Bruselas

La respuesta a un posible brexit debe ser avanzar hacia los “Estados Unidos de Europa”. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha defendido este lunes que si Reino Unido se va, la UE debe acelerar su proceso de integración para frenar cualquier “contagio” e impedir que otros países miembros también se marchen.

 

El posible contagio del referéndum británico es una de las cuestiones que más preocupan en Bruselas. “No puede excluirse que el brexit conduzca a un efecto dominó en la Europa del este”, ha dicho el ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, en una entrevista al diario alemán Tagesspiegel an Sonntag.

 

Para Margallo, el primer ministro británico, David Cameron, cometió un error al convocar el referéndum y el riesgo de brexit es ahora “real”. También hay síntomas de que otros estados miembros podrían seguir el mismo camino. En los los países del denominado grupo de Visegrado –Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia- se reclama ya la “renacionalización de competencias”, una solución que España no comparte.

El ‘brexit’ no sería el principio del fin

 

“La fórmula que el Gobierno español propone es una aceleración en el proceso de integración europea. Para cortar cualquier contagio, para cortar cualquier efecto emulación y para demostrar que la salida de Reino Unido no es el principio del fin del proceso europeo”, ha explicado Margallo a su llegada a la reunión de ministros de Exteriores de la UE que se celebra en Luxemburgo.

 

El jefe de la diplomacia española defiende que resulta imprescindible “dar un salto cualitativo adelante” y “profundizar” en la construcción europea. Sólo así se podrá frenar “de raíz cualquier tentación de renacionalizar competencias o de dar pasos atrás”. “Lo que se necesita es una señal de que estamos dispuestos a seguir adelante, de seguir avanzando hacia los Estados Unidos de Europa”, ha insistido Margallo.

 

En el núcleo estarían los 19 miembros de la eurozona y alrededor habría una “confederación” del resto de países que no quieran asumir la moneda única pero sí formar parte de la Unión Europea. La hoja de ruta para llegar a los EEUU de Europa debe ser, según el ministro, el documento para profundizar la unión económica y monetaria elaborado el año pasado por los presidentes de la Comisión, el Consejo Europeo, el Banco Central Europeo, la Eurocámara y el Eurogrupo.

 

Alemania rechaza más integración

 

Sin embargo, no hay unanimidad ni siquiera entre los países de la eurozona sobre la respuesta que habría que dar al brexit. Alemania rechaza dar un salto hacia una mayor integración porque considera que sería ignorar los resultados del referéndum. “Alemania tiene una postura, Francia e Italia otra y nosotros otra. Alemania es la más interesada que el euro sea una historia de éxito y no una historia de fracasos”, alega Margallo.

Tampoco el presidente del Consejo Europeo, el conservador polaco Donald Tusk, cree que la respuesta al referéndum británico deba ser más integración. "Sea cual sea el voto de Reino Unido, debemos realizar un examen detallado del futuro de la Unión. Sería una locura ignorar esta señal de alerta", ha dicho Tusk este lunes.

A juicio de Margallo, el impacto de un posible brexit dependerá de la relación futura que acaben pactando Reino Unido y la Unión Europea. Entre las varias alternativas posibles, el jefe de la diplomacia española cree que la más probable es un acuerdo de libre comercio como el que Bruselas ha firmado con Canadá.

En este escenario, Londres podría limitar la libre circulación de personas y se mantendrían los flujos comerciales. “En ese caso yo creo que habrá volatilidad los primeros días, pero a corto o a medio plazo la situación tendería a estabilizarse", ha dicho.

El jefe de la diplomacia británica, Philip Hammond, cree que "el resultado será muy ajustado, sea de lado que sea". "El mensaje que estamos intentando transmitir a los ciudadanos británicos es que se trata de una decisión irreversible. Si Reino Unido decide irse no habrá vuelta atrás", avisa Hammond.

"Todos los europeos estamos mirando al pueblo británico, porque tenemos una larga vida en común. Tragedias, pero también mucha esperanza. La elección que haga el pueblo británico será importante para ellos, pero también para Europa. Por ello pido a los británicos que tengan en mente, en el momento de la elección este gran desafío histórico", reclamaba el ministro francés, Jean-Marc Ayrault.

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