Un perro triste en un coche

Un perro triste en un coche Nicolas Jooris-Ancion

Mascotario

Las señales de estrés de los perros durante un viaje: causas, síntomas y remedios

Comprender cómo se manifiesta el malestar en un desplazamiento es fundamental para garantizarles seguridad, bienestar y tranquilidad.

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El verano ha llegado ya y todos los que tienen mascota saben lo que significa viajar con ella. Más allá de ser una experiencia maravillosa, también esconde muchas dificultades y complejidades.

Muchos perros muestran signos evidentes de estrés durante los desplazamientos, especialmente si no están acostumbrados o si el entorno es nuevo e impredecible. Lo que para nosotros puede ser un momento de ocio, para ellos se puede convertir en una fuente de malestar físico y emocional.

Comprender las señales de estrés durante un viaje, sus causas y sus remedios, es fundamental para proporcionar bienestar a tu mascota. Viajar con seguridad y tranquilidad permitirá reducir las situaciones complicadas.

Aquí encontraréis una guía que os ayudará durante todas estas situaciones difíciles que, con más probabilidad, se os plantearán este verano. Las causas, los síntomas más frecuentes y los remedios más eficaces para ayudar cada cuidador a viajar de forma responsable con su animal.

Causas principales

La principal causa de estrés que sufren los perros viajando es el cambio de entorno. Los caninos son animales de hábitos. El hogar representa, para ellos, una base segura.

Cuando se les traslada a un lugar desconocido, ya sea un coche, un hotel o una nueva casa, pueden sentirse desorientados. Los ruidos, los olores y la disposición de los espacios contribuyen a generarles ansiedad.

Un perro desorientado durante un viaje.

Un perro desorientado durante un viaje.

Además, muchos perros sufren el movimiento, sobre todo aquel del coche o del avión. Las vibraciones, los frenazos bruscos o el ruido del motor pueden causar náusea e inestabilidad.

Sin embargo, a influir en su estrés está también otro factor relevante. Cuando un perro percibe que su rutina se interrumpe, puede generar ansiedad por separación o miedo a lo desconocido.

Es normal que muchos perros asocien el desplazamiento con experiencias negativas, como una visita al veterinario o un abandono. Además, durante el viaje el animal está expuesto a una multitud de estímulos desconocidos.

Nuevos ruidos, nuevas personas, el cruce frenético de eventos los desestabiliza fácilmente. Esta sobrecarga sensorial es una causa muy común de estrés, sobre todo cuando el viaje se hace muy largo y pesado.

Señales de estrés 

Después de tomar consciencia de las posibles causas que pueden provocar estrés en los perros mientras viajan, es fundamental saber cómo se manifiestan. Comprender el lenguaje corporal de esos animales es el punto de partida para su bienestar.

Los síntomas son las formas en que el perro comunica con nosotros su malestar. Detectarlos a tiempo es importante para prevenir situaciones de riesgo o traumas duraderos.

Las señales físicas más comunes son:

  • Temblores o agitación corporal: el perro sacude el cuerpo o las patas, está tenso, no logra relajarse.

  • Respiración acelerada o jadeo excesivo, incluso en ambientes frescos.

  • Salivación abundante o babeo: señal típica de náuseas o ansiedad.

  • Diarrea o vómitos: frecuentes en perros muy sensibles al transporte.

  • Micción o defecación involuntaria: en casos extremos, el miedo puede provocarlas.

  • Comportamientos inusuales.

  • Ladridos o quejidos sin motivo aparente.

  • Intentos de escapar o esconderse.

  • Rechazo de comida o agua.

  • Rigidez postural o movimientos repetitivos (como caminar de un lado a otro).

  • Lamido excesivo de patas o del hocico.

  • Evita el contacto visual o se acurruca en un rincón.

Remedios y soluciones eficaces

Una de las estrategias más efectiva es acostumbrar al perro poco a poco al viaje. Empieza con trayectos breves en coche, asociados con experiencias positivas como premios, paseos y juegos.

Aumenta gradualmente la duración y la complejidad del trayecto. Pero nunca te olvides de darle premios y de llevar su juguete favorito. Esto puede ser parte del proceso de desensibilización.

Un perro atado con cinturón de seguridad al asiento del coche.

Un perro atado con cinturón de seguridad al asiento del coche.

Este consiste en exponer al perro, de forma gradual y controlada, al estímulo que le genera estrés (el coche, la maleta, el ruido del motor), siempre asociándolo a experiencias positivas. Así aprenderá que “no hay nada que temer”.

Este proceso puede requerir semanas o meses, pero su efecto es duradero y natural. Además, antes de salir, chequea la lista de las cosas útiles que necesitarás para viajar:

  • Transportín o cinturón de seguridad adecuado.

  • Un objeto familiar (manta, juguete).

  • Agua y comida accesibles.

  • Kit de primeros auxilios para emergencias.

  • Documentación sanitaria del perro.

En casos de estrés agudo o de ansiedad crónica, acude a un veterinario. Este puede recetar ansiolíticos que ayudan a calmar durante el viaje, antieméticos para evitar náuseas y vómitos y sedantes suaves para disminuir la actividad del sistema nervioso central.

Aunque pueda ser un remedio necesario, recuerda que no todos los perros reaccionan igual a los medicamentos. Nunca automediques y siempre confía en la supervisión médica.

Consejos prácticos

El estrés varía según el medio de transporte, no se manifiesta de la misma forma que en coche, tren, avión o barco. Cuando se viaja en coche, detente cada 2-3 horas para que el perro pueda caminar y hacer sus necesidades.

Evita darle de comer justo antes del viaje, mantén el coche fresco y bien ventilado. Sufriendo mucho el calor, los perros necesitan una circulación de aire constante.

Háblale con voz tranquila: tu tono influye en sus emociones. No abras la ventanilla de golpe si va suelto, podría asustarse o saltar. Cuando se viaja en tren o avión es fundamental informarse sobre las normas de la compañía, ya que algunas exigen transportines homologados.

Un perrito con gafas viajando en una maleta.

Un perrito con gafas viajando en una maleta.

Puedes acostumbrarlo al ruido con grabaciones antes del viaje. Elige horarios con menos afluencia, si es posible, para reducir estímulos. En hoteles o alojamientos, es recomendado llevar objetos familiares que lo ayuden a adaptarse.

No lo dejes solo nada más llegar: explora con él el nuevo espacio y respeta sus tiempos de adaptación. Recuerda también que cada perro es único, pero hay algunos más vulnerables que otros:

  • Perros muy jóvenes o mayores.
  • Razas sensibles (Border Collie, Caniches, Pastores Alemanes, Galgos).

  • Perros adoptados recientemente o con pasado traumático.

  • Perros hipersensibles a estímulos sonoros o visuales y los perros con enfermedades crónicas (como problemas gastrointestinales).

El estrés por viaje en los perros es una reacción real e intensa ante situaciones desconocidas que perciben como amenazantes. Como cuidadores, es nuestra responsabilidad reconocer los signos, entender las causas y aplicar estrategias eficaces.