El poder transformador de las mujeres en la Iglesia tras nombrar a la primera 'ministra': "Van a sanear la institución"
- Tras la llegada del Papa Francisco, el número de mujeres ha aumentado en los puestos de administración de la Santa Sede. El último ejemplo, sor Brambilla.
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Sacerdotes, obispos, cardenales, monaguillos... Si pensamos en la Iglesia es difícil imaginar a mujeres. Sin embargo, haberlas haylas, y cada vez más. A pesar de que ellas siempre han formado parte de un segundo plano en temas eclesiásticos, la realidad es que cada vez son más las que se sumergen en el funcionamiento de la Santa Sede. Y no necesariamente como fieles.
De momento no tenemos constancia de que exista ninguna mujer obispo, y no parece que vaya a poder ser posible porque la doctrina solo permite desempeñar esa labor a los varones. Sin embargo, sí pueden acceder al funcionamiento de la Iglesia como trabajadoras, realizando otras muchas funciones.
Superioras de congregaciones, directoras de museos y bibliotecas, secretarias de gobernación, cabezas visibles de dicasterios... los cargos administrativos son muy variados y, aunque hasta el momento solo un 22% estén ocupados por mujeres, el porcentaje de incorporaciones femeninas cada vez es más alto.
Ejemplo de ello es el nuevo nombramiento de una prefecta de la Curia Romana, lo que equivaldría a una ministra en un Estado civil. Es la italiana sor Simona Brambilla, quien ya se alza como la primera mujer de la historia en llegar a un cargo eclesiástico tan alto. ¿Será la única en escalar tanto? ¿Qué poder podrían llegar a alcanzar las mujeres en la Santa Sede?
Sor Simona Brambilla
Sor Simona Brambilla tiene 58 años y es enfermera y psicóloga. Fue misionera en Mozambique y también ha desempeñado durante casi diez años el cargo de superiora general de las Misioneras de la Consolata, una congregación católica femenina fundada en 1910. Todo ello le ha sido suficiente para merecerse el puesto de prefecta en la Curia Romana, la primera de la historia en serlo.
"Es como si dijéramos que, por primera vez en España, hay una ministra... ¡Como pasó en la Transición!", explica Silvia Martínez Cano, licenciada en Teología Fundamental por la Universidad de Deusto y miembro de la junta de la Asociación de Teólogas Españolas (ATE). En este caso, la Curia Romana es la estructura de gobernanza de la Iglesia, "que tiene su homólogo en el Consejo de Gobierno de un país como España". Por otro lado, la palabra "prefecta" hace alusión al cargo, que ha sido asignado en el caso de Simona Brambilla por el mismísimo Papa Francisco.
Pero la italiana no es la única que, como afirma la experta, "abre la brecha de liderazgos de mujeres en una estructura mayoritariamente masculina". Antes de ella, ya se nombraron a otras miembros de los dicasterios, los consejos e incluso la directora de los Museos Vaticanos. Pero no mucho tiempo antes: fue Francisco I quien comenzó esta apertura, que cada vez más parece dejar atrás las obsoletas jerarquías de la Iglesia e ilusionar así a los fieles.
Camino (tortuoso) a la paridad
Este sendero comenzó a trazarse en los años 60, aunque de una manera muy primitiva, con el Concilio Vaticano II y en plena revolución sexual y reivindicación del control sobre los cuerpos. Por aquel momento, las mujeres tenían prohibido el acceso a los cargos sacramentales, es decir, no podían ser sacerdotes y tampoco estaban presentes en los puestos administrativos de la Santa Sede.
No fue hasta 1971 cuando el cardenal George B. Flahiff de Canadá propuso en el Sínodo de Obispos el acceso del ministerio para las mujeres: "Seríamos infieles a nuestro deber con más de la mitad de la Iglesia si, al menos, no tocásemos el tema", decía. Sin embargo, la Iglesia no aceptó el sacerdocio femenino, lo que abrió gran debate social en 1976.
En este sentido, Valentín Aparicio, teólogo y secretario del Instituto Superior de Estudios Teológicos San Ildefonso, explica que "la Iglesia no es un partido político que pueda amoldar sus decisiones en función de sus programas". Además, añade que "la palabra de Dios requiere que nosotros la aceptemos a ella y no al revés", refiriéndose a que su doctrina no puede cambiarse.
El teólogo Valentín Aparicio: "San Juan Pablo II dejó claro que la dimensión sacramental es exclusiva de los varones y no se puede cambiar"
"Pero otra cosa es que puedan ocupar cargos administrativos dentro de la Iglesia", afirma con rotundidad el teólogo. En ese caso, las mujeres pueden desempeñar cualquier puesto. "Dirección de la biblioteca vaticana, museos, también pueden estar en el ámbito judicial, en los tribunales del Derecho Canónico, en las congregaciones como superioras generales, en la dirección de colegios y universidades...", enumera. Pero, ¿hay paridad en todos ellos?
La llegada de Francisco I
Según una encuesta realizada por Vatican News con motivo del Día Internacional de la Mujer, en el año 2010, bajo el pontificado de Benedicto XVI, 4.053 personas estaban empleadas, 697 de las cuales eran mujeres (alrededor del 17%). En 2019, este porcentaje subió al 22%, alcanzando las 1.016 empleadas en la Santa Sede. Esto se debe a la reforma que planteó el Papa Francisco a su llegada.
Como afirma Silvia Martínez Cano, parte de ese cambio se basó en la reorganización de la Curia Romana y los dicasterios: "Antes solo estaban dirigidos por cardenales y obispos, por lo que todo el poder estaba concentrado en ellos. Ahora lo interesante es que se está nombrando a personas que saben sobre la materia que van a coordinar, y que hay mayor presencia de mujeres". Este es el caso de Simona Brambilla.
Además, la teóloga afirma que esto ayudará a sanear las instituciones. Como Silvia Martínez Cano explica: "Hay una necesidad de actualización en un mundo que ha cambiado mucho en los últimos 60 años, y la curia necesita mejorarse y olvidar algunas inercias históricas, como la de que solo están presente los obispos y cardenales, aunque no sean expertos en su materia".
"Un alud de esperanza"
Ahora, y tras los nombramientos de los últimos años, los expertos y fieles miran al futuro. Según Carmen Massé, profesora del Departamento de Teología Moral y Praxis de la vida Cristiana de la Facultad de Teología de la Universidad Pontificia Comillas, es de prever que, a partir de este momento, vaya creciendo el número de mujeres trabajadoras en la Santa Sede.
"Soy optimista porque hay puertas que se han abierto y es difícil que se cierren por la propia evolución social y la mentalidad igualitaria. De hecho, en el documento final del Sínodo de Obispos se dice que es urgente que las mujeres puedan participar en los procesos de toma de decisión", explica la profesora.
Carmen Massé: "El Vaticano es uno de los Estados con menos mujeres porque todos los habitantes son trabajadores de la Iglesia"
Por su parte, la experta Silvia Martínez Cano concluye afirmando que este tipo de nombramientos son una buena noticia, pero no son suficientes. "Lo ideal sería que, en una iglesia formada por el 80% de mujeres, haya por lo menos una paridad en el aspecto administrativo y la gobernanza".
Sin embargo, no olvida el gran impedimento de la Santa Sede: la desigualdad en la sacramentalidad. "Mientras la Iglesia Católica ponga todo su peso en el sacramento, la dificultad de una igualdad real entre hombres y mujeres estará presente".