Melenas nace en el año 2016 en el seno de la nutrida escena musical del Nébula, bar pamplonés de referencia y hogar de grupos como Exnovios o Kokoshca. Su mezcla de psicodelia y krautrock les ha llevado hasta las pasarelas de la Fashion Week de Nueva York poniendo música a la colección de la diseñadora Ullah Johnson.

Desde la salida de su primer LP han tocado en festivales por toda Europa, Estados Unidos e incluso ganado uno de los premios más prestigiosos de la música europea, el MME Award, galardón que comparten con artistas de la talla de Dua Lipa o Rosalía

La banda formada por Oihana (guitarra y voz), Leire (bajo), María (teclado) y Lauri (batería) acaba de presentar su segundo disco, un viaje a lo más íntimo de las preocupaciones de sus componentes y una reflexión sobre la vida moderna, el estrés y las relaciones humanas, que a pesar de haber sido compuesto y escrito antes de la pandemia, resulta casi premonitorio tan solo con su título: Días raros.

Con una primera edición agotada tanto nacional como internacionalmente, Melenas son un ejemplo claro de constancia, trabajo y éxito en la música independiente española, desde Pamplona para todo el mundo. Ahora presentan en Madrid durante el mes de mayo este segundo largo el 8 y 9 de mayo en las Sesiones Vermut organizadas por localidades madrileñas, y el 29 de mayo en el madrileño parque Enrique Tierno Galván junto a La Bien Querida con motivo del Tomavistas Extra

¿Ha habido una resignificación de las canciones de Días raros a partir de la pandemia?

Cuando nos pilló el confinamiento y a punto de sacar el disco tuvimos claro que estaba dentro ya solo por el título, pero es que las canciones también hablan sobre estar solo, de retirada, algo que al final a todo el mundo le ha tocado vivir. 

¿Os ha servido para tener otro punto de conexión con vuestro público?

Tuvimos las dudas de si sacarlo en el confinamiento por si era algo arriesgado, si la gente lo escucharía, pero no nos arrepentimos. Estamos contentas porque la gente al estar en casa ha tenido más tiempo para escucharlo con calma. Ha habido personas que nos han llegado a escribir diciendo que las canciones les han ayudado y les han llegado de una forma especial.

De hecho, hay una canción, Ciencia Ficción, que habla sobre un momento en el que no parábamos de tocar, grabar y necesitábamos un día de estar con el teléfono apagado, tranquilas y en casa... y luego mira, nos dieron todos los días. 

¿Qué ha cambiado del primer LP a este segundo para Melenas?

Muchas cosas, el primer LP se grabó casi con algunas de nosotras aprendiendo a tocar los instrumentos. Gracias al primer disco pudimos tocar mucho, tener más registros, componer, aprender cómo se lleva un grupo... Es un trabajo más para nosotras realmente, nos lleva mucho tiempo. También nos ha permitido saber llegar a más sitios musicalmente en el segundo disco.

¿Molesta la etiqueta de "banda de mujeres"?

Nosotras estamos encantadas de ser un altavoz o una inspiración para las bandas que vienen detrás. Hace falta que haya más mujeres en todos los ámbitos, tanto encima como debajo de los escenarios: técnicos, productoras, promotoras... Si para eso hace falta hacer cuotas en festivales o festivales de mujeres para dar visibilidad, está bien. Y ojalá llegue el momento en que no haga falta y sea tan natural como coger un instrumento y tocar simplemente. Todo es creación y la creación no tiene género. 

¿Cambia sobre el escenario el trato con respecto a bandas de hombres?

Hemos tenido mucha suerte en general, alguna vez nos hemos encontrado con técnicos en salas que nos han tratado como si no supiésemos de lo que estamos hablando; no sé si por ser hombres o simplemente idiotas. 

¿Por qué Melenas?

El nombre surgió después de unos tres meses probando opciones, y se nos quedó porque todas teníamos greñas en aquellos tiempos y porque era la forma en que la gente se refería a los quinquis, como diciendo "mira a ese melenas".  

En una época como esta de centralismo cultural y político, ¿es posible hacer música desde una ciudad como Pamplona?

Nuestra experiencia nos ha dicho que sí, no como para vivir de ello pero nosotras vivimos en Pamplona y nos movemos mucho tanto fuera como dentro de la península, al final es posible. 

¿Qué se siente al cantar en español fuera de España y funcionar como banda?

A veces nos olvidamos de que cantamos en español, el tocar en Francia, Inglaterra o Estados Unidos son cosas que nos siguen pareciendo sorprendentes. Nosotras hacemos música y ya está, y a la gente le llega. Escuchamos en música en muchos idiomas y nos gustan las canciones, al fin y al cabo se trata de conectar musicalmente a pesar de que no sepas lo que dice la letra. 

¿Es distinto el público dentro y fuera de España?

Sí que lo sentimos, cuando tocamos en el extranjero hay una conexión diferente, quizás porque tenemos más que ver musicalmente con lo que hay fuera. El público estadounidense es muy variopinto, hay gente de todo tipo y valoras el interés por comprar discos, hablar con las bandas o compartir música, algo que quizás no tenemos tanto aquí. 

¿Cómo surgió la colaboración con la diseñadora Ullah Johnson para tocar en uno de sus desfiles en la Fashion Week de Nueva York?

Fue bastante exótico para nosotras, estábamos un viernes de enero en el Nébula y recibimos un correo electrónico del equipo de Ullah invitándonos a tocar en el desfile y un mes después ya estábamos allí. Tuvimos que adaptar y ensayar el repertorio al ritmo de las modelos. Fue una gran experiencia vivir tanto el desfile como el estar.  entre bambalinas con modelos, maquilladoras...

¿Os quedáis con la Fashion Week o con El Nébula?

La Fashion Week para vivirla una vez está guay, pero nos quedamos con el Nébula que lo tenemos aquí siempre. 

Tenéis ahora varios conciertos en localidades pequeñas por Madrid con motivo de las sesiones Vermut, ¿es positivo que la cultura se desplace del dentro de las ciudades?

Es quizás la parte positiva de todo esto, la música está llegando a espacios que antes no estaban disponibles, tocar en claustros de universidades, plazas o teatros, como por ejemplo el Gayarre de Pamplona donde tocamos hace unas semanas, es hacer accesible la música a todo el mundo. Como por ejemplo las sesiones Vermut de Madrid, que además son gratis. 

¿Qué bandas españolas estáis escuchando ahora?

Nos gusta mucho Verde Prato que es el proyecto en solitario de Ana Arsuaga de Serpiente; también a Adiós Amores que recuperan el pop de Elia y Elizabeth o Jeanette; Elbis Rever, una banda muy interesante de Bilbao o Hickeys que son de Madrid. 

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