
John Lennon y George Harrison en Londres junto a Cynthia Lennon, Patti Boy y su hermana Judy Boyd, en 1968.
De Linda McCartney a Yoko Ono y la 'quinta Beatle': las mujeres que forjaron el mito del cuarteto de Liverpool
Más allá de ser las parejas a las que los 'Fab Four' dedicaron temas, moldearon su estética, impulsaron su éxito y cosecharon carreras exitosas por su cuenta.
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El universo biopic sigue cosechando éxitos en taquilla y las películas que recorren la vida de músicos generan una expectación considerable antes de estrenarse en pantalla.
En las últimas semanas, la noticia de que los Beatles volverán al cine ha dado la vuelta al mundo, con una propuesta de cuatro películas dirigidas por Sam Mendes que prometen revelar aspectos inéditos de una banda que marcó generaciones.
La historia del cuarteto de Liverpool ha sido trasladada al cine en múltiples ocasiones. Esta vez, Harris Dickinson se pondrá en la piel de John Lennon, Paul Mescal en la de Paul McCartney, Barry Keoghan interpretará a Ringo Starr, y Joseph Quinn hará lo propio con George Harrison.
Habrá que esperar hasta 2028 para disfrutar de la reinterpretación de sus temas más icónicos y actuaciones que prometen sorprender. Pero, ¿y qué hay de las mujeres detrás de los Fab Four?, ¿habrá sitio para ellas en la saga?
La presencia femenina jugó un papel innegable en el grupo británico. Ellas trascendieron el papel de musas para convertirse en figuras que inspiraron etapas creativas, allanaron su camino a la fama y realizaron grandes contribuciones a sus proyectos.
Infrarrepresentados en el inabarcable corpus documental que recuerda a los artistas, estos son los nombres y apellidos que les acompañaron.
Linda McCartney, icono de Rolling Stone
Mucho antes de ser la esposa del sir —la reina Isabel II incluyó a Paul McCartney en su Lista de Honores de Año Nuevo en 1996—, Linda Eastman fue una fotógrafa de renombre en la escena del rock.
Fue la primera mujer en firmar la portada de la revista Rolling Stone, y durante su trayectoria retrató a artistas como Aretha Franklin, Jimi Hendrix o Bob Dylan. Su ojo capturaba la vulnerabilidad detrás del escenario, la humanidad detrás del mito.
McCartney encontró en ella no solo una pareja, sino una socia creativa. Ambos formaron parte de Wings, grupo que el cantante y guitarrista fundó apenas un año después de la disolución de los Beatles.
El nombre de la banda se inspiró en el momento en que Linda dio a luz a la segunda hija del matrimonio. El documental Wingspan (2001) revela cómo, en el nacimiento de Stella, tanto la vida de la bebé como la de su madre corrieron peligro por complicaciones en el parto. A la mente de McCartney venían unas "alas" cada vez que rezaba, de modo que acabó por bautizar a su nuevo proyecto con esta palabra.
Inicialmente, la neoyorquina recibió críticas por su aparente "falta de técnica", pero su apoyo fue fundamental en la continuación musical de su marido. También fue una figura clave para mantenerle a flote tras la muerte de Lennon.
Autora de colecciones como la Linda McCartney's Sixties: Portrait of an Era (1993), que incluye retratos a artistas famosos y a su propia familia durante esa década, su trabajo ha sido exhibido en más de 50 galerías internacionales y en el Victoria and Albert Museum de Londres.
Además, destacó por su firme compromiso en defensa de los derechos de los animales y, en el año 2000, el Centro Linda McCartney, una clínica para pacientes con cáncer, se inauguró en el Royal Hospital de la Universidad de Liverpool en su honor.
La mirada íntima de Astrid Kirchherr
Mucho antes de la leyenda de los Beatles, Astrid Kirchherr ya los había capturado con su cámara en Hamburgo. Aquella joven fotógrafa alemana, de mirada melancólica y estética afilada, se encargaría de tomar sus primeras fotografías profesionales, cuando aún eran cinco y tocaban en clubes oscuros.
Su estilo, influenciado por Richard Avedon y la fotografía de moda de los años 50, dotó a sus retratos de una oscuridad elegante y un juego de contrastes que marcaría para siempre la imagen del grupo. Esa mirada vanguardista inspiraría más tarde la portada del álbum With the Beatles, realizada por Robert Freeman.
La relación de Kirchherr con Stuart Sutcliffe la conectó emocionalmente con el grupo, pero su aportación no fue meramente sentimental. Además de documentar sus primeros pasos con delicada sensibilidad, fue responsable del famoso look Beatle.
Ella misma estilizó el peinado moptop en George, Paul y John e influyó directamente sobre el vestuario de la banda.
Considerada por muchos "la quinta Beatle", su legado contribuyó no solo a configurar la estética inicial, sino que sirvió como herramienta de marketing fundamental. Fue McCartney quien llevó sus retratos de vuelta a Liverpool con el permiso explícito de Kirchherr para que se usaran como material promocional.
Aunque su obra desde 1967 fue limitada, Astrid dejó una huella indeleble en la historia del grupo más influyente del siglo XX. Su vida llegó al cine con la película Backbeat (Iain Softley, 1994), donde fue interpretada por Sheryl Lee y se mostró al mundo la intensidad con la que vivió aquellos días en Hamburgo.

Astrid Kirchherr (con la cámara), Ringo Starr y John Lennon sentados en un tren durante el rodaje de 'A Hard Day's Night' en 1960. Getty Images
Pattie Boyd, musa, modelo y artista
La británica fue una de las musas por excelencia de los Beatles, pero reducir a eso su historia sería un error. En 1962, tras un tiempo trabajando como peluquera, comenzó una próspera carrera en el mundo del modelaje que la llevó a desfilar para grandes diseñadores en Nueva York, París y Londres.
Colaboró con los fotógrafos más destacados de la época —como David Bailey, Terence Donovan y Eric Swayne— y ella misma desarrolló un interés por este campo que la llevaría a realizar múltiples exposiciones de fotografía tiempo después. Conoció a George Harrison en el rodaje de A Hard Day's Night (Richard Lester, 1964), se casaron en 1966 y ella inspiró su canción Something (1969).
Esta relación la condujo a un universo de espiritualidad que también impregnó al grupo: fue ella quien introdujo al músico en el mundo del misticismo hindú, la meditación trascendental y la obra de Ravi Shankar, elementos que marcaron profundamente la música de los Beatles en su etapa más psicodélica.
Posteriormente, Boyd se casó con el músico Eric Clapton, y este le dedicó el tema Layla en 1970.

La exmodelo y fotógrafa británica, en una imagen de archivo. Getty Images
Durante las sesiones de Help! y Rubber Soul, pasaba horas en el estudio, observando, opinando, viviendo la gestación de esos temas. Su libro de memorias, Wonderful Today: George Harrison, Eric Clapton, and Me (2007), no solo desvela secretos personales, sino que deja ver cuánto participó del imaginario artístico de una época.
La influencia de Yoko Ono
Cuando John Lennon conoció a Yoko Ono en 1966, ella ya era una figura destacada del arte conceptual y de la escena vanguardista neoyorquina. Nacida en Tokio y criada entre Japón y Estados Unidos, había sido una de las primeras mujeres en estudiar Filosofía en la Universidad de Gakushūin y estaba profundamente influida por el movimiento Fluxus.
El encuentro se produjo en una galería londinense en la que Ono presentaba una instalación interactiva. El músico quedó fascinado por su enfoque provocador y minimalista.
Desde entonces, su influencia fue inmediata: colaboraron en performances y grabaciones experimentales que marcaron la recta final de la carrera del cuarteto.
Grabaron discos juntos, como Unfinished Music No. 1: Two Virgins (1968), Unfinished Music No. 2: Life with the Lions (1969), Wedding Album (1969), Some Time in New York City (1972), Double Fantasy (1980) y Milk and Honey (1984).
Yoko Ono fue activista por la paz junto a John Lennon, y ambos llevaron a cabo encamadas en Ámsterdam y Montreal. Más allá de su controvertida relación, con tantas luces como sombras, su romance transformó la forma en que él entendía el arte, la política y la exposición pública.

John Lennon y Yoko Ono en una imagen de archivo. Metrópoli Abierta de EL ESPAÑOL
Otras voces, otras huellas
Detrás de escena hubo otras mujeres imprescindibles. Maureen Starkey, esposa de Ringo Starr, acompañó al grupo en sus años más caóticos, lidiando con la presión mediática y el frenesí de la fama. Un papel discreto, aunque fue una presencia constante y un ancla emocional para el batería.
Por su parte, Jane Asher, pareja de McCartney durante los años de gloria Beatle, fue actriz, intelectual y miembro del círculo artístico londinense. Inspiró canciones como Here, There and Everywhere o I'm Looking Through You.
También caben las menciones a Olivia Harrison, quien, tras la muerte de George Harrison, se convirtió en guardiana de su legado musical; y a Barbara Bach, conocida por ser la chica Bond en La espía que me amó (Lewis Gilbert, 1977) y actual esposa del batería de los escarabajos.
A Cynthia Lennon, primera esposa de John, que fue su primer amor y estuvo a su lado cuando la banda buscaba su sitio en la escena musical; a Julia Lennon, madre del artista, encargada de enseñarle a tocar el banjo y encender en él la chispa musical; y a tantas otras mujeres que marcaron la vida y obra del cuarteto más icónico de todos los tiempos.