Silvia Llop, la psicóloga del amor.

Silvia Llop, la psicóloga del amor.

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Silvia Llop, psicóloga del amor: "Una relación sin etiquetar crea el mismo enganche emocional que una máquina 'tragaperras'"

Es una tendencia al alza y, sin embargo, quien está inmerso en una relación así no es consciente del daño emocional que le causa.

Más información: Silvia Llop, psicóloga del amor: "Trabajar con alguien por el que sientes algo es una 'putada' muy difícil de superar"

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Existe un tipo de relación que, aunque no están reconocidas abiertamente, son más frecuentes de lo que se puede llegar a pensar: las relaciones no-etiquetadas. Sucede muy a menudo, incluso en personas adultas, con una madurez emocional acorde a su edad, que dan mucho en una relación, aun sabiendo que la otra persona no quiere establecer "nada serio".

La psicóloga Silvia Llop, especializada en relaciones de pareja y muy conocida como la "psicóloga del amor", lanza una advertencia contundente con respecto a este tipo de parejas que, sin quererlo, están atrapadas en relaciones sin compromiso, invirtiendo tiempo, energía y emociones como si jugaran en una máquina tragaperras, esperando un premio que nunca llega.

Según Llop, este tipo de "no-relaciones" se han convertido en una trampa emocional muy común, especialmente entre quienes temen perder lo invertido o que llegue otra persona y se lleve lo que creen que ya casi es suyo.

Relaciones sin etiqueta

En una reciente intervención en el pódcast Voces con huella, la psicóloga del amor compartía con sus seguidores una dinámica que cada vez es más frecuente en el campo del amor: personas que se mantienen en relaciones donde hay intimidad, cariño y momentos compartidos, pero sin un compromiso claro.

"Cuando dedicas mucho tiempo a alguien, inviertes mucho… Algo que pasa mucho en las 'no-relaciones', cuando tú quieres la relación, pero la otra persona te dice que no, pero está súper bien, pues manteniendo relaciones íntimas contigo, viviendo ratitos, compartiendo cosas…", explica la psicóloga.

En estos casos, uno de los dos sí desea una relación con nombre y apellidos, mientras que el otro prefiere no etiquetar. El problema es que esta ambigüedad prolongada genera frustración, ansiedad y una peligrosa ilusión de avance: como si con el tiempo, la cosa acabara transformándose en una relación real.

Cuando el amor se vuelve adicción

Silvia Llop compara esta situación con lo que ocurre con una máquina tragaperras. Esa sensación de haber invertido tanto, que ahora es imposible parar. "Inviertes mucho, mucho tiempo y es como las máquinas tragaperras. Que tú vas poniendo la monedita y llega un momento que dices: '¡Cada vez está más cerca el premio! ¡Está más cerca! No me voy a levantar, no vaya a ser que venga aquí otra persona y me gane el premio'", advierte.

Esta metáfora, tan gráfica, al igual que reveladora, muestra cómo muchas personas permanecen en relaciones que no les satisfacen por completo, solo por el miedo a tirar por la borda el tiempo ya invertido. No se trata de amor verdadero, sino de una especie de apuesta emocional en la que se sigue poniendo “monedas” (tiempo, detalles, paciencia)con la esperanza de que en algún momento aparezca “el premio”.

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Pero lo que suele ocurrir es justo lo contrario: el premio nunca llega y la persona queda emocionalmente desgastada. Pero, ¿y si llega "otra" y se lleva el premio? Es uno de los grandes miedos que menciona Llop en este tipo de vínculos sin compromiso es el temor a que otra persona llegue y "gane" todo lo que tú has construido.

"Tú no puedes arriesgarte a que venga otra persona y que ponga una moneda y se lleve todo lo que tú has invertido. Es que es una 'putada'", señala sin rodeos la experta en relaciones. Este pensamiento lleva a muchas personas a aguantar más de lo que deberían, creyendo que están a punto de "ganar". Pero en realidad, esa idea está más relacionada con la dependencia emocional que con una conexión auténtica.

Etiquetar una relación no es el problema

Aunque en la era moderna muchas personas rehúyen las etiquetas, Silvia Llop explica que para muchas otras son necesarias: dan dirección, claridad y estabilidad emocional. "Está muy bien, pero no quiere la etiqueta, pero tú sí necesitas esa etiqueta para sentir que vas hacia algún lugar y no sentir simplemente que estás pasando el rato", afirma.

Y es que no se trata de forzar a alguien a comprometerse, sino de reconocer cuándo tú necesitas un proyecto de vida compartido y cuándo la otra persona no está en esa misma sintonía. Mantenerse en un terreno ambiguo puede parecer cómodo por momentos, pero termina generando más daño que honestidad.

Si te sientes identificado con esta dinámica, Silvia Llop propone un ejercicio de honestidad emocional: pregúntate si estás realmente feliz o si simplemente estás esperando a que algo cambie sin garantías de que eso ocurra. Salir de este tipo de vínculos requiere valentía, sí, pero también autoestima y claridad. Porque cada "moneda emocional" que sigues invirtiendo en algo que no va a ninguna parte, es tiempo y energía que podrías estar dedicando a un vínculo sano, recíproco y estable.

Uno de los principales ingredientes que alimentan estas "no-relaciones" es la esperanza. El famoso "igual cambia" o "solo necesita más tiempo" que muchos se repiten una y otra vez. Pero como recuerda Llop, el riesgo es acabar totalmente vacíos emocionalmente por seguir apostando en una máquina que no devuelve premios. Y eso es lo más doloroso: darte cuenta tarde de que no era amor, sino autoengaño.