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Con la llegada del calor aumentan los trastornos alérgicos debido a los cambios en los hábitos alimentarios, el mayor consumo de productos fuera del hogar o la exposición prolongada a elementos de la naturaleza. Por ello, expertos de Vithas insisten en los riesgos que esto conlleva.

Las alergias son una de las enfermedades crónicas más frecuentes en todo el mundo, y su incidencia ha ido en aumento en las últimas décadas, según aseguran a través de un comunicado.

Según la Organización Mundial de la Alergia (WAO), más del 20% de la población mundial sufre algún tipo de trastorno alérgico, siendo especialmente sensibles los niños, adolescentes y las personas con determinados antecedentes familiares.

Durante esta estación también influyen en este tipo de patologías el calor, la exposición al sol, el uso más habitual de medicamentos o el contacto con insectos, ya que pueden desencadenar reacciones alérgicas de diversa gravedad.

En este sentido, Clara Pérez Padilla, jefa del Servicio de Alergología del Hospital Vithas Xanit Internacional, sostiene que con la llegada del calor aumentan las consultas por reacciones alérgicas a las picaduras de mosquitos, que en algunos casos pueden ir más allá del picor habitual.

Por ello explica que algunas personas desarrollan reacciones locales extensas con inflamación, dolor o incluso febrícula, y en niños es frecuente el prurigo, una erupción generalizada que puede dejar marcas durante semanas.

“Para aliviar los síntomas, se recomienda aplicar hielo y, tras consultar con un especialista, usar corticoides tópicos y antihistamínicos orales. En casos más graves, puede ser necesario recurrir a antiinflamatorios o antibióticos” sostiene la especialista.

En cuanto a las alergias a medicamentos, José Manuel Barceló, alergólogo del Hospital Vithas Málaga recuerda que “las reacciones alérgicas a medicamentos son una causa frecuente de consulta médica, especialmente en servicios de urgencia”.

Los fármacos que suelen provocar alergias son los antibióticos, como la penicilina y sus derivados, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) y algunos anestésicos locales. “Los síntomas pueden ir desde urticaria y picor hasta reacciones más graves como el shock anafiláctico”, según Barceló.

Durante el verano, las alergias a medicamentos pueden aumentar debido al uso más frecuente de ciertos tratamientos como los antibióticos para infecciones cutáneas, o los antiinflamatorios tras picaduras o lesiones deportivas.

“Para prevenir complicaciones, es fundamental no automedicarse, informar siempre al médico de posibles antecedentes alérgicos y consultar siempre con un alergólogo si se ha sufrido alguna reacción previa”.

Por su parte, Jesús Garrido, pediatra especializado en alergología infantil al frente de esta consulta en Vithas Granada, señala la importancia de un enfoque integral en el tratamiento de las alergias en niños basado en la inmunomodulación.

"La inmunomodulación se presenta como una estrategia clave para equilibrar la respuesta del sistema inmunológico alterado por diversas causas. A través de modificaciones en los hábitos de vida, como mejorar la exposición a la naturaleza, reducir el estrés, optimizar la calidad del sueño y ajustar la alimentación evitando azúcares, se puede conseguir una regulación efectiva del sistema defensivo. El uso de probióticos y algunos medicamentos inmunomoduladores también son de utilidad en este sentido”, explica.

Desde el Hospital Vithas Almería, José Luis Esteller, nutricionista del centro pone el foco en las alergias alimentarias, un tipo de patología que tiende a incrementarse durante los meses de verano debido a cambios en los hábitos alimentarios y al mayor consumo de productos fuera del hogar.