Fotograma del cortometraje 'Suelta' en el que se ve a tres mujeres en un bar.

Fotograma del cortometraje 'Suelta' en el que se ve a tres mujeres en un bar. Manolo Pavón.

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La sumisión química llega a la pantalla: cuando ellas no consintieron drogarse, ni tener sexo

El cortometraje Suelta muestra el horror, la culpabilidad y la vergüenza que acaban sintiendo las mujeres violadas tras ser narcotizadas.

6 agosto, 2022 01:13

Una chica joven y aturdida, despierta en una cama con varios hombres. Algunos de ellos amigos, otros absolutos desconocidos. Todos están desnudos entre sábanas revueltas. Se encuentra en un piso al que no recuerda haber llegado. Un chico la saluda, como si nada hubiera pasado. Ella aún no sabe que la drogaron y la sometieron a la peor pesadilla de las mujeres: la sumisión química.

Así comienza Suelta, el primer cortometraje del actor Javier Pereira, que pone sobre la mesa un delito en auge en nuestro país en el que, como muestra en su ópera prima, se suele culpar a las mujeres.

Pereira reconoce que su idea era “hacer pensar al espectador con dos temas: uno de actualidad, el de la sumisión química a través de sustancias como la burundanga que, lamentablemente, cada vez está más en alza y había que contarlo. Y el otro, es cómo las historias que suceden en el corto varían según las personas que las cuentan, a modo de teléfono 'descacharrado', añadiendo cada uno su ingrediente a la ensalada.”

[162 casos entre 9.331 agresiones sexuales desde 2019: los datos oficiales sobre la sumisión química]

Doble vulneración

Las mujeres violadas por sumisión química ven doblemente vulnerada su voluntad, ya que ni consintieron drogarse, ni tener relaciones sexuales. Una doble violación para dominarlas hasta el extremo, para acallar sus deseos al obligarlas a un rendimiento absoluto.

En los últimos cinco años, una de cada tres agresiones sexuales ocurrió bajo los efectos de la sumisión química. Pereira lanza una pregunta: “¿Por qué nos asaltan dudas sobre la víctima y no sobre el agresor?”.

El Ministerio del Interior ha notificado 162 infracciones penales por agresiones sexuales de mujeres narcotizadas contra su voluntad en los últimos tres años. No en vano, el Ministerio de Justicia ha publicado una Guía de buenas prácticas para la actuación forense, ante la víctima de un delito facilitado por sustancias psicoactivas: intervención ante la sospecha de sumisión química, en la que advierten de que, a veces, aunque el resultado de los análisis en drogas sea negativo, no hay que descartar que se haya producido.

[La pesadilla sexual de Marta Asensio: “Mi pareja me drogó durante 6 años para violarme dormida”]

En las últimas semanas, en los informativos aparecen mujeres jóvenes, incluso adolescentes, explicando que sienten miedo cuando salen de noche, por si les echan 'algo' en la bebida o les pinchan, la nueva y temida modalidad de sumisión química, creada en Francia y Reino Unido. “Es otro problema más para las mujeres, igual que andar con miedo por las calles... Las copas en Barcelona se sirven tapadas. Es injusto y desigual”, apunta Pereira.

Sumisión química, delito en auge

Mientras se documentaba para escribir el filme, Pereira descubrió que la sumisión química cada vez está más vigente: "Ahora con lo que está ocurriendo que es lamentable, con pinchazos tan a menudo”. Del modo en que se hace, destaca que “los chicos lo buscan en Internet y organizan todo a conciencia: cómo lo preparamos, cuántos vamos, cuando haga efecto la llevamos a un bar...”.

“He intentado meterme en su cabeza. Y te dices, bueno, que haya un loco es posible, pero es que ahora hay muchos...”

Javier Pereira

Para conseguir el máximo realismo, reconoce que “he intentado meterme en su cabeza. Y, te dices, bueno, que haya un loco es posible, pero es que ahora hay muchos, por lo que vemos”. Además, señala que le preocupó mucho lo que iba descubriendo sobre la sumisión química: “Si no hay pruebas, el efecto desaparece a las 24 horas, y no hay cómo probar lo que ha sucedido. No te atreves por el qué dirán y además, como no deja rastro en la sangre...”.

Javier Pereira.

Javier Pereira. Abraham Blázquez García

Desde que comenzaron a documentarse para escribir el guion, no ha parado de crecer el número de personas que les confiesan haber vivido una experiencia similar a la que cuentan en la película. “Encontramos a mucha gente que cuando ven el corto, aseguran que les ha sucedido lo mismo a sus amigos y amigas”, corrobora.

El actor y prometedor director, se hizo popular en la mítica serie Al salir de clase, y se llevó el Goya al mejor actor revelación en 2014 por la película Stockholm. Ahora está decidido a escribir sobre temas sociales. Desde luego, en este cortometraje, toca con inteligencia el tema de la culpa y de cómo podemos contribuir con nuestras comentarios, mal o bien intencionados, a cargar la responsabilidad en la víctima.

“Quiero hacer reflexionar sobre el daño que se causa a los otros cuando hablamos de ellos, y de temas delicados que les conciernen, en su ausencia”, explica Pereira, que señala “al cotilleo, las opiniones que se vierten –una costumbre, la del cotilleo, puramente española- . No percibimos el daño que pueden hacer esos rumores a otras personas, aunque no esté en la intención de quién los lanza”, afirma.

Esa retahíla de habladurías entre amigos, y las terribles consecuencias que pueden tener para la víctima de una agresión sexual, se perciben con claridad en Suelta, un filme donde todos los actores están muy bien, pero en el que destaca una Olivia Baglivi espectacular como protagonista, que muestra todas las dudas, el miedo y el asco que se pueden llegar a sentir.

Olivia Baglivi.

Olivia Baglivi. Abraham Blázquez García

“No conocía mucho a Olivia, me pareció que su físico encajaba perfecto con el del personaje y al comenzar a rodar, me di cuenta de su extraordinario talento”, subraya el director, que explica que todo el reparto, con el que se siente “muy feliz”, “se ha convertido en una auténtica pandilla”.

En la película, Baglivi representa a todas las mujeres que han sufrido violencia sexual y también, toda la culpa con la que se les carga. Desde ése “es que ella estaba muy suelta”, al que hace referencia el título, a sus costumbres o modos de relacionarse. Todo es cuestionado en la víctima, mientras que se justifica a los agresores, que pensaban "que ella quería, que lo estaba pasando bien", asegura.

“Ese tema lo trabajamos desde el guion con mi coguionista, [José Manuel] Carrasco. Las preguntas siempre van alrededor de las circunstancias de la víctima: ¿Por qué se quedó sola?, ¿por qué iba vestida así?, ¿por qué le miró? Todo el foco se pone en ella. La película propone un interrogante: ¿Por qué no se pone el foco en la persona que decide ponerle burundanga, por qué no piensa en el daño que va a hacer a la víctima?”, reflexiona Pereira.

Masculinidad tóxica: toca desaprender

Lo que subyace tras la sumisión química es, además de un claro delito de agresión sexual, es la voluntad de controlar a la víctima, de anular su deseo y su voluntad, para imponer la del hombre. Un ejemplo absoluto de masculinidad tóxica. Para luchar contra ello, el hombre debe confrontar y desaprender los mandatos patriarcales, para acabar con ellos.

“Tenemos que, incluso, corregir a amigos, y no participar en grupos de Whatsapp en los que se hagan bromas sobre esos temas”

Javier Pereira

“Creo que tenemos que despojarnos de lo que la sociedad nos ha metido en la cabeza en plan educacional e incluso, corregir a amigos, no participar en grupos de Whatsapp en los que se hagan bromas sobre esos temas”, sugiere Pereira, que, ante comportamientos machistas, recomienda “preguntarles qué pasaría si les ocurriera a su hermana o su madre”.

Para Pereira, Suelta ha supuesto “dar un pasito para reflejar lo que veo en el ámbito en el que nos movemos", y asegura estar convencido de que “los hombres debemos posicionarnos y dar ejemplo”.

Fotograma de 'Suelta' en el que se ve a tres hombres en un bar.

Fotograma de 'Suelta' en el que se ve a tres hombres en un bar. Manolo Pavón.

Por eso, considera que “hay que reeducar a los hombres, que son los que hacen este tipo de cosas, desde la educación y poniendo el foco en informar y en el control en las discotecas. Vigilar que no entren con jeringuillas, y al que le pillen, que le hagan algo para que no quede impune”.

El director considera que habría que generar un diálogo en la sociedad e incidir en la educación de las niñas… Y sobre todo, de los niños. “Creo que sería importante trabajar el tema con los chicos en los institutos, ponerles películas como Suelta y generar debates con ellos. Hay que educar, no queda otra. Y el problema lo tenemos los hombres”, indica.

Él, por su parte, está en proceso de revisión de sí mismo y le sorprende lo que encuentra, o quizá no tanto. “Somos mucho más machistas de lo que pensamos. Yo puedo aportar como chico e intentar, entre todos, crear un nuevo discurso”, concluye.

El cortometraje Suelta, que puede verse en Movistar Plus+, ha obtenido la Mención Especial del Jurado a Mejor Dirección en la Semana de Cine de Medina del Campo, el Premio del Público y de PNR al Mejor Cortometraje en el Festival de Cine Skyline Benidorm, así como el Segundo Premio en el Festival de Melilla. También compite por el Premio Fugaz a la Mejor Dirección Novel.

Qué hacer ante la sospecha de haber sido víctima:

Ante la sospecha de sumisión química, tanto en una bebida como por pinchazo, lo más aconsejable es pedir ayudar a tus amigas, dar la voz de alarma para crear una red de protección y, en cuanto sea posible, avisar a las autoridades.

También es muy importante realizarse análisis, tanto para detectar las sustancias, como para evitar posibles embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Solo al escribirlo ya suena tremendo, da una medida de lo terrible que es está última forma de sometimiento a las mujeres y cómo coarta sus libertades.