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Cada vez más estudios científicos confirman que la salud intestinal es clave para nuestro bienestar integral. Lejos de ser solo un órgano digestivo, el intestino funciona como un sistema que influye directamente en aspectos tan importantes como la inmunidad, la producción de vitaminas esenciales e incluso en el estado de ánimo, debido a su relación con el cerebro a través del llamado "eje intestino-cerebro".

Dentro de este intestino, proliferan y residen unos 100 billones de bacterias, que son una parte esencial de una de las funciones vitales de los seres vivos: la alimentación. Durante la digestión, estas colaboran en la descomposición de los alimentos, favorecen la síntesis de compuestos, como las vitaminas; facilitan la absorción del calcio y el hierro, evitan la implantación de bacterias patógenas externas que puedan ser perjudiciales y fortalecen el sistema inmunológico.

En este sentido, mantener una microbiota equilibrada se ha convertido en una prioridad si queremos sentirnos bien por dentro y por fuera. Así como hay alimentos especialmente perjudiciales que conocemos todos, existen otros que juegan un papel fundamental. Según Francisco Rosero, hay seis en especial: lácteos fermentados, fibra prebiótica, verduras fermentadas, frutas, verduras y legumbres.

Los seis alimentos beneficiosos para la microbiota

El intestino es mucho más que un simple órgano encargado de la digestión. Es un auténtico centro de operaciones para el bienestar general del cuerpo y uno de los aspectos más fascinantes es su relación directa con el estado de ánimo, ya que en su interior se produce una gran cantidad de serotonina, conocida como "la hormona de la felicidad".

Esto significa que un desequilibrio en la flora intestinal puede provocar fatiga, desmotivación o incluso síntomas depresivos, pero además, una alteración de estos microorganismos puede dar lugar a enfermedades inflamatorias, enfermedades hepáticas, obesidad y otro tipo de consecuencias graves para la salud.

Por todos estos motivos, la alimentación es crucial para cuidar nuestra microbiota y asegurar un bienestar prolongado. Según indica Rosero, uno de los alimentos más beneficiosos es el yogur natural o el kéfir, especialmente aquellos que no contienen colorantes ni azúcares añadidos.

Estos productos lácteos fermentados son ricos en probióticos, microorganismos vivos que, al ingresar en el intestino, ayudan a repoblar y equilibrar la flora intestinal. En particular, el experto destaca el yogur griego natural como una excelente opción que contribuye no solo a mejorar la digestión, sino también a fortalecer el sistema inmunológico y favorecer un ambiente intestinal sano y estable.

Por otro lado, la fibra prebiótica juega un papel fundamental. Tal y como su nombre indica, "si la fibra no se digiere, se va a fermentar y va a permitir darle alimento a nuestra microbiota intestinal", indica Rosero, y añade que "dos ejemplos espectaculares son la avena y el plátano".

La avena favorece la salud de la microbiota intestinal al promover el crecimiento de las bacterias beneficiosas. Gracias a su contenido en fibra soluble, principalmente betaglucanos, actúa como prebiótico y mejora la salud general de la flora intestinal. Sin embargo, el experto incide en que "a pesar de ser un cereal, no es recomendable consumirla en ayunas", ya que puede causar picos de glucosa.