Una ginecóloga muestra el dibujo de un útero a una paciente.

Una ginecóloga muestra el dibujo de un útero a una paciente. iStock

Salud y Bienestar

Miomas uterinos con hemorragias abundantes: ¿la única solución es extirpar el útero?

Estos son los tratamientos más habituales con los miomas uterinos entre los que se encuentra una nueva técnica que permite dejar el útero en su sitio incluso cuando las hemorragias son abundantes.

11 marzo, 2021 00:18
Francisco Loyola Iñaki Prieto*

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Los miomas uterinos son tumores benignos ricos en matriz extracelular y que derivan de los miocitos, que se encuentran presentes en el miometrio. Estos miomas se originan a partir de las células de músculo liso que se encuentran en la pared del útero. En la mayoría de los casos suelen ser múltiples, pero también pueden presentarse de forma única.

Hay que decir que son muy comunes. De hecho, más de la mitad de las mujeres presentan miomas uterinos, aunque en la gran mayoría de los casos no dan síntomas. Sin embargo, en los casos que sí se presentan, éstos suelen ser muy variables, dependiendo de la localización, el tamaño y la dirección de crecimiento del tumor.

Los síntomas más importantes son los trastornos del sangrado menstrual y el dolor pélvico, sensación de presión en el estómago, micción frecuente y estreñimiento con manifestaciones de compresión.

El tratamiento de los miomas depende de cuál es el abordaje terapéutico por el que opta el especialista dependiendo de la evolución de los miomas uterinos. Para tratar los síntomas, se suelen utilizar las siguientes opciones:

- Anticonceptivos que ayudan a controlar los periodos menstruales abundantes.

- Dispositivos uterinos (DIU) que secretan hormonas denominadas progestágenos y que contribuyen en algunos casos a reducir el sangrado abundante.

- Los suplementos de hierro resultan importantes en el caso de que la paciente pueda sufrir o ya padezca anemia por el sangrado excesivo.

- SPRMS (moduladores selectivos del receptor de la progesterona): es una forma de tratamiento reciente que bloquea los receptores de la progesterona a nivel del mioma. Reduce el volumen de los miomas y también el sangrado excesivo. Recientemente se ha aprobado su uso repetido intermitente.

- Análogos de la GnRH: Actúan bloqueando la síntesis de hormonas femeninas (estradiol y progesterona). Controlan el sangrado y reducen el volumen del mioma, aunque su uso esté limitado en el tiempo a causa de los efectos secundarios que presentan.

Sin embargo, puede llegar un momento en que los sangrados no se reduzcan a pesar de recibir estas opciones terapéuticas, ¿qué se puede hacer en estos casos? Hasta no hace mucho, la opción más extendida era practicar una histerectomía (extracción completa o parcial del útero) a la paciente.

El problema que conlleva esta intervención es que se trata de una cirugía mayor, altamente invasiva, con riesgo de hemorragia y un proceso postoperatorio complicado.

En nuestro caso, aportamos una técnica que hasta ahora no se había realizado en Gipuzkoa para tratar un mioma. La embolización del mioma uterino es una técnica que viene realizándose desde hace años en otros países y en menos de cinco horas la paciente puede estar en su casa, sin ningún dolor y en menos de una semana reincorporarse a su rutina habitual, es decir, se trata de una técnica ambulatoria que permite a la paciente incorporarse inmediatamente a su vida, que tiene muy pocas complicaciones y que es muy eficaz.

El procedimiento consiste en suprimir el riego sanguíneo a los miomas. Se procede mediante la introducción (con la paciente sedada, no requiere anestesia general, evitándose también los riesgos que esta implica) de un catéter por la arteria femoral para llegar hasta la arteria uterina y entonces se inyectarán pequeñas partículas de plástico o de gelatina a través del catéter hacia los vasos sanguíneos que les suministran sangre a los miomas.

Estas partículas bloquearán el riego sanguíneo a las diminutas arterias que llevan sangre a los miomas. En cuanto le quitas la irrigación a ese tumor, el tumor disminuye de tamaño y la paciente deja de sangrar. Por lo tanto, se trata de interrumpir el flujo para que el tumor sufra una isquemia y poco a poco vaya disminuyendo de tamaño, ya no sangre, ya no comprima las estructuras vecinas y no dé sintomatología. Además, es importante destacar que seis meses después de la embolización el útero se conserva viable para futuros embarazos.

*Francisco Loyola e Iñaki Prieto son radiólogos intervencionistas de Policlínica Gipuzkoa.