El Mini que “estaba hecho de tramo”: la confesión viral de un drifter sobre su coche más recordado
"Estaba hecho de tramo”: la confesión viral de un drifter sobre el modelo de coche que con más cariño recuerda.
El creador de contenido revive una de sus rutas nocturnas más míticas a bordo de un Mini que, según admite, acabó destrozado tras exprimirlo al máximo en los montes de Málaga.
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Hay coches que se recuerdan por su motor, otros por su diseño, y unos pocos por lo que significaron en momentos concretos. En el caso del tiktoker @merida.drift, el que más huella le ha dejado no es un deportivo de altas prestaciones ni un modelo de lujo, sino un Mini “hecho de tramo”, como él mismo lo define en su último vídeo viral.
El clip arranca con una afirmación clara: “Sin duda, el trayecto nocturno que recuerdo más que ninguno es la subida de los montes de Málaga”. Y lo dice con la familiaridad de quien ha repetido ese trazado una y otra vez. “Eso lo conozco como la palma de mi mano”, añade entre risas, señal de que aquellas noches al volante dejaron más que humo en el asfalto.
Lo curioso es que no habla de su actual BMW M4, un coche infinitamente más potente y tecnológico, sino del Mini Cooper que conducía antes. “Esa ruta me la recuerdo más con el Mini que con el M4”, confiesa. Un coche modesto, sí, pero que en sus manos parecía estar diseñado para subir puertos de montaña como si se tratara de una competición.
Y es que, como explica, ese Mini estaba “hecho de tramo”. No por su ficha técnica, sino por la forma en que lo exprimía en cada curva, hasta llegar a su límite… y más allá. “Estaba hasta que lo reventé”, admite sin rodeos, lo que deja claro que el pequeño utilitario no sobrevivió a la intensidad de aquellas rutas nocturnas.
Este vídeo ha despertado la nostalgia de muchos de sus seguidores, que también recuerdan su primer coche o el más “quemado” de su juventud. No todos los coches se miden por los caballos que declaran, sino por las emociones que provocan.
Y en este caso, el Mini, humilde y fiel, se ha ganado su lugar en el podio de la memoria del conductor. Porque hay coches que se quedan en el garaje, y otros que se quedan, para siempre, en la cabeza.