El yogur es uno de los productos lácteos más populares en España. No solo son económicos y muy fáciles de encontrar, sino que existen en un sinfín de sabores, son muy útiles a cualquier hora del día, y, dependiendo del que escojamos, podemos obtener varios beneficios asociados a su contenido de probióticos.
Además de estos microorganismos, los lácteos como el yogur contienen múltiples proteínas y nutrientes esenciales como calcio, potasio o magnesio. Sin embargo, según los nutricionistas, en España no sabemos aprovecharlos al máximo e, incluso, los desperdiciamos.
Esto es lo que ocurre con el famoso líquido del yogur. Ese fluido, aparentemente desechable, es totalmente seguro de consumir y, además, es donde se encuentra la mayor parte de las proteínas y nutrientes del producto. Según la nutricionista Julia Farré, tirarlo a la basura "es una pena".
Los beneficios del líquido del yogur
Lejos de lo que podamos pensar, el líquido que nos encontramos en el yogur cuando lo abrimos es suero de la leche con la que se ha elaborado el propio yogur, una sustancia totalmente segura de consumir y que es, como bien ha indicado Julia Farré, donde se encuentran la mayor parte de las proteínas y nutrientes de este producto.
La aparición de este líquido está directamente relacionada con el movimiento que el yogur experimenta durante su transporte, desde el lugar de producción y también en el propio comercio o en el trayecto, desde la tienda o supermercado hasta casa. Además, también tiene que ver con la temperatura de conservación, siendo conscientes de que los yogures deben mantenerse refrigerados a una temperatura uniforme. Si se rompe esta cadena, provocará la aparición del suero.
El suero del yogur está compuesto mayoritariamente por agua, pero en él se encuentran también nutrientes esenciales que contribuyen al bienestar del cuerpo, como el potasio y el calcio. El potasio es un mineral fundamental que cumple un papel clave en diversas funciones corporales, como la transmisión de impulsos nerviosos, la contracción muscular y la regulación del ritmo cardíaco. Además, favorece el transporte de nutrientes hacia las células y facilita la eliminación de desechos metabólicos, promoviendo así el equilibrio del organismo.
Por otro lado, el calcio es uno de los minerales más abundantes y esenciales en el cuerpo humano. Su función principal radica en la formación y el fortalecimiento de los huesos y los dientes, lo que lo convierte en un aliado valioso en la prevención de enfermedades como la osteoporosis. No obstante, también desempeña un papel relevante en otros procesos biológicos, como la coagulación sanguínea y el control de la contracción y relajación muscular.