Bruselas

El holandés Jeroen Dijsselbloem tiene los días contados al frente del Eurogrupo. No podrá agotar su mandato, que concluye en enero de 2018. Las encuestas pronostican que su partido, el socialista PvdA, se hundirá en las elecciones que celebra Países Bajos el próximo 15 de marzo. Incluso aunque entrara en la coalición de Gobierno que se forme tras los comicios, los analistas ven improbable que mantenga el cargo de responsable de Finanzas, ya que sería un socio muy minoritario. Y el presidente del Eurogrupo debe ser obligatoriamente ministro de Economía de uno de los países de la eurozona.

La caída temprana del holandés abre la puerta a que Luis de Guindos vuelva a la carrera para dirigir el Eurogrupo. El ministro español ya lo intentó en julio de 2015, pero fue derrotado por el propio Dijsselbloem pese a que en teoría contaba con el apoyo de la todopoderosa canciller alemana, Angela Merkel. Guindos guarda un recuerdo amargo de aquella experiencia.

Sus colegas le pidieron que retirara su candidatura para no evidenciar una división entre el norte y el sur de la eurozona en plena crisis de deuda. A cambio, le llegaron a ofrecer la presidencia del consejo de gobernadores del fondo de rescate de la UE (MEDE). Pero él quiso llegar hasta el final y se encontró con que Francia votó a su oponente, aunque el presidente François Hollande había dado a entender a Mariano Rajoy que le apoyaría.

En esta ocasión, Guindos no quiere desvelar todavía sus cartas. "Ahora tenemos un presidente. El señor Dijsselbloem tiene un mandato que espero que pueda completar", ha dicho este miércoles en una entrevista a Bloomberg TV. Tampoco en el ministerio de Economía desvelan si volverá a presentarse. Eso sí, Guindos ha insistido en que España no tiene la presencia que le corresponde en los altos cargos de la UE según su peso económico.

"España está claramente infrarrepresentada. Es una economía muy importante para la eurozona y para la UE y queremos tener voz en las decisiones importantes, porque siempre aportamos estabilidad", afirma el ministro de Economía. "Hace 5 años, España era la principal amenaza para la eurozona, estábamos al borde del colapso. Y ahora estamos haciendo la contribución más importante a la estabilidad de la eurozona", ha resaltado.

España perdió en enero de 2012, nada más llegar el PP al Gobierno, su silla en el directorio del Banco Central Europeo. Y eso pese a que existía un pacto de caballeros según el cual los cuatro grandes de la eurozona (Alemania, Francia, Italia y España) tenían garantizado su puesto en el comité ejecutivo del BCE. En su libro sobre la crisis, Guindos lo atribuyó a un castigo de Merkel por la política económica del ex presidente Zapatero. Además, en contraste con la vicepresidencia y la cartera de Competencia que ocupaba Joaquín Almunia, el actual comisario Miguel Arias Cañete tiene muchos menos poderes como responsable de Energía y cambio climático.

Guindos sostiene que el resto de socios le han prometido que España recuperará poder en el BCE cuando se libere un puesto. La próxima vacante es la vicepresidencia, ya que el portugués Vítor Constâncio deja el cargo en 2018. Pero ningún otro mandatario europeo ha confirmado la existencia de este compromiso y el Gobierno de Mariano Rajoy no ha promocionado de momento a ningún candidato.

¿España contra Eslovaquia?

Hasta ahora, se daba por sentado que Dijsselbloem, que dirige el Eurogrupo desde enero de 2013, podría finalizar su segundo mandato de dos años y medio incluso aunque dejara de ser ministro de Finanzas en marzo. El propio interesado ha repetido este miércoles que su objetivo es seguir en la presidencia hasta enero de 2018. Se ampara en el protocolo del Tratado que rige el funcionamiento del Eurogrupo. Allí se dice que los ministros de Finanzas de la eurozona deben elegir por mayoría a un presidente, pero no se especifica si éste debe ser o no también ministro.

La ambigüedad la ha despejado por completo este miércoles un alto funcionario de la UE. "Las reglas del Eurogrupo son claras: el presidente debe ser un ministro de Finanzas de uno de los Estados miembros", ha resaltado. Este requisito aparece recogido en las normas de funcionamiento del Eurogrupo que se aprobaron en 2008, pero que no son públicas, según explican a EL ESPAÑOL fuentes comunitarias, y por eso no se conocía. Dijsselbloem sólo podrá seguir en el cargo hasta que se forme el nuevo Gobierno holandés (para lo que se tarda una media de 72 días).

Guindos figura en todas las quinielas de la prensa internacional para sustituir a Dijsselbloem. Según el diario alemán Frankfuter Allgemeine, su principal rival podría ser el socialista eslovaco Peter Kazimir, que se destacó durante la crisis de Grecia por su defensa a ultranza de la disciplina fiscal a golpe de tuit. Kazimir considera "halagador" que su nombre aparezca junto al de Guindos, pero también defiende que el holandés debe agotar su mandato.

Para que Dijsselboem siga, sería necesario cambiar estas reglas: por ejemplo, convertir la presidencia del Eurogrupo en un trabajo a tiempo completo, algo que defiende España. Pero paradójicamente, Holanda es uno de los países que bloquea este cambio porque no quiere que el cargo se convierta en una especie de ministerio de Economía de la eurozona.

Los obstáculos de la carrera

Dos son los principales factores que podrían complicar las opciones de Guindos y hacerle fracasar de nuevo en su carrera hacia la presidencia del Eurogrupo. En primer lugar, la reciente elección del conservador italiano Antonio Tajani como presidente de la Eurocámara. Con ella, el PP europeo, al que pertenece Guindos, ocupa la mayoría de los altos cargos de la UE: también los presidentes de la Comisión, Jean-Claude Juncker; y del Consejo, Donald Tusk, son del mismo partido. Si la prioridad es reequilibrar el reparto, tendría más posibilidades el socialista Kazimir.

El segundo hándicap que deberá superar la candidatura de Guindos es el reiterado incumplimiento de los objetivos de déficit pactados con la UE por parte del Gobierno de Mariano Rajoy. España estuvo a punto de ser sancionada con una multa de 2.000 millones de euros y la congelación de 1.300 millones de ayudas comunitarias a causa del desvío en 2015 causado por las medidas electoralistas de Rajoy. Al final se libró gracias a la flexibilidad promovida por el comisario de Asuntos Económicos, el socialista Pierre Moscovici, y por Juncker.

Precisamente, el Eurogrupo examina este jueves el plan presupuestario de España para 2017. Los ministros darán su visto bueno al plan -que incluye las subidas de impuestos por valor de 7.500 millones pactadas por el PP y el PSOE- y no tienen previsto pedir más ajustes, al menos de inmediato, según fuentes europeas. Eso sí, le pedirán a Guindos que prepare nuevas medidas -subidas de impuestos o recorte de gastos- por valor de 2.000 millones por "si fuera necesario" para cumplir el déficit este año.

De hecho, la Comisión cree que España volverá a desviarse de su objetivo y que el desfase presupuestario se situará en el 3,3% al final de 2017 en lugar del 3,1% que pide el Eurogrupo. Estos incumplimientos podrían pasar factura a la candidatura de Guindos a la presidencia.

Noticias relacionadas