Entre las diez científicas más prestigiosas de España y las cien del mundo se encuentra Pilar Mateo, de quien además cabe destacar su vocación humanitaria. Cree firmemente que la ciencia debe estar al servicio de la sociedad.

Es doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Valencia y por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y doctora Honoris Causa por la Universidad Anáhuac de México. En la actualidad tiene ocho familias de patentes y es presidenta de la empresa Inesfly Corporation, donde también dirige además el departamento de I+D.

Ha centrado su actividad en desarrollar diferentes tipos de productos de alta tecnología basados en una técnica de microencapsulación de su invención. También se ha focalizado en el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías para erradicar enfermedades mortales que se difunden a causa de la pobreza. La investigación y su intensa participación en proyectos solidarios han hecho a Mateo merecedora de más de 70 premios nacionales e internacionales.

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Con este contexto nos preguntamos qué llevó a Pilar Mateo a decantarse por la carrera científica. "Mi padre tenía una fábrica de pinturas y barnices especiales, y eso me motivó a estudiar Química", cuenta. Comenzó trabajando en temas de corrosión metálica y electroquímica para escribir su tesis doctoral. Esta versó sobre la innovación de pinturas anticorrosivas ecológicamente aceptables.

En este punto de su vida, empezó a colaborar en la empresa familiar. Comenzó como peón de fábrica, para conocer su funcionamiento, y después montó un laboratorio, ganó un premio de Innovación de la Generalitat Valenciana (1989) y empezó a investigar el desarrollo de nuevos productos. 

"Al principio, investigaba pinturas (antioxidantes) sistemas anticorrosivos. De ahí pasé a diseñar productos retardantes del fuego, antideslizantes y otros parecidos. En los años 90 empecé con la tecnología para el control de insectos con polímeros", cuenta a MagasIN. 

En 1996, presentó la solicitud de su primera patente de Inesfly para asegurarse de que nadie pudiera evitar que sus productos salieran a la luz.

"Las patentes brindan incentivos y protección a las personas en la medida en que ofrecen un reconocimiento a su creatividad y les dan la posibilidad de obtener una recompensa material por sus invenciones", apunta. 

Mateo explica a MagasIN que cuando tienes una empresa familiar pequeña y compites con grandes multinacionales, las patentes son un instrumento muy válido que permite y favorece la inclusión de tus productos en el mercado en competencia con estas grandes empresas. 

Pero, ¿qué es exactamente una patente? "Una patente no es más que el derecho exclusivo que se concede sobre la invención de un nuevo producto o una nueva tecnología, susceptibles para ser explotados comercialmente", explica la científica. 

Y continúa: "Esta exclusiva se concede a condición de que se haga pública la invención, con el fin de que la competencia conozca con todo detalle en qué consiste la tecnología para que no pueda copiarse. La protección por patente significa que una invención no se puede producir, usar, distribuir con fines comerciales, ni tampoco vender, sin que medie el consentimiento del titular de la patente". 

Hoy, Pilar Mateo cuenta con ocho familias de patentes en más de cien países del mundo, incluyendo Estados Unidos y la Unión Europea. Le preguntamos cómo lo ha conseguido y responde que es una persona creativa a la que le gusta solucionar problemas de la vida cotidiana, de las cosas que observa. 

"Por ejemplo, estando en Bolivia constaté el grave problema de los piojos en los niños y de ahí salió el INEX, un producto para el control de los piojos con aceite de oliva saponificado que los elimina de forma mecánica", señala.

Y prosigue: "Del cierre de un quirófano con la presencia de patógenos en un hospital de Valencia me vino la idea del desarrollo de Inesfly. Del problema de los animales domésticos patenté las virutas de madera impregnadas... Y así sucesivamente. Luego, el tiempo y determinadas circunstancias comerciales permiten el desarrollo y el mantenimiento de estas patentes, que son muy caras de mantener. En cualquier caso, hay más de 150 millones de patentes en el mundo y lograr una patente y no entrar en conflicto con las existentes es casi un milagro".

Y es que Mateo no solo es una brillante investigadora, también es una mujer emprendedora. "Soy una emprendedora con una fuere vocación social y me gusta asumir riesgos. Busco crear empresas que tengan alma, que sirvan para potenciar la inclusión de las personas en el mundo laboral, y en especial de las mujeres". Actualmente, es presidenta de la empresa Inesfly Corporation y dirige además el departamento de I+D. 

Lo que más le gusta de su trabajo es pensar e inventar soluciones para problemas de la vida cotidiana. "Por diversas circunstancias y por el gran impacto científico y social ha tenido, sin duda, el control de vectores (insectos) que transmiten enfermedades endémicas ha sido mi referencia principal". 

Crear 'Pintura que salva vidas' le ha hecho sentir la obligación de conseguir que la tecnología ayude a las personas más pobres que sufren enfermedades endémicas. Desde 2015, colabora directamente con la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través del Programa especial TDR/WHO. 

"Hemos realizado ya cinco proyectos, cuatro de ellos para el control de los flebótomos que transmiten la Leishmaniasis Visceral, en Nepal y Bangladesh, y uno para el control de las larvas del mosquito Aedes, que transmite el dengue, en Colombia. En Brasil hemos conseguido la luz verde del Ministerio de Salud para el uso de nuestra tecnología y en Cabo Verde hemos controlado la transmisión del dengue. Y en cada caso hemos usado unas formulaciones diferentes demostrando así nuestra versatilidad". 

Además, Mateo cuenta que últimamente está muy concienciada de la importancia de la salud de los animales, ya que estos se han convertido en un reservorio para la transmisión del virus, y de la salud vegetal, ya que cada vez son mayores los problemas de la agricultura para sostener una población creciente en número con una producción siempre afectada por la proliferación de insectos y de enfermedades. 

Una científica 'top'

Pilar Mateo forma parte de las top 10 mujeres científicas más prestigiosas de España y del top 100 mundial. Fue elegida una de Las Top 100 de 2011, 2012 y 2013 y por ello la cientí­fica hoy forma parte de Las Top 100 Honorarias. Le preguntamos por la clave de su éxito. 

"Partimos del hecho real de que las mujeres hemos vivido bastante apartadas de la ciencia y la investigación, por lo que esta clasificación debemos ponderarla partiendo de este criterio. En mi caso, la clave ha sido el éxito logrado en el control de los insectos. Si los resultados hubieran sido diferentes o no se hubiera publicado, es evidente que el esfuerzo realizado nunca hubiera sido valorado". 

Y continuamos hablando de los obstáculos con los que se encuentran las mujeres en la carrera científica. 

"En las empresas familiares no creo que este tipo de situación sea tan importante. Pero cuando se trata de ponderar el trabajo científico de una mujer, entonces realmente creo que sigue habiendo dos varas de medir las cosas. Los premios importantes en el mundo científico siempre acaban en manos masculinas. La impresión que tengo es que sigue habiendo un estereotipo de género, de manera que ciencia y mujer parecen palabras antitéticas". 

Al servicio de la sociedad

"La ciencia debe estar al servicio de la sociedad", declaró anteriormente la científica. Hoy, explica a MagasIN que si para algo ha podido servir el Covid, sin duda, ha sido para valorar la importancia de la ciencia y en concreto de la vinculada con la salud. "Las vacunas han sido un ejemplo palpable de la ciencia vinculada con la sociedad". 

Cuando Mateo empezó a trabajar con el control de insectos, constató la relación directa existente entre las enfermedades de las personas y su pobreza.

"Si queremos un mundo mejor, menos contaminado y más sostenible, tenemos que potenciar la ciencia y la innovación a gran escala. Con lo que tenemos no basta", valora.

Concienciada, puso en marcha el Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo (MoMIM) y la Fundación Pilar Mateo Ciencia y Conocimiento en Acción. 

"Tuve la suerte de vivir varios años, largas temporadas, en Bolivia, con el pueblo guaraní y desde ahí potencié mi implicación en proyectos sociales. No hacerlo hubiera resultado algo así como 'contemplar el horizonte neutro'. Empiezas por la salud y pasas, sin remedio, a intentar solucionar otros problemas como la alimentación, el empleo...", explica.  

Y continúa: "Empiezas a entender claramente la discriminación de las mujeres en estas sociedades tan desiguales. Mi proyecto social se ha vinculado siempre con la formación profesional vinculada al empleo desde una perspectiva femenina, porque las mujeres son las encargadas de llevar la casa, mantener a los hijos, educarlos y encima tienen que buscar la forma de encontrar dinero para la casa. A menudo, los hombres ni están ni se les espera".