que Reino Unido se marcha el 29 de marzo de 2019. "Le debemos a nuestros ciudadanos y empresas garantizar que la salida de Reino Unido se haga de forma ordenada y que haya estabilidad después. No será la Comisión la que se interponga en este objetivo, se lo puedo garantizar", ha dicho a los parlamentarios.

No obstante, también ha querido dejar claro que Bruselas no cederá en los principios básicos en los que debe basarse el divorcio. "Pedimos al Gobierno británico que entienda que alguien que deja la Unión no puede estar en la misma posición privilegiada que un Estado miembro. Si te vas de la UE, ya no eres parte del mercado único ni por supuesto de las partes que tú elijas", le ha recordado Juncker a la primera ministra, Theresa May, cuyo plan es que Londres se quede sólo en el mercado único para mercancías.

La UE siempre estará del lado de Dublín en el objetivo de evitar que se erija una nueva frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, que es ahora el principal escollo de las negociaciones, ha señalado el luxemburgués. De cara al futuro, Bruselas apuesta por mantener una relación estrecha con Reino Unido en términos económicos, políticos y de seguridad. 

Noticias relacionadas