Alejandra, limpiadora, en una imagen de sus redes sociales.

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Estilo de vida

Alejandra, limpiadora, sobre el salario en España: "Limpiando baños gano más dinero que un ingeniero en mi país"

Según organismos internacionales, el salario medio en Honduras se sitúa, aproximadamente, entre 387 y 550 euros.

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Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), España ha alcanzado un récord histórico de población en 2025, superando los 49.4 millones de habitantes a finales de año. De acuerdo con los datos, en estos 12 meses han llegado al país 626.268 personas más de las que se fueron.

Este incremento demográfico, impulsado principalmente por el saldo migratorio positivo, responde a una combinación de factores. Por un lado, la población española ha experimentado en 2025 un ligero repunte de la natalidad; por otro, la población extranjera ha encontrado en el país mejores oportunidades laborales y, sobre todo, niveles salariales más atractivos.

Y es que, aunque los salarios en España sean con frecuencia uno de los principales motivos de queja entre los trabajadores nacionales, para muchas personas procedentes de América Latina suponen un salto económico difícil de imaginar en sus países de origen. Es el caso de Alejandra, hondureña y empleada en el sector de la limpieza.

Diferencia de salarios entre países

La historia de Alejandra no es excepcional. Como ella, miles de personas llegan cada año a España procedentes de países latinoamericanos empujadas por la falta de oportunidades, los bajos salarios y la precariedad laboral en sus lugares de origen.

Honduras es uno de los países con menores niveles salariales de la región. Incluso los empleos cualificados, como la ingeniería o la docencia universitaria, ofrecen remuneraciones que apenas permiten cubrir las necesidades básicas.

Según organismos internacionales como el Banco Mundial y la OIT, el salario medio en Honduras se sitúa entre ~L12,000 y L17,000 Lempiras hondureñas, que equivalen aproximadamente a entre 387 y 550 euros, dependiendo del tamaño de la empresa y la actividad económica.

Frente a este contexto, España aparece como un país donde, pese a las dificultades internas, el trabajo ofrece mayores ventajas. El salario mínimo interprofesional marca un suelo salarial que, incluso en sectores poco cualificados como la limpieza, resulta muy superior a los ingresos de muchos profesionales en América Latina.

A ello se suma la existencia de convenios colectivos, jornadas reguladas, vacaciones pagadas y acceso a la sanidad pública, elementos que para muchos migrantes representan una mejora sustancial de sus condiciones de vida, más allá de la cifra concreta que aparece en la nómina.

El sector de la limpieza es uno de los principales nichos laborales para la población migrante en España. Según datos recientes, representan aproximadamente un tercio de los empleados en sectores de limpieza y hogar y, además, cerca del 30% de las mujeres ocupadas en este sector son extranjeras.

@alejandraalvare82 #latinosenespaña🇪🇸 #honduras #emigrantes #limpieza #trabajo #hondureñosenespaña ♬ Jorge - El de la gorra 💥

Muchas de ellas cuentan con estudios medios o superiores que no son reconocidos en España o que no pueden homologar por motivos económicos y administrativos, lo que las obliga a aceptar empleos muy por debajo de su nivel de cualificación. La sobrecualificación es, de hecho, una de las características más comunes del empleo migrante en el país.

Alejandra encaja plenamente en este perfil. En Honduras, estudiar era presentado como el camino para "llegar lejos", una promesa que hizo a su madre.

Sin embargo, la falta de un tejido productivo capaz de absorber a los titulados y ofrecerles salarios dignos ha convertido esa promesa en frustración. En España, aunque su trabajo no se corresponde con sus expectativas iniciales, el salario le permite enviar dinero a su familia, ahorrar y proyectar un futuro con mayor seguridad.

Esa comparación constante entre lo que se gana aquí y lo que se ganaría allí es clave para entender por qué muchos migrantes consideran que, incluso limpiando baños, su situación ha mejorado de forma notable.

El caso de Alejandra pone también sobre la mesa la situación en ambos países. La economía española se beneficia de la llegada de trabajadores extranjeros que sostienen sectores esenciales y poco valorados, mientras muchas de estas personas ven desaprovechada su formación y su talento.

Al mismo tiempo, sus países de origen pierden personas formadas, incapaces de encontrar allí un futuro digno. La frase de Alejandra no es solo una comparación salarial, sino una radiografía de un sistema desigual en el que el lugar de nacimiento sigue determinando, en gran medida, las oportunidades vitales.