Montaña Vázquez y su libro.

Montaña Vázquez y su libro.

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El 'cubbing' o el poder de las mujeres maduras en el amor: así son las nuevas relaciones

Este término de moda sigue remarcando la diferencia que la sociedad marca entre hombres y mujeres. La 'matchmaker' Montaña Vázquez explica en su nuevo libro cómo está cambiando el amor en la posmodernidad.

23 junio, 2020 02:17

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Montaña Vázquez reconoce que le gusta observar, escuchar lo que le cuenta la gente sobre sus relaciones y, sobre todo, ayudar a que encuentren lo que buscan. Su nuevo libro Match. Cómo encontrar pareja en la posmodernidad (Alienta Editorial) es un canto a la liberación de la mujer a la hora de decidir (y hacer) lo que quiera en el plano sentimental y sexual pero también una forma de entender cómo funcionan las relaciones en estos tiempos.

"El amor romántico ha sido una trampa para la mujer desde que se inventó. Es un amor sumiso en el que ella no brillaba, estaba siempre esperando al príncipe azul que nos va a rescatar de nuestros problemas y que viene y es perfecto. Y no es así. Lo que hace es que nos desconecta de nosotras mismas y nos vuelve débiles. Yo creo más bien en un amor 100% compatible, que tú seas el 100% para poder encontrar a la otra persona", reconoce la autora, matchmaker de profesión en su propia agencia.

Sin embargo, esa trampa empieza diluirse en este amor postmoderno porque muchas mujeres maduras tienen muy claro que quieren vivir sus relaciones y su sexualidad desde otro punto de vista, a pesar de que la sociedad las sigue escondiendo en algunos aspectos.

"Últimamente se habla de algo que muchos definen como tendencia y yo simplemente como la libertad sexual de la mujer y el derecho a sentir atracción por una pareja 20 años más joven. Me refiero al cubbing. Y que tenga nombre ya indica que no está bien vista", relata en su libro esta autora.

Lo más llamativo es que la relación entre una mujer madura y un chico más joven se llame cubbing pero la de un hombre mayor con una persona más joven sea simplemente amor: "Esa tendencia significa darse cuenta de que las mujeres de más de cincuenta años siguen siendo atractivas, se sienten atractivas y hombres mucho más jóvenes que ellas así las ven". 

Entonces ¿cuál es el problema? "Como todo lo que no es aceptado en el modo correcto del juego del amor y de la atracción seguimos avergonzándonos de lo que sentimos. Me da pena que estemos tan avanzados para algunas cosas y seamos aún tan esclavos del amor romántico para otras".

Según esta matchmaker, el problema de base es que seguimos viendo las relaciones como el medio para procrear y no como una vivencia independiente: "Una mujer con menopausia ya no puede tener hijo y seguimos, aunque sea inconscientemente, uniendo el sexo a la procreación y si ya no puede, pues se acabó su vida sexual. No concebimos que sigan teniendo deseo sexual y lo tienen. Estas limitaciones el hombre no las tiene porque él puede ser siempre padre".

Amor posmoderno

Las relaciones en los tiempos que corren, en eso que se ha venido llamando posmodernidad, no pueden ser un "amor comodity" que, según Vázquez, es lo que están siendo ahora en muchos casos: "Estamos convirtiendo el amor en un bien común, en una materia prima y pierde ese brillo porque no nos implicamos ni nos queremos perder ese catálogo de personas que tiene internet. Nos pasamos el tiempo iniciando y terminando y eso nos lleva a estar muy desconectados de nosotros mismos y a no ser felices.

Vázquez habla de tres grandes cambios que se han producido en las relaciones sentimentales, en muy pocas décadas, y que tienen a la mujer y su liberación en protagonista de la mayoría de las transformaciones.

"Hemos pasado del amor romántico basado en una sola relación para toda la vida y la idea de un yo que está incompleto hasta que encuentre a esa otra persona; a un "yo confluente" que es como lo define Anthony Giddens, es decir, donde la mujer es responsable al 50% de la relación. Y de ahí a esta postmodernidad, donde estamos en un subidón de amor líquido, que propone Zygmunt Bauman, basado en relaciones que empiezan muy rápido y terminan pronto; múltiples relaciones con comienzos y finales indoloros".

Emprendedor emocional

De ese amor líquido es del que trata de librarnos, si es lo que queremos, Montaña Vázquez enseñándonos a ser "emprendedores emocionales", un concepto que pretende trabajar la búsqueda de una relación casi como si se tratara de un trabajo. 

"Cuando estás desconectado te entra miedo, te sientes vulnerable, en el peor sentido de la palabra, débil, y empiezas a entrar en desesperación y a mendigar. Y cuando mendigas, sólo vas a encontrar sobras no un 100%", advierte.

Así que el trabajo de una emprendedora emocional nace de conectarse, hacer deporte, meditar, ser curioso, convertirte en tu prioridad, querernos mucho y ser feliz, porque la felicidad es muy atractiva: "Muchas veces empezamos la casa por el tejado, buscamos a alguien con quien ser feliz pero realmente si no nos queremos a nosotros mismos cómo vamos a pretender que otra persona nos quiera. Me parece un fraude".

Y, en el caso de su agencia, se trata también de confiar en un algoritmo, "como antes se decía que era cuestión del destino". "La verdad es que mucha gente piensa que es poco romántico el hacer un trabajo para ayudar a cupido, ya sea en el mundo app como en una agencia, yo lo que les digo es que cuando uno busca un trabajo no espera en su casa a que le llamen de la superempresa. Hay que ayudar un poquito, sobre todo si queremos conseguir una pareja tan buena como nosotros somos", advierte.

Relaciones senior

Montaña Vázquez insiste en que nos falta hablar con libertad sobre las relaciones entre seniors en pleno siglo XXI. "Todavía nos cuesta admitir y ver que las personas senior también se enamoran y necesitan tener sexo. No dejan de ser personas a los 55 años. Y se vive el amor igual a los 20, 38 que 75".

De hecho, en su agencia, cada vez acuden más mujeres a partir de los 38 y hasta los 50 y pico que buscan a alguien que las admire y compatible con su vida, que encaje en su nivel socioeconómico y cultural. "Un compañero pero que haya atracción, con un sexo 100% maduro".

Y en este tramo, el más difícil para encontrar pareja, sí que han cambiado los códigos porque "el hombre siempre ha estado muy acostumbrado a que se le admire, a que sea él el que provee, y busca ese tipo de admiración en una mujer, pero las de su edad ya no piensa como antes, se han dado cuenta de que son supermujeres, empoderadas y que son autosuficientes. Surge cierto desfase ahí".

Por si a alguien se le olvida, Montaña Vázquez recuerda en su libro que "somos felices de serie, pero hay que descubrirlo" y por eso "hay que convertirse en un partidazo porque todo eso está dentro de nosotros pero lo hemos ido tapando con un montón de capas de creencias, de valores, que a lo mejor no son ni siquiera nuestro, que son heredados y no afloran. En el momento en el que uno sabe que no necesita la aprobación de nadie, es inmune al rechazo y también al elogio, empieza a ser una persona muy contundente y eso es lo que va a encontrar en el otro". Palabra de matchmaker.