La otra mitad de Xabi Alonso: así es Nagore Aranburu, su apoyo incondicional y madre de sus tres hijos

Mientras todas las miradas deportivas se centran en Xabi Alonso, hay una figura que permanece en la sombra, pero cuya influencia ha sido determinante: Nagore Aranburu (49), su compañera de vida desde hace más de dos décadas. Discreta, elegante y sólida, representa mucho más que una esposa de futbolista.

Su historia de amor comenzó en San Sebastián, cuando ambos eran adolescentes. Un gesto sencillo —Xabi le pidió su teléfono con la excusa de no tener uno propio— dio paso a una relación duradera que ha acompañado cada etapa de la vida personal y profesional del exjugador.

En 2009 se casaron en la iglesia de Zorroaga, en una ceremonia íntima junto a su primer hijo, Jontxu. Más tarde llegaron Ane y Emma, formando una familia que, según el propio Xabi, es su “verdadero equipo” y la base de su estabilidad dentro y fuera del terreno de juego.

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Nagore Aranburu ha elegido siempre caminar unos pasos por detrás del foco mediático. Lejos de buscar protagonismo, ha mantenido un perfil bajo, sin prodigarse en entrevistas ni actos públicos, ganándose el respeto por su coherencia y constancia.

En su juventud trabajó como modelo y llegó a tener su propia tienda de moda en San Sebastián. Su gusto por la estética y el diseño sigue presente en su estilo personal, siempre sobrio y cuidado. Para ella, la moda es una forma de expresión serena, no de ostentación.

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Ha estado presente en todas las etapas de la carrera de Xabi Alonso. Desde Liverpool a Múnich, pasando por Madrid y Leverkusen, Nagore ha sido el soporte emocional de la familia, encargándose de los hijos y del hogar con una serenidad ejemplar.

Nagore se ha convertido en un icono de elegancia sin necesidad de buscarlo. Su estilo pausado, su saber estar y su discreción la han llevado a ser reconocida como una de las mujeres más sofisticadas del entorno deportivo.

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Su gusto por la moda no es casual. Al igual que su marido, imagen de marcas como Hugo Boss o Emidio Tucci, Nagore representa esa sobriedad vasca tan apreciada en los entornos que frecuentan. La coherencia entre su estilo de vida y su imagen pública es total.

Ambos forman un tándem admirado. No solo por lo que representan como pareja, sino por cómo se conducen públicamente: siempre elegantes, siempre contenidos, y con una vida familiar alejada del ruido.

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El pasado 1 de junio, la familia Alonso Aranburu se mudó a Madrid. Su nuevo hogar está en El Viso, uno de los barrios más exclusivos de la capital, donde residen en una casa de cinco plantas valorada en más de 15 millones de euros.

La cercanía al estadio Santiago Bernabéu y la privacidad del entorno encajan con el estilo reservado del matrimonio. Este traslado marca una etapa clave para Xabi, al asumir el reto de entrenar al Real Madrid, uno de los banquillos más exigentes de Europa.

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En este contexto, el papel de Nagore será más importante que nunca. Como en etapas anteriores, su apoyo emocional y su capacidad de adaptación serán clave para mantener la estabilidad familiar mientras Xabi afronta su mayor desafío profesional hasta la fecha.

A pesar de su bajo perfil, Nagore Aranburu ha construido una identidad sólida. No necesita grandes gestos ni titulares: su presencia constante, su trabajo silencioso y su capacidad para sostener a su familia la han convertido en una figura admirada.

Ha sido testigo y parte de la evolución de Xabi Alonso, desde sus inicios como jugador de la Real Sociedad hasta su actual consagración como entrenador de élite. Pero también ha forjado su camino propio, marcado por la elegancia, el equilibrio y la autenticidad.

Nagore no está en el foco, pero su huella es profunda. Madre, compañera y símbolo de estabilidad, representa ese tipo de fortaleza que no necesita palabras para ser reconocida. Y, como siempre, estará justo donde más se necesita: al lado de Xabi Alonso.