Bruselas

Los líderes europeos no quieren una guerra abierta con Donald Trump, ni polémicas como las que ya han afectado al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, o al primer ministro australiano, Malcolm Turnbull. Pese a la hostilidad y el desprecio que el nuevo presidente de EEUU ha mostrado hacia Bruselas, desean preservar, en la medida de lo posible, la relación transatlántica, que consideran un "pilar central" del orden internacional.

Por eso, los 28 han optado por un mensaje conciliador en la cumbre celebrada este viernes en Malta. Y se han desmarcado de las combativas declaraciones del presidente del Consejo Europeo, el conservador polaco Donald Tusk, que tachó a la nueva Administración norteamericana de "amenaza" para la UE al mismo nivel que Rusia, China o el yihadismo.

Ningún jefe de Estado y de Gobierno ha respaldado el contenido o el tono de Tusk. Tampoco el presidente del Consejo Europeo se ha atrevido a repetir su diagnóstico. Eso sí, los líderes europeos siguen viendo con "preocupación" algunas decisiones y actitudes de la nueva Administración de Estados Unidos, según ha dicho el primer ministro maltés, Joseph Muscat, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, en la rueda de prensa final de la cumbre.

"No obstante, no ha habido ningún sentimiento de antiamericanismo. La sensación es que tenemos que seguir dialogando con EEUU, aunque no nos quedaremos callados cuando estén en juego los principios. Como en cualquier buena relación, hablaremos muy claro cuando creamos que esos principios estén siendo pisoteados", ha dicho Muscat. Hasta ahora, la decisión de Trump que ha provocado más rechazo en la UE ha sido el veto a los inmigrantes de siete países de origen musulmán.

También el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha abogado por "mantener las mejores relaciones posibles" con la nueva Administración estadounidense. Bruselas debe identificar áreas de interés común en las que pueda trabajar con Trump, por ejemplo la lucha contra la organización terrorista Estado Islámico. Al mismo tiempo, la UE debe "defender en todo momento" su identidad y sus valores. Frente al proteccionismo y cierre de fronteras del presidente estadounidense, Rajoy ha reclamado impulsar acuerdos comerciales con México, Chile y Mercosur.

Incluso el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ha desautorizado a Tusk y ha tratado de rebajar el tono de enfrentamiento con Washington. "No me siento amenazado (por Trump), pero hay que explicar las cosas. Porque a veces tengo la impresión de que la nueva Administración norteamericana no conoce la UE en detalle. Pero en Europa los detalles son importantes", ha resaltado.

Por su parte, la primera ministra británica, Theresa May, que no ha hablado con la prensa en La Valeta, ha informado a sus colegas durante el almuerzo sobre su reunión con Trump el pasado viernes. Londres "puede ser de mucha ayuda, dentro o fuera de la UE" a la hora de suavizar los conflictos con EEUU. Pero en el futuro serán los 27 los que tengan que tratar unidos con los norteamericanos, ha dicho el presidente del Consejo Europeo.

División en la UE

La foto de familia de los líderes europeos en Malta Unión Europea

La cautela de la UE no se explica únicamente por el deseo de evitar la confrontación con la Administración de EEUU, sino también por la división entre los Estados miembros. Frente a la beligerancia del presidente francés, François Hollande, que ha tachado de "inaceptable" la injerencia de Trump en los asuntos europeos, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, no ha escatimado los elogios al magnate neoyorquino. 

"¿Estamos todos de acuerdo en nuestra opinión sobre la nueva Administración? Sin duda no. Hay países que tienen una actitud de reserva y otros incluso de benevolencia", ha admitido el propio Hollande en La Valeta. Pero pese a las discrepancias, el presidente galo cree que hay una "convergencia" entre los Estados miembros: todos coinciden en que Europa debe reforzar su autonomía y no depender tanto de Estados Unidos como en el pasado en cuestiones como la defensa, la política comercial o la seguridad en las fronteras.

"Europa tiene su destino en sus propias manos". Es el lema que ha repetido este viernes hasta en tres ocasiones la canciller alemana, Angela Merkel. Merkel asume que con Trump "habrá menos áreas de cooperación" que con las anteriores administraciones de EEUU. Una de ellas, ha destacado, podría ser la lucha contra el terrorismo internacional. Pero otras tareas las tendrá que hacer la UE "en solitario", como la política comercial, el refuerzo de la defensa o la cooperación con África.

"No hay otra opción que ganar confianza en nuestra propia fuerza", ha defendido el presidente del Consejo Europeo. Tusk ha aprovechado la cumbre de Malta para comunicar a los líderes europeos que quiere renovar otros dos años y medio su mandato, que concluye el 31 de mayo. Su principal obstáculo será el Gobierno ultraconservador polaco de Ley y Justicia, que le considera parte de la oposición.

Tusk ha tratado de quitar hierro a la desautorización de la que ha sido objeto por parte del resto de líderes europeos. "Tenemos diferentes temperamentos y diferentes formas de expresarnos, pero sólo un objetivo: proteger la dignidad europea y el interés europeo. En esto estamos totalmente unidos. En la sustancia, he recibido un apoyo pleno. La mejor prueba de ello es que algunos colegas me han puesto un nuevo apodo, que es 'nuestro Donald' para diferenciarme del nuevo presidente estadounidense", ha bromeado Tusk.

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