Eva Díaz (57 años) habla con la seguridad de quien sabe lo díficil que lo tiene una mujer para llegar a ser directiva de una empresa en España. Pero además, de quien sabe lo difícil que lo tiene una mujer transexual para llegar, incluso, a conseguir un trabajo.

"La doble discriminación existe. Yo soy una privilegiada pero cuando haces una transición a mujer tienes que entender que el mundo es distinto a como tú lo percibías como hombre y efectivamente hay una especie de degradación. Y si además eres transexual, hay una segunda degradación porque la sociedad nos sigue viendo como un bicho raro".

Su privilegio es que sigue obstentando una posición preferente a nivel laboral: es la CEO de la compañía tecnológica Appogeo CEO y exdirectiva de Accenture, Deloitte y KPMG, fundadora de Shaping New Humans y, actualmente, embajadora de Female Foward, de la Fundación Friedrich Naumann, con quien crea proyectos para derribar las barreras que impiden que las mujeres lleguen a puestos de decisión en este sector.

Eva Díaz, la directiva trans embajadora de Female Forward.

"Casi seguro que como Eva me hubiera costado llegar más a un puesto directivo que como Enrique", confiesa sobre su trayectoria. "En tecnología somos muy pocas. Yo dirijo una compañía y soy la única mujer del equipo y no es por qué quiera sino porque no es fácil encontrar programadoras mujer".

Eva Díaz dejó de ser Enrique hace cinco años. Con 52, comenzó la transformación para acompasarse con una realidad que latía en su interior desde siempre. "Desde muy pequeña sabía que había algo extraño en mí. Estoy hablando de los 80, con el dictador aún caliente en la tumba, y en esa época hacer una transición de identidad de género era muy complejo. Además, no tenía referentes o los que tenía, como por ejemplo, La Veneno, no eran válidos para mí".

Así que tomó la decisión "incosciente, porque no es consciente", de seguir su vida como hombre: "Llámalo miedo, resistencia brutal de la sociedad, falta de referentes... Luego me enamoré, me casé, hice mi carrera como directiva, bueno perdón, como directivo en grandes compañías y alcancé una situación social, en todas sus dimensiones, como padre, marido, profesional, muy cómoda. Y uno de los grandes problemas de la transición es que puedes perder todo eso".

El miedo, siempre el miedo, en la toma de estas decisiones y no sólo al cambio interno: "Para mí transicionar no era sólo llevar vestido y tacones. Para mí ser Eva es ser Eva siendo el mismo tipo de persona que era en el pasado. Es decir, quiero seguir siendo padre/madre de mis hijos, teniendo mi círculo de amigos, seguir haciendo las mismas cosas, trabajar en el mismo sitio... y lamentablemente la imagen de la transexualidad es que cuando haces la transición todo eso se pierde". De hecho, el porcentaje de paro entre las mujeres transicionadas está cerca del 80%, como recuerda esta importante directiva.

Eva empezó a hormonarse en 2012 porque "la necesidad de ser quien era en realidad era ya brutal" y porque su situación económica y familiar le permitía poder sostenerse en caso de drama. "Y hubo drama. Fueron dos años muy duros".

El primer terror es ver cómo vas a quedar físicamente y cómo te van a a seguir aceptando los tuyos. "Nos guste o no, vivimos en un mundo donde el cuerpo es importante. Y yo lo he vivido con toda su crudeza después de hacer la transición. Qué nivel de feminidad vas a tener es muy importante porque conozco a personas que han transicionado y están todavía muy masculinas. Las hormonas hacen mucho pero no milagros y la aceptación que vayas a tener por parte de la sociedad depende en parte de eso".

En el otro lado de la balanza, como señala esta profesional de éxito, está la vinculación que todavía se hace con ciertos estereotipos que, para Eva Díaz, no son reales. "La transexualidad está todavía muy ligada a un concepto muy exagerado de la sexualidad. Con la prostitución, con submundos sociales como la droga y el paro, y de alguna forma a una drag queen. Y una drag queen para mí no es ningún referente", asegura con la firmeza de quien tiene claro cómo ha vivido su cambio.

Eva Díaz durante una de sus charlas.

"Hay mucha asociación al concepto travesti, hombres que se visten de mujeres con una componente adicional de vicio, de perversión, de sexo... la realidad no es esa. Una transexual es una persona que nace por alguna razón biológica con un cuerpo de hombre y un cerebro de mujer. No somos un submundo dentro de la sociedad".

Uso politico

De hecho, y pese a la situación política que vivimos ahora con las críticas emergidas con la Ley trans que prepara el Ministerio de Igualdad, no cree que la transexualidad sea un problema político, sino más bien cultural. "Si te mueves en entornos culturales altos es más fácil aceptarla, pero si hace una transición un carretillero de un almacén tiene la doble degradación: de carretillero pasas a carretillera y además eres transexual en un mundo eminentemente masculino, donde se ve como el maricón elevado a la enésima potencia".

Para ella el debate que ha surgido estos días se debe únicamente al "uso político de los sentimientos de las personas". "Se está fomentando un enfrentamiento entre el feminismo más clásico, y este feminismo queer, donde están mezclados dos movimientos, que no tiene sentido. Yo como mujer que ha hecho una transición no me siento distinta a ti y no quiero que me metan en una caja aparte como un tipo de mujer".

Por eso, ni se plantea hablar de Instituto de las Mujeres, como pretende Irene Montero: "La aspiración de toda persona que hace una transición de identidad de género es ser mujer. Si me clasificas en un punto aparte del grupo de las mujeres, por un interés político, echas para atrás todo mi esfuerzo por ser una mujer igual que el resto".

Tecnología para el cuidado

Su trabajo como embajadora de Female Foward supone, entre otros, actuar de referente para las nuevas generaciones: "Los referentes son un foco de atracción para la juventud, para las niñas y para que se identifiquen con mujeres de éxito, de grandes valores, que han superado barreras y que han llegado a objetivos muy importantes".

Advierte de que "ahora las niñas pequeñas tienen referentes, tipo de Sálvame y se miran en actrices, en modelos, en youtubers..." mientras cae el número de alumnas en carreras STEM. Sin embargo, cuatro de las cinco grandes compañías tecnológicas en España están lideradas a nivel de dirección general por mujeres y "eso no lo saben".

Eva Díaz tiene claro que "la tecnología se sigue considerando un mundo de hombres" porque "se asocia por educación el concepto de construir al hombre, mientras que la mujer tiende más a crear y cuidar. Y yo estoy muy empeñada en transmitir que la tecnología cada vez es más crear y cuidar", insiste.

Todos sus esfuerzos están centrados en que la mujer llegue a esas carreras técnicas porque "cuando entremos, barremos, como demuestra el emprendimiento femenino en start ups tecnológicas que está creciendo a ritmos vertiginosos".

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