Imagen de archivo de una pareja haciendo deporte.

Imagen de archivo de una pareja haciendo deporte. iStock

Estilo de vida

Del “¿entrenamos?” al “¿nos vemos después?”: así nace el amor en las quedadas para correr que arrasan en España

Tras esta tendencia hay factores como el potencial del deporte como activador del deseo y la necesidad de construir conexiones reales y espontáneas.

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"Estoy muy feliz", dice Raquel. Conoció a su actual pareja en una macroquedada para correr en Madrid. No fue en un bar ni en una app de citas, sino en unas zapatillas de running, sudando al ritmo de una ciudad que, sin quererlo, se ha convertido en la pista de despegue de cientos de historias como la suya.

“Me apunté con una amiga por casualidad y estuvimos a punto de no ir, porque estábamos supercansadas”, cuenta. “Era una quedada en Casa de Campo y, después de correr, fuimos al Café del Lago con todo el grupo. Nos lo estábamos pasando tan bien que nos quedamos hasta el final”.

Al día siguiente, sin planearlo, repitieron. Tocaba Retiro y parada para tomar el café o refresco de rigor en Coffee Paris. “Fue pasando el día, comimos con el grupo, y yo me fijé en un chico que me parecía mono, aunque apenas hablé con él. Cuando llegué a casa tenía ganas de volver a verlo”, recuerda.

Regresó el miércoles siguiente. Coincidió con él de nuevo. “Esa noche, al llegar a casa, me escribió. Empezamos a hablar, quedamos fuera del club y ahora ya hemos hecho nuestra primera carrera juntos", celebra la joven, cuya historia sirve como ejemplo de que una nueva forma de encontrarse florece entre calles y parques, y lo hace al trote.

El fenómeno de los run clubs —grupos de corredores que organizan salidas colectivas varias veces por semana— no es nuevo, pero sí es diferente en 2025. Ya no se corre solo por salud física. Se corre por salud emocional, por sentir que se pertenece a algo, por construir vínculos sin algoritmos. Y también, por qué no, se corre por amor.

"Gracias al club se han conocido varias personas y están saliendo. También otras han tenido algún rollo, pero sí hay relaciones estables. Son personas que venían de mundos distintos y que se conocieron gracias al running", cuenta Luis Blanco, fundador de Volta Run Club.

Desde su arranque en septiembre de 2024, Volta ha explotado: cada semana reúne entre 120 y 250 personas y ya cuenta con una comunidad de más de 1.600 miembros en WhatsApp. "El running se ha convertido en el nuevo Tinder, te lo puedo confirmar de primera mano", dice entre risas.

Los datos respaldan lo que comenta. Según el informe de tendencias de citas 2025 de Bumble, el 67% de las personas entre 18 y 26 años considera que el deporte es la manera perfecta de construir relaciones sanas. “Son conexiones más reales que las de una discoteca o una app. Es gente que está en la misma onda que tú, en el mismo momento vital. Y eso aporta mucho valor”, comenta Pacer.

Entre la Generación Z, el running está entre los deportes favoritos para una cita. De hecho, el número de usuarios de Bumble que añadieron esta palabra a sus perfiles aumentó un 49% en las primeras semanas del año.

Strava, la aplicación de monitorización de la actividad deportiva nacida en Silicon Valley allá por 2009, reveló en su informe anual que casi seis de cada diez corredores habían hecho nuevos amigos a través de grupos de fitness. Y uno de cada cinco zentennials tuvo una cita con alguien que conoció a través de una actividad física.

Correr en grupo es socializar. Y, en algunos casos, enamorarse. El 59% de las personas afirmaron que querían conocer gente nueva a través de un club de corredores, en comparación con el 14% que prefería hacerlo en un bar.

Una tendencia en alza

Rafa Aguayo, fundador de Revel Running Club, explica que el boom de estos grupos "no es solo una moda, sino una respuesta social a cómo vivimos hoy. Pasamos horas conectados a pantallas, pero cada vez más gente siente que le falta conexión real, humana. Revel mezcla movimiento, salud y comunidad. Ya no se trata solo de correr para entrenar, sino de compartir una experiencia colectiva".

No es casual que casi la mitad de quienes practican deporte en España elijan hacerlo al aire libre, según la última Encuesta de Hábitos Deportivos del Ministerio de Cultura y Deporte. Parques, calles y zonas verdes no solo son escenarios para sudar: se han convertido en espacios de encuentro.

Ahí, al ritmo del trote, florecen conversaciones, miradas, vínculos inesperados. Y al terminar, casi siempre hay una parada estratégica en una cafetería para seguir conociéndose. Aguayo lo confirma: "Puede surgir una pareja, una amistad o una colaboración laboral. Revel no es una aplicación de citas, pero tampoco es solo un club de running".

En un entorno donde cada vez más gente experimenta una especie de fatiga digital, correr juntos representa algo más profundo. "Friendly Reve(a)l: I just have time for coffee, music & real connection", reza su lema. El mensaje está claro: hay otra forma de encontrarse.

Desde la sociología, los estudios también lo avalan. Según un artículo publicado en 2019 en Sociology of Sport Journal, los grupos deportivos son una herramienta clave para fomentar el capital social, es decir, las redes de confianza y cooperación que permiten que surjan amistades duraderas —y también vínculos afectivos.

Otras investigaciones sobre deportes informales subrayan que estos espacios generan redes de apoyo que a menudo derivan en relaciones más profundas, oportunidades laborales o aprendizajes vitales.

La paradoja es evidente. En un momento donde más de cuatro millones de personas usan apps de citas cada mes en España —y una parte significativa reconoce una relación de dependencia con ellas—, cada vez son más los que optan por un “détox romántico” en zapatillas. Lejos del like y del swipe, buscan conexiones menos programadas, más humanas.

El deseo también corre

¿Es posible que correr, de algún modo, favorezca la atracción? Cecilia Bizzotto, socióloga y portavoz de JOYclub España, apunta: “Hacer deporte, sea del tipo que sea, es un facilitador del deseo: nos permite despejarnos, nos activa fisiológicamente, nos hace conectar con nuestro cuerpo".

En entornos grupales, explica la experta, se genera una dinámica de cooperación, superación y apoyo mutuo que puede resultar emocionalmente atractiva. El cuerpo, además, se pone en primer plano. “No solo en su dimensión estética, sino también en su expresividad, su potencia, su resistencia, su vulnerabilidad".

Una pareja de atletas se comprometió durante el Campeonato Mundial de Atletismo de 2023.

Una pareja de atletas se comprometió durante el Campeonato Mundial de Atletismo de 2023. Reuters

Compartir un objetivo, animarse, coincidir cada semana… Todo eso "genera una especie de intimidad repetida, de ritual, que puede ser un excelente caldo de cultivo para que surja la atracción o incluso el enamoramiento”, asegura Bizzotto, que tiene claro que estos espacios funcionan como rituales sociales modernos.

“Bauman decía que hemos perdido la ‘comunidad’ y que por eso creamos sucedáneos: grupos pequeños donde sentirnos parte de algo", reflexiona. Los clubs para correr, como los grupos de lectura o las peñas de fútbol, son justo eso: lugares en los que tener conexiones reales, porque estamos cansados de vivir detrás de una pantalla".

La experta, al frente de una plataforma que precisamente sirve para conocer a posibles parejas sexuales, asegura que este cambio ya se nota en el plano digital: "Muchos usuarios van más allá de estos encuentros; convocan quedadas para hacer cosas juntos como ir a la playa, a un bar a tomar algo o conversar... la mayoría no buscan solo ligar, sino vivir con plenitud".

También hay algo cultural en juego. ¿Decir que conociste a alguien corriendo suena mejor que hacerlo en una app? “Aún penalizamos el deseo explícito —especialmente en las mujeres— y asociamos la intención con una falta de autenticidad. Esto nos permite relatar la historia de una relación como algo que "simplemente pasó", lo cual encaja mejor con ciertos ideales románticos".

Y aunque muchos acuden solo a correr, otros sí fantasean con encontrar algo más. ¿Hay riesgo de cosificación? Como en todo, depende del uso que se le dé. "Puede ser desagradable si alguien va buscando ligar y la otra persona solo quiere hacer deporte. Pero eso no es exclusivo del running", aclara.

Y concluye: "Si queremos conocer a gente en un sentido romántico o sexual, debemos decirlo explícitamente y ser conscientes de que ese no es el uso específico de la app o actividad". Para ligar, mejor hacerlo "de forma consciente, priorizando el consentimiento, sin insistir y siendo personas educadas".