La firma lleva casi 80 años fabricando calzado en España. Cedida
Así es Toni Pons, la firma que ensalzó la alpargata y conquistó a Victoria de Suecia y la reina Letizia
Actualmente en manos de Jordi Pons, nieto de su fundador, es una de las marcas de calzado imprescindibles de nuestro país.
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En una era en la que las tendencias se desvanecen sin contemplaciones, resistir y mantenerse en el tiempo se alza como una proeza al alcance de pocos. Entre ellos, en el mundo del calzado, destaca Toni Pons.
La firma lleva el nombre y apellido de su fundador y se anuncia sin rodeos ni superficialidad: "Calzado artesanal hecho en España desde 1946". Una declaración de intenciones que no solo corrobora su apuesta por la confección nacional, sino también por la durabilidad.
Ha convertido la alpargata en su símbolo, aunque en la actualidad, en sus diferentes tiendas (una de ellas en el corazón de la capital, en la calle del Carmen) y su página web, cuenta con numerosas referencias que destacan por su versatilidad. Y siempre con la comodidad como premisa. No es casualidad que miembros de la realeza como Victoria de Suecia, Marie de Dinamarca o la mismísima reina Letizia hayan lucido sus modelos. Entre sus clientas famosas también destaca Pippa Middleton, hermana de Kate.
Jordi Pons, actual CEO y nieto del fundador, nos revela los entresijos de una firma familiar, artesanal y española que huye del consumo rápido y nos recuerda que el tiempo es el bien más valioso.
Empecemos por el origen. ¿En qué momento y cómo surge la firma?
Mi abuelo fundó la empresa en 1946 en Osor, un pequeño pueblo cerca de Girona. En aquel momento, en plena posguerra, la misión era clara: ofrecer calzado de calidad a los vecinos, utilizando los materiales que tenían a su alcance. Se fabricaban alpargatas de esparto y botas de piel con suelas hechas a partir de neumáticos reciclados.
Desde entonces, la empresa ha evolucionado enormemente, pero siempre hemos querido mantener intacta nuestra esencia: crear calzado de calidad con el que verse bien y sentirse aún mejor.
La familia es un valor añadido…
Ser una empresa familiar nos ha permitido crecer con coherencia, sin perder de vista nuestros valores fundacionales: la excelencia en el trabajo, el sentido común, la calidez en el trato, la integridad, la credibilidad social y el respeto por el entorno. Esta continuidad generacional nos ha aportado estabilidad, y una visión a largo plazo que sigue marcando nuestro rumbo.
Jordi Pons, en una foto de archivo. Getty Images
En un mundo de mil posibilidades de calzado… ¿Por qué la alpargata es tan especial?
Porque es mucho más que un calzado: es tradición, Mediterráneo, verano, identidad… Es un producto con denominación de origen.
De hecho, recientemente se hallaron en una cueva de Granada los zapatos más antiguos documentados en Europa: unas sandalias de esparto con más de 6.000 años de historia. Lo más sorprendente es que la forma de su suela guarda un asombroso parecido con la de nuestras alpargatas actuales. Un detalle que evidencia la larga trayectoria de este tipo de calzado a lo largo del tiempo.
Desde entonces, la alpargata ha estado presente en los trajes regionales de muchas comunidades y ha sabido reinventarse generación tras generación, adaptándose a las nuevas tendencias sin renunciar nunca a su esencia original.
¿Cómo trabajáis en el día a día?
Nuestro trabajo diario se basa en una fuerte coordinación entre equipos: diseño, compras, producción, comunicación, retail… Todo gira en torno al producto, que es el auténtico protagonista.
El proceso es profundamente colaborativo, y combina creatividad, conocimiento técnico y mucha dedicación. Nos esforzamos por estar siempre atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor —en el mercado, en la moda, en la sociedad— para poder reinventarnos cada temporada sin perder nuestra esencia.
El proceso creativo detrás de las alpargatas más buscadas. Cedida
La confección de calidad es clave… ¿Dónde se lleva a cabo?
Se crean en nuestra sede en Girona, y todo el calzado de nuestra colección de verano se realiza en España, entre las zonas de La Rioja y Alicante.
De hecho, la mayoría de nuestras alpargatas se siguen cosiendo a mano. Apostamos por materiales naturales como el yute, el algodón, el lino o el serraje, y buscamos siempre proveedores que compartan nuestros valores.
¿Qué retos destacaríais?
Fabricar en España es todo un reto, no solo por los costes que conlleva, sino también por las exigencias que implica. Aun así, es una decisión que responde a nuestro compromiso con el entorno y con nuestro oficio.
La más difícil es encontrar el equilibrio entre calidad, diseño y competitividad en un mercado cada vez más global. Además, aquí trabajamos bajo normativas mucho más estrictas que en otros países donde las regulaciones son más flexibles. Todo esto añade complejidad, sí, pero también da sentido a lo que hacemos: una producción cercana, que apuesta por el trabajo bien hecho y por cuidar el territorio.
Detalle del artesano con un ovillo de hilo. Cedida
Trabajar de forma artesanal es otro reto en sí…
Implica tiempo, dedicación y un profundo respeto por el oficio. Cada par de alpargatas cosido a mano es fruto de años de experiencia y del saber hacer que se ha transmitido de generación en generación.
La artesanía no es solo una técnica: es una manera de entender el producto, de honrar la tradición y de respetar la esencia de un calzado con historia. Supone renunciar a la inmediatez para apostar por la calidad, por los detalles y por la autenticidad que solo lo hecho a mano puede ofrecer.
¿Hacia dónde avanza el mundo del calzado?
Hacia una mayor conciencia. El consumidor busca marcas con propósito, productos duraderos y sostenibles, que sean únicos y auténticos. En nuestro caso, sentimos que estamos en una posición que nos acerca mucho a este objetivo.
¿Y en el caso de la marca, qué futuro ansiáis?
Queremos seguir creciendo de forma sostenible, reforzando nuestra presencia internacional sin perder nuestra esencia. En cierto modo, nos sentimos embajadores del estilo de vida mediterráneo y de nuestra tradición artesana gracias a nuestros productos.
Foto de la campaña de Sita Murt.
Habéis lanzado una cápsula con Sita Murt, una firma muy alineada con la vuestra…
Fue una colaboración muy natural. Ambas marcas tenemos un origen compartido, el Mediterráneo, que nos sirve de fuente de inspiración y ayuda a dar forma a nuestras colecciones, también compartimos valores esenciales, como la pasión por el diseño, la artesanía y la atención al detalle. Nos une una forma de hacer las cosas con cuidado, sensibilidad y autenticidad.
El resultado no podría gustarnos más: una colección que transmite la luz, el paisaje y el carácter de nuestro Mediterráneo. Son piezas que hablan de raíces, de estilo y de una forma de vivir.
¿Cuál es el secreto para mantenerse en el tiempo y más en un sector tan cambiante como el de la moda?
Escuchar. A nuestros clientes, al mercado y al propio equipo. Y al mismo tiempo, mantener muy claro quiénes somos. Saber adaptarnos a las tendencias del sector sin perder la esencia.
¿Y el del mejor calzado posible?
Es aquel que combina comodidad, calidad, diseño y durabilidad. Es uno versátil que te acompaña allá donde vayas, que puedes llevar todo el día sintiéndote bien.
Cada fase de la producción se realiza desde la máxima minuciosidad artesanal. Cedida
Aunque vuestro calzado sea esencialmente plano, ¿habéis notado un cambio de paradigma con respecto al uso de tacones o plataforma?
Lo cierto es que siempre apostamos por la comodidad, ya sea con modelos planos o con algo de altura. Queremos que las personas que llevan Toni Pons se vean bien y se sientan todavía mejor.
De hecho, desde hace tiempo, las cuñas y los tacones que aportan algunos centímetros extra predominan sobre los modelos totalmente planos. En nuestro caso, la comodidad es un requisito imprescindible en cualquier diseño. Por eso, todos nuestros modelos, independientemente de su altura, incorporan plantillas acolchadas y hormas cuidadosamente estudiadas para ofrecer una pisada confortable durante todo el día.
¿Cuál es el modelo más vendido de Toni Pons?
Es difícil de decir, depende de la temporada, pero hay clásicos como el Ter, el Etna o el Bernia que llevan años siendo referentes de ventas. Son modelos que representan muy bien nuestro ADN.
Los diseños de Toni Pons cada vez atraen a un público más amplio y diverso. Cedida
¿Habéis notado un cambio de clientela en los últimos años?
Sí, especialmente en dos aspectos: un claro rejuvenecimiento del público y una mayor presencia internacional. Cada vez nos descubren más personas jóvenes que se sienten atraídas por el diseño, la autenticidad y los valores de la marca.
Aun así, seguimos valorando profundamente a quienes nos han acompañado durante años y confían en Toni Pons temporada tras temporada. Son ellos quienes han hecho posible que lleguemos hasta aquí, y quienes nos inspiran a seguir fieles a nuestra esencia.
Ahora, con cierta distancia… ¿Cómo diríais que habéis afrontado el reto de la digitalización?
Para nosotros, ha sido una gran oportunidad para conectar con nuevos clientes y fortalecer la presencia de la marca a nivel global. Somos muy conscientes de su importancia, y por eso seguimos trabajando constantemente en mejorar nuestro canal online. De hecho, hace apenas unos meses lanzamos nuestra nueva web, con el objetivo de ofrecer una experiencia de usuario más ágil, intuitiva y atractiva.
Detalle de un modelo de la firma española. Cedida
Al mismo tiempo, supone un reto importante: es un entorno muy dinámico que exige adaptación continua, innovación y generación de contenido de calidad constante. Es un proceso exigente, pero también muy estimulante.
¿Cómo percibís el tema de los aranceles anunciados por Estados Unidos?
Vivimos el anuncio con mucha incertidumbre. A día de hoy no está claro cómo se aplicarán ni en qué plazos, lo que dificulta la planificación. En caso de que entren en vigor, procuraremos, en la medida de lo posible, que no todo el sobrecoste repercuta en el cliente final.
