-
La sutileza
A veces, el maximalismo y el minimalismo se cruzan y se encuentran con tanto acierto como sucede en este dos piezas de la firma, en el que destaca la riqueza del tejido.
El top, con un escote profundo en pico, desemboca en un péplum no demasiado marcado, una tendencia que, como la propia definición del término implica, es cíclica, y que ahora regresa de forma mucho más ligera y orgánica que otrora.
-
Duelo de extremos
En este delicioso styling, el azul marino y el blanco se funden a la perfección, dando lugar a uno de los tándems más deseables en moda.
De acuerdo a esta propuesta, las bermudas volverán a reemplazar a los shorts cuando el calor comience a hacer de las suyas.
Es inevitable comentar la jugada maestra de composición de la prenda superior, donde en un simple vistazo se atisba la complejidad de la confección de esta chaqueta.
-
Sempiterno
El amarillo mantequilla no se despega de la paleta de colores del momento. De hecho, se apodera de ella en presente y en futuro, como se aprecia en este look monocromático de SIMORRA.
En este estilismo, incluso el cabello de la modelo, recogido en un elegante moño de bailarina pulido, todo encaja.
Para las amantes de la moda: hay que tomar nota de la vuelta de las faldas largas con silueta dosmilera en su versión más elegante.
-
-
Imprescindible
La gabardina, esa prenda atemporal a lo largo de los años, pero también de las estaciones. El abrazo cuando el otoño hace acto de presencia, pero también para sobrellevar la brisa fresca de las mañanas de primavera.
La firma juega aquí con un diseño clásico que se renueva con troquelados geométricos. A destacar, la presencia del maxi clutch, que sigue copando su sitio entre los accesorios del momento en el día a día.
-
'Mix and match'
Mezclar para ganar puede ser un acierto total. No obstante, se puede hacer desde un riesgo más controlado, como es el caso de esta combinación que propone SIMORRA.
Aquí, el blanco reluciente de la camisa de organza, que se potencia en cuellos, puños y la tira de los botones, contrasta con el tono crema de los pantalones. Un éxito inesperado que concuerda de forma coral con el bolso en aguamarina.
A finales de agosto, SIMORRA publicaba en su cuenta de Instagram un carrusel de imágenes acompañado del siguiente texto: "Contamos historias a través de nuestros tejidos. No solo diseñamos prendas; creamos texturas que nos conectan con la idea de la colección".
Y este concepto tomó forma ayer, miércoles 17 de septiembre, en su desfile FRACTAL, la presentación de la colección Primavera-Verano 2026 de la firma. Una propuesta que hila a la perfección con su predecesora.
En esta ocasión, las prendas se deshacen de ciertas capas, pero sus bases se mantienen, anticipando la subida de temperaturas y la ligereza a la que estas invitan. Una manifestación pura del carácter futurible de la moda.
Y ese aspecto que permanece es la esencia de SIMORRA. La limpieza de líneas, unos diseños con una visión vanguardista cuya maestría reside en el respeto a la artesanía y a aquellos que la hacen posible.
El concepto que le da nombre a la colección hace alusión a la rama de las matemáticas que estudia los fractales, cuya estructura es compleja y autosimilar, es decir, sus partes conservan una forma proporcional e irrepetible a diferentes escalas. Son un auténtico desafío.
No obstante, entre tanto tecnicismo, la verdadera referencia es el medioambiente, el foco que nunca pierde el atelier. En realidad, la clave está en el entorno, donde se encuentran patrones detallados hasta el extremo. En este contexto, siempre hay un caos ordenado. Lo abstracto dentro de lo palpable, de lo que salta a la vista. Ver lo extraordinario en lo cotidiano.
Todas las líneas, caras y aristas de FRACTAL se desplegaron en la jornada de ayer en el Palacio de Cibeles, el escenario que ha acogido las propuestas OFF de la MBFWMadrid, que desde hoy ya transcurre en IFEMA, donde se prolongará hasta el domingo.
"Todo existe, nada es nuevo. Todo ha sido inventado por un conocimiento mayor que llamamos naturaleza y que, en su juego infinito de formas, de geometrías ancestrales, nos desvela su belleza. Patrones fractales que se expanden guiados por una matemática vital", esa fue la carta de presentación hace unos días en el perfil de Instagram de la firma.
Con esta declaración de intenciones, las modelos, con prendas que desprendían tanta delicadeza y fragilidad como fuerza, pisaron un escenario que se mimetizaba a la perfección con la apuesta de SIMORRA.
Ante la presencia de los invitados a la cita, se paseó un galimatías de volúmenes ligeros, texturas que elevan la idea de minimalismo y elementos naturales que invitan a soñar con todo lo posible. Con aquello que aún se puede explorar.
La paleta de colores escogida fue un baile al compás de los tonos neutros que chocaban de forma orquestada con la intensidad del fucsia; la sobriedad con un punto de luz del azul marino; y, como no podía ser de otra forma, la sutileza del amarillo mantequilla, una de las propuestas estrella de la gama cromática de estas dos últimas temporadas que seguirá presente de cara a la siguiente.
La apuesta de SIMORRA encierra tanto talento como la que tiene la capacidad de componer un soneto en el que los versos endecasílabos encajan sin esfuerzo. Invita a soñar con llevar cada una de sus prendas. A cualquier parte. En cualquier momento.
