Bruselas

El resultado del referéndum del 23 de junio será crucial no sólo para Reino Unido sino también para el resto de la Unión Europea, que podría quedar gravemente amputada. Sin embargo, Barack Obama ha sido el único dirigente extranjero que ha ido a Londres a hacer campaña contra el brexit. Lo hizo a finales de abril. “Reino Unido es más fuerte si permanece en la UE”, alegó el presidente estadounidense en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro británico, David Cameron, tras reunirse en el número 10 de Downing Street.

 

Ningún líder de la UE ha viajado a Reino Unido a defender su permanencia en la Unión. Ni la canciller alemana Angela Merkel, ni el presidente francés François Hollande, o el primer ministro italiano Matteo Renzi. Tampoco los representantes de las instituciones comunitarias. Han estado prácticamente ausentes de la campaña británica el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker; el del Consejo Europeo, Donald Tusk; o el de la Eurocámara, Martin Schulz. Alegan que no desean interferir en una decisión que consideran nacional.

Sólo cuando las encuestas dieron ventaja al brexit la semana pasada, los líderes europeos empezaron a mostrar preocupación. Y eso aunque los últimos sondeos publicados tras el asesinato de la diputada laborista Jo Cox vuelven a situar por delante a los partidarios de quedarse. "Hago un llamamiento a los ciudadanos británicos: quedaos con nosotros. Os necesitamos. Juntos afrontaremos los retos futuros. Separados será más difícil", ha dicho este lunes Tusk.

 

¿Se han equivocado de estrategia los dirigente de la UE al mantenerse en silencio hasta ahora? ¿Habría sido distinta la campaña para el referéndum británico si hubieran seguido el ejemplo de Obama? “Yo creo que habría dado lo mismo”, explica a EL ESPAÑOL la eurodiputada de UPyD y candidata a las elecciones del 26-J Maite Pagazaurtundúa. En la Eurocámara, los diputados británicos que apoyan la permanencia en la Unión pidieron a sus colegas de otros países miembros que fueran muy prudentes en sus intervenciones sobre el referéndum para no dar munición a los euroescépticos, según explican fuentes parlamentarias.

 

Efectos contraproducentes

 

“Son los británicos los que votan. Por tanto, el principio de no injerencia se consideró prudente. Si hubieran participado las instituciones de la UE, eso podría haber tenido efectos negativos”, resalta Pagazaurtundúa. A su juicio, la intervención de Obama ha podido ser más positiva por su popularidad en Europa. Pero el resto de líderes europeos, empezando por Merkel, “están mucho más tocados en cuanto a su imagen” y su influencia podría haber sido perjudicial.

 

“La cuestión de fondo no es si las instituciones europeas se hubieran tenido que involucrar en la campaña o no. El gran error es que Cameron jugó con fuego” al convocar el referéndum, sostiene la eurodiputada de UPyD. 

 

Su análisis sobre el papel de las instituciones comunitarias lo comparte también Jean-Claude Piris, exresponsable de los servicios jurídicos del Consejo de la UE y uno de los redactores del Tratado de Lisboa, en el que por primera vez se introdujo la cláusula que permite la salida de un país miembro. Todos los líderes europeos han dejado claro “en algún momento” que quieren que Reino Unido se quede en la Unión. Pero su participación en la campaña habría perjudicado a Cameron, alega.

 

“La mayoría de los que van a votar a favor del brexit lo hacen precisamente porque no quieren que otros que no sean británicos se inmiscuyan en lo que ellos consideran sus asuntos. La intervención de los líderes europeos habría sido sin duda contraproducente”, explica Piris a este periódico.

 

Amnesia política

 

De hecho, los partidarios del brexit no dudaron siquiera en atacar al presidente de EEUU. Su líder, el exalcalde de Londres Boris Johnson, ha dicho que el apoyo de Obama a la permanencia de Reino Unido en la UE se explica porque es “medio keniano” y por eso está en contra del imperio británico. “No nos gusta que los presidentes estadounidenses nos digan qué tenemos que hacer. No haremos caso a Obama”, ha dicho el número dos del UKIP, Paul Nuttall, en una entrevista a EL ESPAÑOL.

 

En el colegio de comisarios de Juncker se discutió qué actitud adoptar frente al referéndum y la decisión fue quedarse al margen por la imagen negativa que tienen las instituciones europeas en Reino Unido. “Nos han retratado tan mal que nuestra intervención podía hacer más daño que bien”, asegura uno de los miembros de su equipo. El resultado es que en las ruedas de prensa diarias que ofrece el Ejecutivo comunitario a la prensa acreditada en Bruselas apenas se habla de la consulta, ni siquiera para desmentir argumentos falsos de los partidarios del brexit.

Según el último Eurobarómetro, el 31% de los británicos tienen una imagen negativa de la UE, frente al 30% que la ven de forma positiva y el 36% que declaran una percepción neutra.

 

La regla de no interferencia se ha incumplido en contadas ocasiones. La más sonada fue cuando Boris Johnson comparó los esfuerzos de la UE para crear un supuesto “superestado” con el intento de Hitler de dominar el continente. “Cuando se compara a la UE con los planes y proyectos de Adolf Hitler, no puedo quedarme callado. Demuestra amnesia política”, dijo indignado Tusk.

 

El presidente del Consejo Europeo ya ha convocado una reunión extraordinaria el 24 de junio, la mañana siguiente del referéndum, en la que participarán Juncker, Schulz y el primer ministro holandés, Mark Rutte, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE. Los cuatro analizarán los resultados de la consulta y prepararán la cumbre de líderes europeos que se celebra el 28 y 29 de junio. Allí está previsto que se tomen las primeras decisiones.

Para Pagazaurduntúa, una posible victoria del brexit debería ser un “momento de inflexión” para que los líderes europeístas “salgan de la atonía que tenemos en este momento” y “enfrenten con verdadera valentía y coraje los grandes problemas europeos”.

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