Margarita Álvarez, CEO de Working for Happiness.

Margarita Álvarez, CEO de Working for Happiness.

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Margarita Álvarez, CEO de Working for Happiness: "La clave de la felicidad está en las relaciones"

La empresaria comparte con MagasIN algunas reflexiones sobre la felicidad y cuáles son las claves para conseguirla. 

18 julio, 2022 01:03

A veces, la felicidad comienza ayer. De hecho, ayer mismo, Margarita Álvarez aconsejaba a una de sus empresas-cliente cómo mejorar el protocolo de una de las reuniones claves semanales: las de arranque de cada semana, ciertamente áridas.

Desde ahora, explica Álvarez, “las reuniones de los lunes de esta empresa comenzarán con un ‘¿qué tal estás?’, seguido de un espacio de varios minutos para contestar. No vale con decir simplemente ‘bien’. Y qué diferente es la sensación que se genera cuando tu manager te pregunta qué tal has pasado el fin de semana, cómo te encuentras, pero esperando que le contestes, ¿no te parece?”, remarca.

Varias veces en la conversación con Margarita Álvarez sobrevuela la idea de que 'los gestos más pequeños generan los cambios más grandes'. Una fórmula que puede resultar archiconocida, pero que Álvarez ha llevado a otro nivel. Es la fundadora del Instituto de la felicidad, ha sido nombrada una de las 50 mujeres más poderosas de España por la revista Forbes, una de las mujeres directivas más influyentes de España, una de las 10 directivas clave de los últimos tres años (Top 100 Mujeres Líderes), y asesora a diferentes empresas del IBEX-35.

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“A menudo son los detalles más humanos los que más nos llegan, los que más nos hacen pensar que algo es posible”, cuenta. Álvarez estudió “Derecho y fue en Coca-Cola donde trabajé en diferentes áreas hasta que llegué a ser adjunta al presidente y directora del Instituto de la Felicidad, proyecto que llevamos a cabo con la colaboración de las universidades más prestigiosas del mundo”.

Recuerda cómo concretamente una de las acciones que más le impactó fue “la colaboración con la Complutense y Harvard para definir un índice que midiera la felicidad” que, de hecho, fue llamado “PHI o índice de Pemberton”, en honor al farmacéutico que descubrió la fórmula de la Coca-Cola: una escala que mide variables numéricas y calcula un índice de felicidad personal.

En su nueva etapa profesional, Margarita ha pasado a ser directora de la Fundación Human Age Institute de  ManpowerGroup, donde “puedo aplicar estos conocimientos generales a la felicidad en el trabajo, buscando entender qué es lo que nos mueve en nuestro entorno laboral”. Claramente, “es difícil ser feliz en la vida si no lo eres en el trabajo, porque pasas un tercio de tu vida en él”. Ella va a liderar la nueva estrategia de la fundación, "sostenibilidad con acento en la S (de social)".

"Confundimos las relaciones sociales con las redes sociales", señala Álvarez. 

¿Qué es lo que más nos hace sentir plenos en el entorno laboral? Ella explica cómo “especialmente ahora, estamos trabajando en la recuperación emocional. En cuatro vectores”, y señala los que son: “el crecimiento”, en el sentido de percibir que uno es mejor profesional con el paso del tiempo; el “reconocimiento”, que incluye muchos factores, no sólo el económico; el “impacto, puesto que necesitamos pensar que lo que hacemos tiene un sentido, un propósito, que a qué se dedica tu empresa te llene más allá de tu tarea”; y, por último, “las relaciones personales dentro de tu empresa”.

Para la CEO, “estas relaciones con los demás dentro de tu empresa, el compañerismo que sientas, el buen ambiente, son absolutamente claves ahora. Asimismo, si eres mánager, saber cómo se encuentra tu equipo, qué les está afectando individualmente, se ha hecho especialmente necesario”. Y señala que “todos hemos sufrido mucho en la última etapa y todos hemos perdido algo, en mayor o menor medida, durante los últimos tres años. Ahora todos queremos que sepan de nosotros, que se preocupen por nosotros, no sólo como empleados, sino como personas”.

Profesional y personal son dos conceptos que para ella “son cada vez más difíciles de separar”. De hecho, en 2014, Margarita Álvarez crea “el Observatorio de Innovación en el Empleo y la Educación (OIEE), juntocon 22 empresas, para ayudar a reducir el gap entre las habilidades que se estudian, se desarrollan en la vida diaria y lo que las empresas demandan”. No sólo en estudios universitarios, sino también en los estudios de Formación profesional, “para acortar esa distancia y que los estudiantes entiendan en qué consiste el mundo empresarial”.

Desde su empresa de consultoría, Working for Happiness, Margarita realiza proyectos de consultoría de márketing y recursos humanos para empresas de diferente tamaño, con el afán de “entender cómo deben ser las organizaciones del futuro”.

¿Cuál es su definición de la felicidad?

Yo las colecciono, porque cada uno tenemos una diferente.

¿Qué no es felicidad, entonces?

Cuando hablamos de felicidad, a veces la confundimos con la alegría, cuando la felicidad tiene más que ver con la serenidad, paz interior y plenitud con la vida, y muchas veces la confundimos con la euforia o el placer.

Para usted, ¿cuándo se es feliz, aunque sea moderadamente?

Eres feliz cuando consigues disfrutar del día a día, sentir que tu vida tiene sentido, que tienes un impacto en tu metro cuadrado y cuidas de tus relaciones sociales.

¿Tan importantes son las relaciones sociales?

La clave de la felicidad está en la relación con el otro. Y muchas veces esas relaciones las cuidamos o descuidamos por muchos motivos. Descuidamos esa parte de relaciones con la familia, amigos y personas del trabajo sin darnos cuenta de que la sensación o no de plenitud depende mucho de eso. Y esa red te genera mucha paz cuando las circunstancias son difíciles. Es necesario saber que puedes levantar un teléfono y que hay alguien al otro lado para ayudarte a atravesar una situación.

Entiendo que no, pero ¿se trata de tener muchos amigos?

No, no, es más importante la calidad que la cantidad. Pero también de tener más amistades, ¿por qué no? Otra cosa que confundimos también son las relaciones sociales con las redes sociales, que no hace falta explicar que no son lo mismo.

¿Cómo fue el lanzamiento del Instituto de la felicidad?

Lo creamos en Coca-cola, como una entidad sin ánimo de lucro, allí fui la presidenta durante cinco años y tenía a Eduardo Punset conmigo y muchos expertos. Se trataba de investigar y difundir la felicidad, en todos los planos para divulgar ese conocimiento, en multitud de congresos, monográficos, y combinaciones: la felicidad con la infancia o la felicidad con la salud, todo tipo de constructos.

"Eres feliz cuando disfrutas del día a día"

¿Llegaban a dar consejos específicos?

No, aquello no era para dar claves o consejos, sino para generar y dar conocimiento. Entender cómo funciona nuestro cerebro o nuestras emociones, y poder gestionarnos, eso es muy clave. Y la ciencia y la investigación como palancas.

¿Cuál es su último descubrimiento?

[Sonríe] Sí, siempre lo hay. Una de las cosas que se está trabajando ahora, que me parece fascinante, es cómo conseguir que las neuronas no degeneren. No me refiero a que no envejezcan, sino a que no degeneren y uno de los aspectos más interesantes es la aproximación de un neurocientífico, Pascual-Leone, con la ‘ilusión’ como factor para que no se produzca esa degeneración, para que tus sinapsis neuronales degeneren menos. Y, fíjate, que si hay algo que hemos perdido últimamente, es la ilusión por los sucesos mundiales.

¿La neurojuventud implica entonces curiosidad?

Así es. Y la sensación de hacer algo relevante, hay que esforzarse por recuperarla desde el punto de vista neuronal.

¿Entonces es felizmente sano hacerse preguntas según sus indicios?

Hace poco leí una frase: si dos personas piensan lo mismo, sobra una de ellas, y esto pasa mucho en las organizaciones, cuando tendemos a rodearnos de personas que piensan lo mismo.

Habitualmente imparte conferencias para chicas jóvenes en el programa Inspiring Girls, ¿cómo describiría a las nuevas generaciones?

Es que les han tocado momentos difíciles, dos crisis, una pandemia, una guerra. Sienten que cualquier cosa ya es posible. Ten en cuenta además que la personalidad se forja en esos años pero en grupo y que ellos no han podido socializar tranquilamente hace varios años… Esa etapa es muy importante, y no han podido vivirla sin problemas.

¿Qué soluciones se proponen?

Tenemos que conseguir que los jóvenes entiendan la importancia de lo que hablábamos antes, de valorar y de celebrar las cosas cotidianas. Todos contagiamos emociones cada día, lo importante es que seamos consciente de cómo. Sensibilizar, pararnos y celebrar el día a día. Y pensar cómo, de qué manera vamos a impactar con un propósito personal, cada uno en nuestro pequeño metro cuadrado.