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Los cultivos de cebolla ocupan unos tres millones de hectáreas a lo largo del planeta, siendo España uno de los 20 países que más cultivan este alimento, con cerca del 6.5% de su producción hortícola total. Es una de las hortalizas más demandadas, junto con el tomate, y la quinta con mayor volumen de exportación.

Estos datos podrían, fácilmente, explicar la popularidad de la cebolla en nuestro país; sin embargo, los motivos van más allá. Esta verdura es uno de los alimentos más usados en nuestro país, son capaces de brillar en cualquier tipo de plato, ya sea como acompañamiento o como protagonista y no solo eso, sino que cuentan con un perfil nutricional excelente, que aporta una gran variedad de beneficios.

Sin embargo, así como pasa con las frutas y otros alimentos, no todas las cebollas son iguales. Y aunque todas ellas pueden presentar beneficios parecidos, según la médico Isabel Viña, hay un tipo que destaca entre los demás por algo tan sencillo como su color: la cebolla morada.

Los beneficios de la cebolla morada

La cebolla morada, también conocida como cebolla roja, es una de las verduras más apreciadas de la gastronomía. Más allá de su increíble sabor, cuenta con unas propiedades excepciones que la diferencian de la cebolla blanca o amarilla "en términos de composición micromolecular y beneficios para la salud", indica Viña.

Su intenso color no es solo un rasgo estético, sino una manifestación de su riqueza en compuestos bioactivos, entre los que destaca la quercetina, un polifenol con un impacto significativo en diversos aspectos de la salud humana.

La quercetina, presente en altas concentraciones en las capas superiores de cada anillo, "desempeña un papel esencial en la protección de la barrera intestinal". Esta barrera es una estructura crucial que separa el contenido del intestino del resto del organismo, previniendo la entrada de sustancias nocivas y contribuyendo a un equilibrio adecuado en el ecosistema intestinal.

Una barrera intestinal fuerte es clave para la salud digestiva y la prevención de trastornos inflamatorios que pueden derivar en enfermedades más complejas. En este contexto, la quercetina ayuda a fortalecer esta defensa natural, reduciendo la permeabilidad intestinal y evitando la entrada de patógenos o moléculas que puedan desencadenar respuestas inmunes adversas.

Otro aspecto fundamental del consumo de cebolla roja es su impacto en el sistema inmunológico. La quercetina ha sido ampliamente estudiada por su capacidad para modular la respuesta inmunológica, favoreciendo una reacción equilibrada ante posibles amenazas externas.

Su efecto antiinflamatorio y antioxidante contribuye a regular la producción de citocinas proinflamatorias, lo que puede ser beneficioso para la prevención de enfermedades autoinmunes y crónicas. Además, según explica Viña, se ha observado que este compuesto puede ayudar en el abordaje de alergias alimentarias, al reducir la liberación de histamina y la respuesta alérgica exagerada en individuos susceptibles.