Bruselas

Es una situación sin precedentes en la historia de la Unión Europea. Un Gobierno euroescéptico, el de Ley y Justicia en Polonia, trata de desbancar, por motivos de política nacional interna, a un compatriota, el conservador Donald Tusk, de uno de los altos cargos comunitarios más importantes, la presidencia del Consejo Europeo, responsable de organizar las cumbres de jefes de Estado y de Gobierno. Y llega incluso hasta el punto de enfrentarse al resto de líderes de los 28, que de forma mayoritaria valoran positivamente la trayectoria de Tusk y apoyan su renovación.

La decisión se adoptará en la cumbre que se celebra en Bruselas este jueves. Y, salvo sorpresa, Tusk será reelegido para otros dos años y medio, hasta finales de 2019, ya que le basta con el respaldo de la mayoría cualificada de jefes de Estado y de Gobierno. Pero podría darse el caso inédito de que Polonia vote contra un compatriota.

Durante el fin de semana, el Gobierno de Varsovia ha presentado formalmente a un candidato polaco alternativo, el eurodiputado Jacek Saryusz-Wolski, del mismo partido que Tusk, la Plataforma Cívica, y que nunca ha ocupado cargos ejecutivos relevantes. La Plataforma Cívica le ha expulsado inmediatamente después del anuncio de su candidatura. Y el Partido Popular Europeo le ha desposeído este lunes de su cargo de vicepresidente de la Eurocámara y ha dado el primer paso para echarle también del grupo conservador.

El presidente del PPE, Joseph Daul, ha criticado la "deslealtad y falta de respeto" de Saryusz-Wolski hacia su propia familia política. Y ha dejado claro que la posición de la familia conservadora no ha cambiado. "Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, tiene el apoyo inequívoco del PPE para continuar para un segundo mandato en su actual cargo", ha dicho Daul en un comunicado.

Debido a sus posiciones euroescépticos, Ley y Justicia no forma parte del Partido Popular Europeo, sino que están inscritos en el Grupo Conservador y Reformista, la formación liderada por los tories británicos.

Dos candidatos polacos

Saryusz-Wolski "es el único candidato polaco en estos momentos para el puesto de jefe del Consejo Europeo", ha sostenido el jefe de la diplomacia polaca, Witold Waszczykowski, en la reunión de ministros de Exteriores que se celebra este lunes en Bruselas. "No hay ningún otro candidato polaco", ha insistido Waszczykowski. Pero ni siquiera sus socios del este apoyan al Gobierno de Ley y Justicia.

"Donald Tusk ha sido un presidente del Consejo Europeo que entiende las necesidades y los intereses de la Europa central y del Este y no querría arriesgarme a que perdiéramos a este representante", ha señalado el ministro de Exteriores checo, Lubomir Zaoralek. "España apoya al presidente Tusk", ha dicho por su parte el jefe de la diplomacia española, Alfonso Dastis.

En el origen de la disputa está el enfrentamiento político y personal entre Tusk, que fue primer ministro de Polonia entre 2007 y 2014 y el líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, cuyo partido recuperó el poder en 2015 tras derrotar a la Plataforma Cívica. Kaczynski acusa a Tusk de ser "moralmente responsable" de la muerte de su hermano gemelo, el entonces presidente Lech Kaczynski, en un accidente de avión en Rusia en 2010.

A ello se suma la batalla que mantienen desde hace meses el Gobierno de Varsovia y la Comisión Europea. Bruselas ha abierto un expediente contra las autoridades polacas acusándolas de tratar de socavar la independencia del Tribunal Constitucional y la pluralidad de los medios públicos. Y Ley y Justicia ataca a Tusk por colaborar, aunque sea pasivamente, en este procedimiento sancionador.

Tusk ejerce el cargo de presidente del Consejo Europeo desde diciembre de 2014 y ha tenido que lidiar con la crisis griega de julio de 2015, el brexit o la crisis de los refugiados. A diferencia de su antecesor, el belga Herman Van Rompuy, al que le gustaba operar en la sombra, Tusk ha optado por un perfil político alto, sin rehuir las declaraciones contundentes y polémicas, que le ha llevado incluso a eclipsar al presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker.

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