Mujer siendo maquillada.

Mujer siendo maquillada. iStock

Belleza

Daniel García, maquillador: "Es un error aplicar primero la base de maquillaje, apaga el rostro y da un aspecto sucio"

El makeup artist se muestra tajante ante una técnica de maquillaje muy generalizada, pero con un acabado fatal.

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Lo que parecía una verdad universal, puede que sea lo que está arruinando tus maquillajes más elaborados o, al menos, en los que más interés pones.

¿Y si llevas toda la vida maquillándote mal? Empezar por la base y dejar los ojos para el final es una técnica más que cuestionada por los maquilladores más reconocidos del momento.

Daniel García, makeup artist de Reviderm España, no duda en afirmar que aplicar primero la base de maquillaje es uno de los errores más comunes (y más dañinos) en cualquier rutina de belleza.

"El principal problema de aplicar primero la base es que las sombras se depositan en la ojera o el pómulo, dejando un aspecto sucio o apagado", explica el experto.

Y tiene razón, ya que ese acabado poco pulido que muchas veces atribuimos a una sombra de mala calidad o a una brocha equivocada, en realidad suele ser culpa del orden.

No aplicar primero la base

Desde los maquilladores de pasarela hasta los profesionales que preparan a las celebrities antes de un evento, la regla de oro es clara: primero los ojos, después la piel.

Aunque a simple vista parezca lógico empezar por la base, hacerlo puede complicar el resultado y restar frescura al rostro.

Durante el proceso de maquillaje de ojos, sobre todo cuando se trata de ahumados, tonos intensos o sombras con brillo, es inevitable que caigan pequeñas partículas sobre la piel.

"Si ya has aplicado la base, esas motas se adhieren y cuesta mucho más retirarlas sin arrastrar el producto", aclara Daniel García.

Profesional maquillando a una mujer.

Profesional maquillando a una mujer. iStock

El resultado es un acabado "sucio", sombras mal integradas y una piel que pierde luz. Además, esos retoques improvisados (cuando intentas borrar el pigmento con un pañuelo o una brocha limpia, por ejemplo) suelen dejar manchas, parches o zonas más secas.

El orden de los maquilladores

Si quieres que tu maquillaje parezca de editorial o de alfombra roja, toma nota: primero los ojos, luego la piel.

"Cuando queremos asegurarnos un acabado impecable y profesional, lo más seguro es comenzar por los ojos", confirma Daniel García.

"Después, al aplicar la base, hay que acercarse con movimientos suaves y controlados, sin tocar las transiciones ni el difuminado", continua.

Este método no solo garantiza una piel más limpia, sino que también permite ajustar la intensidad del maquillaje de ojos en función del resto del look, sin miedo a estropear la base.

Lo mejor de ello es que, si el pigmento cae, se elimina con un simple toque de brocha o una esponja seca, sin tener que volver a maquillar toda la zona.

Trucos de maquillador

Daniel García comparte algunos de sus trucos infalibles de profesional para conseguir un acabado perfecto sin que las sombras arruinen tu maquillaje:

  • Aplica poco producto. "Mi filosofía es 'menos es más'. Trabajar con pequeñas cantidades permite controlar mejor la caída del pigmento".
  • Descarga siempre la brocha. Antes de acercarla al ojo, pasa el pincel por el dorso de la mano o por un pañuelo. Así evitarás el exceso de producto.
  • Sella la zona de la ojera. "Una capa muy fina de polvo suelto antes de maquillar los ojos ayuda a que, si cae sombra, no se adhiera con fuerza".
  • Evita el baking. Aunque se haya popularizado en redes sociales, el experto lo desaconseja: "El exceso de polvo envejece, marca líneas de expresión y resta luminosidad".
  • Corrige con precisión. Si ya aplicaste la base y se manchó, usa un bastoncillo humedecido en tónico, no en agua micelar, y haz movimientos circulares, sin arrastrar.

Pero no todos son prohibiciones y errores a la hora de maquillarse. Daniel García reconoce que hay situaciones en las que sí es posible comenzar por la piel.

"Cuando buscamos un look natural, nude o de efecto cara lavada, no hay problema. En estos casos, las sombras son mínimas y el riesgo de caída es prácticamente nulo", afirma el maquillador.

Es decir, si tu maquillaje diario se basa en tonos neutros o apenas usas sombras, puedes seguir tu rutina habitual sin miedo. Pero si vas a lucir un ahumado intenso, brillos metálicos o sombras negras, empezar por los ojos es una decisión inteligente (y profesional).

Cómo corregir el maquillaje

El maquillador tiene también un plan B para esos días en los que, sin querer, seguimos el orden equivocado.

"No recomiendo usar agua micelar porque necesita aclarado y puede estropear la base. Prefiero un tónico calmante o hidratante, aplicado con un bastoncillo de forma localizada", explica.

Después, basta con retocar la zona con un poco de corrector fluido o base ligera, difuminando con la esponja que ya utilizaste (que aún conserva algo de producto).

"La clave está en no arrastrar, sino presionar ligeramente para integrar el color", insiste García. Al final, la clave no está en usar más productos, sino en aplicarlos mejor.