Numerosos estudios han demostrado los efectos negativos de no tener un sueño de calidad y los beneficios de dormir bien para el sistema inmune, el metabolismo... Una investigación publicada este lunes en The Journal of The North American Menopause Society muestra las consecuencias de la falta de descanso en la vida sexual de las mujeres. 

Según este estudio, dormir poco duplica las probabilidades de que las mujeres sufran diferentes disfunciones sexuales, concretamente un descenso de la libido y una menor satisfacción sexual que, tal y como explican las investigadoras, puede generar a las afectadas "angustia" y "ansiedad". 

Entre 2016 y 2019 han 3.400 mujeres de una media de 53 años han colaborado en la investigación, que se ha llevado a cabo en las clínicas de salud de Mayo en Rochester, Minnesota y Scottsdale, Arizona. Allí completaron cuestionarios sobre la calidad del sueño, se sometieron a una evaluación clínica por disfunción sexual y se les pidió que calificaran su nivel de angustia acerca de su vida sexual.

Algunas las participantes informaron de que duermen menos de cinco horas diarias.  

La falta de sueño se midió mediante el índice de calidad del sueño de Pittsburgh, aborda diferentes cuestiones como la capacidad para conciliar el sueño y permanecer dormido, el uso de medicamentos para dormir y la somnolencia diurna, entre otros.

Los resultados confirmaron que una buena calidad del sueño está relacionada con tener más actividad sexual, algo que, como afirmó la Dra. Stephanie Faubion, directora del Centro para la Salud de la Mujer de la Clínica Mayo, "no sorprende a nadie, ¿verdad?".

Faubion, que es la autora principal del estudio y directora médica de la Sociedad Norteamericana de Menopausia, declaró a la CNN que "si pones una fuente de sueño y una fuente de sexo frente a una mujer cansada, ella elegirá dormir cada vez".

Sin embargo, considera importante el estudio ya que debería ser "una llamada de atención para que los médicos comiencen a preguntar a sus pacientes sobre su sueño y su funcionamiento sexual". "En un mundo ideal, su médico de atención primaria debería preguntarle a cada mujer sobre su estado sexual. ¿Está sucediendo eso? No".

Ahí es donde, según aseguró la doctora Faubion, se debe incidir, ya que a menudo se relaciona la falta de sueño con enfermedades cardiovasculares, pero no con problemas a la hora de mantener relaciones sexuales. 

Es disfunción si "angustia"

Entre esas disfunciones están principalmente la disminución del placer durante el sexo y el descenso de la libido. No obstante, la doctora Foubion apuntó que "no se puede llamar disfunción sexual a menos que una mujer esté angustiada por ello". "Por ejemplo, una mujer puede tener un deseo sexual bajo y que no le moleste. Por eso somos el primer estudio, que yo sepa, en analizar la función sexual y la angustia relacionada con eso".

Y es que su investigación es parte de un proyecto llamado DREAMS en el que se registran datos sobre las experiencias entre menopausia y sexualidad, que ha seguido a casi 9.000 mujeres durante una docena de años.

Por el momento los resultados no son estadísticamente significativos como para concretar qué otros factores pueden influir en la relación entre el sueño y sexo, pese a que se ha tenido en cuenta la edad, el estado de la pareja, la educación, la raza, el índice de masa corporal, la etapa reproductiva, la depresión o el uso de anticonceptivos y otros medicamentos.

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