Raquel Carpio, es la única española que practica esta disciplina.

Raquel Carpio, es la única española que practica esta disciplina.

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Raquel Carpio, la acróbata española pionera en rueda alemana: “Aunque me acueste a las 5, a las 8 doy clases”

La disciplina circense y su faceta docente se complementan. Ahora expone a Magas la realidad del espectáculo, los sacrificios y la inestabilidad del sector.

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Hay quien lleva el deporte en su ADN. Raquel Carpio (1977) nació, literalmente, en movimiento, "en el coche, de camino a Requena", confirma. Desde entonces su vida ha estado ligada al vértigo de las acrobacias imposibles.

La valenciana comenzó muy pequeña a practicar gimnasia artística y acrobática. Hizo sus pinitos en voleibol y cuando llegó el momento de escoger futuro laboral, se decantó por su mayor pasión: la actividad física. Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, durante su formación conoció un particular aparato acrobático que le daría la popularidad de la que goza hoy día.

"Una profesora de la facultad se interesó por la rueda alemana y trajo una chica germana para que nos diera un curso. Me gustó, aprendí rápido y me compré la mía propia", recuerda sobre su acercamiento a este acrobático y desconocido instrumento. "Todo empezó por una casualidad", afirma.

Al acabar la carrera se convirtió en profesora de educación física en un instituto de educación secundaria y desde sus clases busca transmitir una visión diferente sobre el deporte más allá de las disciplinas comunes. Como y cuando puede, concilia su faceta educativa con la artística y recorre el territorio nacional ofreciendo espectáculos "bonitos, elegantes y acrobáticos" como le gusta definirlos.

¿Qué te aporta de diferente la rueda alemana en comparación a otras disciplinas?

Me sentí muy cómoda desde el principio, no tienes mucho impacto, como si pasa en la gimnasia, que es más dura y agresiva. En la rueda haces acrobacias sin tanta dureza para las articulaciones. Es un aparato original, la gente cree que solo puedes engancharte y girar, pero tiene muchas posibilidades.

Raquel Carpio durante uno de los entrenamientos.

Raquel Carpio durante uno de los entrenamientos. Jose Antonio Lara

Me gustó que fuera algo diferente, que me sintiera cómoda en el aparato, que fuera creativo, que me permitiera hacer espectáculos. Como era poco conocido en España, enseguida que empecé a salir en programas e ir a exhibiciones llamé la atención. Fue un empujón a mi vida artística.

Es tan único que pocas personas más lo practican en España, no existen clubes ni espacio común, ¿pensaste en abandonar o ser diferente te impulsa a no parar?

Ha habido una lucha entre ambas cosas. Siempre he entrenado sola, no hay ningún club en España de rueda alemana, solo personas sueltas como yo que he ido conociendo con los años. La cuestión es que a mí me encantaba practicar ese aparato y la única forma de hacerlo era o bien formarse fuera o entrenar por mi cuenta.

A veces se ha hecho duro no estar en un ambiente con más gente donde poder practicar; que alguien te ayude; mirar a tus compañeros entrenando y tener el aliciente de estar con personas.

Pero, por otro lado, el hecho de ser de las pocas personas que hace esto me da exclusividad y que recurran a mí para hacer actuaciones. Digamos que compensaba la soledad de entrenar sin nadie más con la exclusividad. Se hace un poco cuesta arriba, pero como me motiva, me ilusiona y me gusta, haces de tripas corazón y sigues adelante.

Diste el paso de salir de España para formarte, ¿cómo se vive la rueda alemana en otros países?

Hay clubes de rueda alemana donde se enseñan muchísimas más acrobacias y dificultades de las que yo sé hacer. Quien vive de esto se presenta a campeonatos del mundo, trabajan para el Circo del Sol y otros espectáculos donde pueden brillar y donde el nivel de exigencia es muy alto.

Yo aquí hago un número bonito, elegante, con ciertas acrobacias, pero no soy de la élite de la rueda alemana.

Modestia aparte, el Circo del Sol ha contado contigo…

Fue un evento especial que hicieron en Valencia para presentar el nuevo McLaren de Fórmula 1, pero no actué con rueda alemana sino con zancos.

La compañía vino con sus artistas y también contrató talento local para reforzar el espectáculo principal que tenían preparado.

¿Qué se siente al ser parte de un espectáculo de tal magnitud?

Es muy gratificante, no solo con el Circo del Sol. Trabajé un año en Berlín, en el mejor teatro de Europa, y he hecho eventos chulísimos en Qatar y en Egipto. He hecho tantas cosas a lo largo de mi vida… pero siempre hacer un espectáculo de una magnitud así, con renombre, y el peso de una gran compañía, es muy gratificante porque es en esos momentos ves que vale la pena el sacrificio, tiene recompensa.

Raquel Carpio durante una actuación.

Raquel Carpio durante una actuación. DR

¿Cómo concilias tu faceta de profesora con los shows?

Procuro buscar los huecos que me permite el día. Si trabajo por las mañanas, a mediodía o por las tardes, entreno con los diferentes aparatos que tengo, la rueda alemana o los aéreos. A la hora de hacer espectáculos, en verano, tengo más disponibilidad por las vacaciones.

Hay propuestas que tengo que rechazar porque no me da tiempo ir y volver. No siempre puedo coger todo lo que me proponen, lo primero para mí es el trabajo que tengo de profesora. A veces he hecho locuras como irme a Barcelona, volver y aunque me acueste a las cinco de la mañana, estar a las ocho dando clase como una campeona.

¿Qué te aporta el mundo del espectáculo a la hora de impartir tus clases y transmitir a tus alumnos la pasión por el deporte?

Les intento dar a conocer modalidades deportivas que no son competitivas y que tienen esa parte creativa, artística, de cooperación con compañeros y que les pueden dar un toque diferente con una base musical.

Mis clases las arrastro al mundo del espectáculo, con malabares, equilibrios, figuras en grupos… Dentro de los contenidos obligatorios quiero que vean que no solo existen los deportes colectivos o individuales como los de raqueta o pelota, sino que hay otras actividades deportivas que suelen rechazar porque no consideran que no sean deportes.

Intento hacer ver que todo lo que sea movimiento es una actividad física y que resulta muy interesante.

¿Aflora el gusanillo de formar a otros en rueda alemana?

Lo he pensado muchas veces. He tenido en mente aprovechar mi conocimiento y experiencia, encontrar un espacio. Pero apenas tengo tiempo para mí, quizás en un futuro cuando no tenga la carga de ahora de entrenar, dar clases, tener vida también para mi chico y para mi familia.

Es complejo porque no es un deporte reconocido, requiere espacios amplios para practicar y el material no es fácil de conseguir. Se necesitan ruedas de diferentes tamaños y medidas porque van en función de la altura de las personas y para enseñar tienes que tener muchas ruedas de muchos tamaños.

¿Y el de aventurarse a dejar la docencia para recorrer el mundo con tu rueda?

Cuando me salió la oportunidad de trabajar en Berlín, pausé todo por actuar en un teatro impresionante, con un espectáculo increíble. Decidí irme un año, me encantó la experiencia y al volver intenté dedicarme solo a ser artista, pero las condiciones económicas en España son muy diferentes.

En Alemania tenía un sueldo y podía vivir perfectamente, pero aquí salen espectáculos puntuales, de poca duración. Te tienes que mover sin parar y salir de España. Tengo compañeros artistas que se dedican a esto en exclusiva y están ahora en Madrid, luego en Canadá… tienes que llevar un ritmo y un nivel de exigencia muy alto para ser profesional y destacar.

Raquel Carpio, especialista en rueda alemana.

Raquel Carpio, especialista en rueda alemana. Jose Antonio Lara

Probé dos o tres años y vi que era muy inestable. Volví a la docencia porque necesitaba seguridad. No siempre tenemos que dedicarnos a la pasión como tal, sino que también la estabilidad es importante y hay que encontrar el equilibrio. Así me lo planteé yo.

Esto me apasiona, quiero hacerlo, pero hay que buscar un camino que sea factible. He encontrado mi equilibrio, tengo mi trabajo de profesora y sigo desarrollando mi otra faceta de artista y tan feliz.