Marisa López-Teijón, doctora en medicina, ginecóloga, investigadora y divulgadora española.
Marisa, la española que ha comprado un castillo por 2,6 millones de euros: "Lo he donado al pueblo"
Un gesto que, según reconoce, podría no tener precedentes en España y con el que busca devolver a la comunidad todo lo que ha recibido a lo largo de su vida.
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Con más de tres décadas de trayectoria profesional, el nombre de Marisa López-Teijón ha estado siempre ligado a la medicina reproductiva, la investigación y la divulgación científica. Ginecóloga de referencia internacional, la leonesa es conocida por su labor al frente del Instituto Marquès, donde impulsó avances pioneros en fertilidad y reproducción asistida.
Reconocida por Forbes como una de las mujeres más influyentes de Cataluña y de España, su trayectoria se ha caracterizado por un enfoque innovador y profundamente humanista, una manera de entender el éxito profesional que desde hace años traslada también a su compromiso con la justicia social y la mejora de las condiciones de vida de la comunidad.
Hoy, sin embargo, Marisa López Teijón vuelve a ser noticia por un motivo ajeno a la medicina, aunque profundamente coherente con su manera de entender la vida. Ha comprado por 2,6 millones de euros el Castillo de Canyelles, en la provincia de Barcelona, para donarlo íntegramente al pueblo.
Una donación de casi 3 millones de euros
España es uno de los países europeos con mayor número de castillos conservados. Se calcula que existen más de diez mil fortalezas, torres defensivas y recintos amurallados repartidos por todo el territorio, fruto de siglos de conflictos, repoblaciones y estrategias militares.
Sin embargo, y a pesar de la enorme cantidad, una parte significativa de este patrimonio histórico no pertenece ni a los municipios donde se ubica ni a sus habitantes, sino a propietarios privados, fondos de inversión o herederos que, en muchos casos, no mantienen un vínculo real con el entorno.
Esta desconexión ha provocado que numerosos castillos permanezcan cerrados o incluso ajenos a la vida cotidiana de los pueblos que los rodean. Una realidad que llevó a López-Teijón a tomar una decisión que, como explica a La Voz de Galicia, "es la primera vez que ocurre".
A pesar de ser de Villafranca del Bierzo, en León, Marisa reconoce Canyelles como su "pueblo de adopción", el lugar al que va para descansar y en el que se siente bien, porque los vecinos así lo consiguen.
Residente desde hace años en una masía situada junto al Castillo de Canyelles, conocía bien el valor simbólico y emocional que la fortaleza tiene para los cerca de 5.000 habitantes del municipio.
El castillo, catalogado como Bien Cultural de Interés Nacional, es el elemento patrimonial más representativo del pueblo, pero durante décadas había sido un espacio vivido de espaldas a la ciudadanía, a pesar de encontrarse en pleno centro urbano.
La chispa que desencadenó todo surgió de una conversación informal con la alcaldesa de Canyelles, Rosa Huguet. La regidora le confesó que uno de los grandes anhelos del municipio era que el castillo pasara a ser de titularidad pública, aunque el precio de adquisición lo hacía inalcanzable para las arcas municipales.
Lejos de quedarse en una simple conversación, Marisa López-Teijón decidió actuar. Se informó sobre la reciente Ley de Mecenazgo de Cataluña y optó por comprar la fortaleza por 2,6 millones de euros con un único objetivo: donarla al pueblo sin imponer condiciones, dejando en manos de los vecinos y del ayuntamiento la decisión sobre su uso futuro.
El Castillo de Canyelles cuenta con referencias documentales desde el año 1478, aunque su origen se remonta a una torre medieval anterior, integrada en la red defensiva del conjunto fortificado de Olèrdola. Históricamente, desempeñó una función estratégica de control de las rutas entre Vilafranca del Penedès y la costa.
En la actualidad conserva elementos arquitectónicos de gran valor, como una torre circular restaurada, tramos almenados y estructuras que testimonian su evolución a lo largo de los siglos. Situado junto a la iglesia parroquial de Santa Magdalena, forma parte inseparable de la identidad histórica del municipio, cuyo nombre ya aparece documentado en el año 992.
Para López-Teijón, la donación es también una forma de agradecimiento personal. En Canyelles encontró, según sus propias palabras, la paz, la calidez humana y la inspiración que alimentaron muchas de sus investigaciones científicas.
De hecho, esta donación no es más que un paso más de su compromiso social hacia otro de los grandes problemas estructurales del país: el acceso a la vivienda, especialmente entre los jóvenes. Desde su nueva incursión en el sector inmobiliario, denuncia un mercado que considera insostenible, con alquileres desorbitados que impiden la emancipación y, en consecuencia, la formación de nuevas familias.
En la actualidad, Marisa trabaja en más de treinta proyectos de vivienda asequible dirigidos a jóvenes y familias, con modelos alternativos como el cohousing y el coliving, concebidos para ofrecer alquileres dignos sin recurrir a la especulación inmobiliaria.
En todos estos proyectos subyace la misma filosofía que la llevó a comprar el castillo de Canyelles: la idea de que el éxito personal adquiere sentido cuando revierte en la sociedad. López-Teijón defiende que las personas deben poder pagar dignamente por su vivienda sin depender de ayudas sociales y que la colaboración entre iniciativa privada y administraciones públicas puede ofrecer soluciones reales.