Ana Muga.

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Protagonistas

Ana Muga y el Club de los 300: "Llevamos desde la época del chapapote haciendo vinos solidarios"

MagasIN conversa con la hermana pequeña de una de las familias vinícolas más prestigiosas de nuestro país.

31 diciembre, 2022 19:35

Muga es un buen vino, pero además es un vino bueno. Tiene mucho cuerpo y demasiado corazón. Un corazón que late gracias a los 300. Y no hablo de la película épica protagonizada por Gerard Butler, me refiero a los 300 socios que pertenecen al Club Muga, una sociedad formada por 300 personas amantes del vino que comparten los valores de la generosidad, la empatía y las ganas de contribuir a hacer del mundo un lugar un poco mejor.

Un club que, como el vino Muga, derrama alegrías allá por donde pasa y a cuyo frente se encuentra Ana Muga (San Sebastián, 1976), la hermana pequeña de una de las familias vinícolas más prestigiosas de nuestro país.

“Soy la pequeña y la única mujer, pero no soy ni de broma la mimada de mis hermanos mayores Manu, Eduardo y Juan”.

[Bodegas Muga consolida los 27 millones de facturación]

Actualmente la boyante empresa, que prevé facturar 30 millones de euros en 2022 -un 11% más que en 2021- y que está presente en 81 mercados internacionales, es el fruto del trabajo de la tercera generación de los Muga y Ana es su community manager, además de la responsable del Club solidario.

¿Ana, como has llegado hasta aquí, después de haber estudiado ADE, Comercio, Protocolo… y haber trabajado en seguros, construcción y hasta con maquinaria hospitalaria?

La familia Muga

La familia Muga

Pues precisamente fue mi paso por una empresa de venta de maquinaria hospitalaria de segunda mano la que me llevó a países como África y a ver in situ las necesidades que tenían.

Eso unido a que al ser madre no quería viajar tanto ni correr riesgos innecesarios y que veía que la bodega familiar necesitaba actualizarse en el mundo de las redes sociales, hizo que me decantara por otra de mis pasiones, el mundo de internet.

Me formé como community manager y llevo desde el 2014 como responsable de todo el tema de redes y web, así como de consejera y embajadora de la marca en Madrid. Aparte, estoy dentro de la plataforma "Mujeres que Transforman" de la Escuela AFI (Asociación de Financieros Internacionales) donde organizamos ponencias y catas benéficas centradas en la "Economía y el Vino".

¿Podríamos decir entonces que eres una influencer en el mundo del vino?

Bueno, lo cierto es que llevo ocho años impulsado el “cambio de imagen tecnológico” de la histórica bodega riojana, imprimiéndola de frescura y cercanía y logrando atraer la atención de una clientela más joven e inconformista. Somos un equipo de cuatro personas y yo soy la que tomo las decisiones junto con mi compañero que está en bodega, Miguel y gestionamos contenidos, creatividades, notas de prensa que subimos a la web…

¿Y qué hay acerca del famoso Club de los 300, esa puerta abierta a la solidaridad que hace de Muga un vino con corazón y que acaba de cumplir 10 años?

Llevamos desde la época del chapapote haciendo vinos solidarios, pero realmente nuestra labor más solidaria se materializó con el Club de los 300, en febrero de 2012. Todo surgió en una comida con amigos y clientes de mis hermanos Juan y Eduardo, en el Carnaval del Vino que lleva años organizándose.

Durante la sobremesa regada con los mejores vinos de la bodega, se propuso esta iniciativa. Y en estos diez años hemos realizado cinco proyectos a nivel nacional e internacional y el sexto proyecto espero que se materialice a principios del 2023. La idea es que en cada proyecto participe un miembro de la familia yendo in situ a verlo.

¿Y cómo colaboran los socios?

El objetivo de cada socio es que por cada aportación económica que realice para cada proyecto, recibe en su casa una caja de vino exclusivo con una etiqueta y caja de madera específica del proyecto y en cada botella viene su número de socio manuscrito por mi tía Isabelita, segunda generación, que con sus 84 años va todos los días de lunes a sábado a la bodega.

La familia Muga se compromete a ceder cada año entre 1.800 y 2.000 botellas de un vino único, elaborado especialmente para el Club. De este modo, cada socio dispone de una cuota de seis botellas de un vino exclusivo y el importe que cada persona desembolsa por dicho cupo va íntegramente a la financiación del proyecto asistencial o de ayuda al desarrollo.

¿Y puedes detallarnos un poco más los cinco proyectos en los que os habéis implicado hasta ahora?

Sí, han sido: Vino por Agua, Vino por Educación, Vino po Dignidad, Vino por la Vida y Vino por nuestros Héroes. En el que yo me he implicado más a fondo como miembro de los Muga ha sido en el cuatro proyecto, con el lema Vino por la Vida.

En enero de 2017 fuimos mi prima Eva y yo a Benín y vivimos en primera persona lo duro que es ser madre en ese país. Construimos gracias a la Fundación local “Vida para todos”, un centro de Nutrición y un anexo a la Maternidad de una localidad muy pobre. Este proyecto lo elegí yo porque en 2012 sufrí, en mi segundo parto, una situación de mucho riesgo para mi hija y para mí a causa de una mala praxis.

Vuestro último proyecto fue en 2020 y, como excepción, pasó a ser el Club de los 300 y pico y se quedó dentro de nuestras fronteras…

Sí, lo llamamos “Vino por nuestros héroes” y fue el proyecto que más implicación tuvo por parte de todos los socios del Club. Fue en plena pandemia, cuando hacía falta todo tipo de material sanitario y que tanto costaba conseguir. Ahí nos implicamos todos los miembros de la tercera generación Muga, que somos un total de siete: mis hermanos y yo, y mis dos primos y una prima. Para mí fue todo un reto y muy emotivo.

Recuerdo que estuve trabajando toda la Semana Santa, desde casa, mano a mano con uno de los artífices del Club de los 300, Roberto Bodegas, gran amigo y mejor cliente. Todos los contactos de todos los socios querían participar por todos nuestros Héroes: médicos, enfermeros, cuerpos de seguridad que se dejaban la piel por conseguir que la población sobreviviera a la pandemia. Y pasó a ser el Club de los 300 y pico porque para este proyecto llegamos a ser 450 socios.

¿Y dónde tenéis previsto poner vuestro próximo “grano de uva”?

Fachada de la torre Muga.

Fachada de la torre Muga.

Va a ir directo a "Vino por la Investigación" y más concretamente a la del cáncer Infantil. Iba a ser este año, pero las circunstancias de la falta de vino y de los encarecimientos de las materias primas, así como la falta de vidrio no nos lo ha permitido. Confío en poder hacerlo a principios de 2023.

Este proyecto lo elegimos a principios de año y fue mi primo pequeño, Isaac, quién lo sugirió y se ha implicado por vivir de cerca el cáncer de la hija de siete años de uno de sus mejores amigos. A raíz de la pandemia, las ayudas económicas a la Investigación en general y a estos tipos de cáncer tan específicos en particular se han reducido exponencialmente y nosotros, como dices tú, queremos aportar nuestro granito de uva.

Y a ti Ana ¿qué te aportan estas acciones tan poco habituales en las empresas?

Sobre todo felicidad y bienestar. Lo bonito del Club de los 300 es que todos los proveedores habituales de las materias primas están implicados en la aportación altruista de las mismas: botellas, etiquetas, corchos, cápsulas, cajas de madera, envíos… Y esa solidaridad y empatía se contagia y se transforma en magia.

Ahora que parece que empaparse de la cultura del vino es lo más top, ¿qué hacéis en tu familia por el enoturismo?

Hacemos todo lo que podemos y vamos a más. El turismo del vino es una moda que claramente ha llegado para quedarse. Ahora más que nunca la gente quiere disfrutar de las mayores experiencias posibles. Y en Muga nos gusta compartir nuestra historia familiar y nuestras tradiciones y mostrar nuestra bodega y nuestra forma tradicional de hacer vino. Por eso ofrecemos diferentes experiencias como cursos de cata, paseo por el viñedo, viajes en globo para ver los campos desde el cielo…

Nos han elegido como una de las 12 mejores bodegas de Europa para hacer enoturismo y no podemos relajarnos. De hecho, en 2023 vamos a invertir 500.000 euros para mejorar las instalaciones enoturísticas, tanto en la viña como en bodegas.

¿Y en cuanto a sostenibilidad ambiental, en qué momento se encuentran las bodegas Muga?

Muga continúa dando importantes pasos. Acabamos de obtener el certificado Wineries for Climate Protection otorgado por la Federación Española de Vino (FEV). Este título se suma a los certificados ya obtenidos (ISO 14.000 en viñedo, ISO 9.000 y 14.000, así como certificados PEFC o FSC en toda la madera utilizada en la bodega) y a las medidas ya adoptadas en esta materia. 

Por ejemplo, la ampliación de su instalación fotovoltaica -encargada de convertir la luz del sol en corriente eléctrica que es consumida in situ-, el uso de la moderna técnica de la poda de respeto, el control biológico de plagas, el uso de abonos orgánicos en los viñedos, la instalación de estaciones meteorológicas, la implantación de hoteles de insectos y cajas nido o el uso de la Biomasa para la calefacción, entre otras.

Tu abuelo creó la Bodega Muga, embotellando vinos de calidad; tu padre y tus tíos, conquistaron el mercado español; tú, junto a tus hermanos y primos, estáis paseando vuestros vinos por el mundo… ¿Qué te gustaría que hicieran tus hijos y sobrinos?

Un globo con el logo de Muga.

Un globo con el logo de Muga.

Me encantaría que se mantenga en la cuarta generación lo que estamos consolidando los de la tercera: orgullo de pertenencia, sacrificio, pasión y amor por lo que hacemos cada uno dentro de lo que cada uno sabe hacer. Buen vino dentro de una imagen de Calidad muy buena o excelente según cosecha, mucha comunicación tanto interna como externa y buena coordinación entre los departamentos técnicos y comerciales siempre con una buena gestión del negocio.

Si te digo Rioja, ¿qué te viene a la cabeza? ¿Y si te digo Haro?

Río Oja, Marca España y reconocimiento internacional. Haro: cuna del vino, dónde he pasado gran parte de mi infancia y espíritu de pertenencia por parte de la rama de mi padre. Es la ciudad que tantas satisfacciones me ha dado a lo largo de los años.

Ana, tú que te has formado en Protocolo en la ESERP Business&Law School, ¿puedes contarnos qué no debe faltar en una buena mesa?

En una buena mesa lo que no puede faltar es una buena compañía para disfrutar de esos pequeños momentos que nos brinda la vida. Más que la mesa, para mí es importante una buena copa para disfrutar de una buena sobremesa y si es con un vino Muga mejor. Y a los invitados, recibirles con un buen aperitivo, una buena sonrisa y con mi vino favorito, un Muga Selección Especial Reserva. Y, en su defecto, con un buen Malbec de Mendoza, Argentina, por ejemplo, de la bodega de Catena-Zapata que también me encanta.

¿Qué tengo que hacer para ser una buena wine lover?

Lo primero, ser una Mugalover y luego pasar a catar otros vinos. Y solo se necesita tener ganas de disfrutar de los pequeños placeres que te da una copa de vino cuando lo tomas en una buena mesa en familia o con buena compañía de amigos. Yo poco a poco voy consiguiendo que mis amigos y clientes sean cada vez más Mugalovers.

-Y tú, que eres una Mugalover de cuna, serías capaz de reconocer todos tus vinos si te someto a una cata a ciegas?

Jajaja. Un mismo vino me sabe diferente según el día que tenga, según el lugar y la compañía. Para mí, el mejor vino es el que a uno le gusta y si es por un buen motivo y en la mejor compañía mucho mejor.

¿Cómo habéis celebrado en Muga que vuestro Torre Muga 2016 haya sido el único vino que ha obtenido la máxima calificación, 100 puntos, en la edición 2022 de la prestigiosa publicación Guía Proensa, que recoge los mejores vinos de España? ¿Y que Prado Enea Gran Reserva 2015 sea con 94 puntos el único Rioja seleccionado entre los 100 mejores vinos del mundo en la Wine Spectator Top 100 en 2022?

Siempre con los pies en la tierra, con ilusión por seguir trabajando en el día a día y muy orgullosos de nuestro gran equipo técnico, gestor y comercial que todo ello lo hace posible. Mucha admiración por nuestro gran equipazo

¿Qué has tenido que dejar por el camino por dedicarte al vino?

Nada. Es un aprendizaje diario y un mundo apasionante dónde cada día descubro algo nuevo y me siento feliz trabajando para algo que me gusta y tengo más que nunca, sentimiento de pertenencia. Por eso deseo que perdure en nuestras siguientes generaciones.

Dicen que los vinos mejoran con los años, pero ¿crees que los años también mejoran con vino? ¿Cuál sería tu deseo de mejora para 2023?

Por supuesto, es un juego de palabras que me encanta. Y en 2023 quiero que sigamos como estamos a día de hoy en el 2022.

Y como guinda a este 2022 Muga ha dejado sus dos últimas creaciones: Torre Muga 2019 y Aro 2019, dos vinos con calificación de “Excelente”. Las buenas condiciones climáticas han permitido que las uvas maduraran potente y perfectamente; justo lo mismo que le ha sucedido a Ana que, criada entre cepas, ha madurado elegantemente como mujer empresaria y celosa de su casta y su legado: el buen vino que plantó el abuelo Isaac y el vino bueno que ella y los de su generación riegan a conciencia.