El crecimiento de la capital de Málaga se extiende como una gota de tinta en un vaso de agua. Tan lleno de requiebros como de certezas y filfas, de grandes hechos y pequeños sucesos que son los que configuran la historia pedacito a pedazo, como bien saben los responsables de Historia de Málaga, de cuyo perfil hemos sacado gran parte del material gráfico y documental para el siguiente artículo.

Una de estas historias es la de Cruz del Humilladero, un barrio que nace en torno a una cruz que señalaba uno de los accesos de entrada y salida de la ciudad y que era el punto de partida de distintos caminos que enlazaban con otras localidades como Churriana, Cártama, Benalmádena o Álora.

No era la única cruz de estas características que había en Málaga, aunque ésta es la única que se conserva en la actualidad en la plaza que lleva su nombre. Y es que eran cuatro las que existían, tantas como caminos reales partían de la ciudad: a Granada, a Vélez-Málaga, a Antequera y hacia Cártama. Y eran las cruces de Zamarrilla, la de Huerta del Acíbar, la que existía cerca del Santuario de la Victoria y la de La Caleta.

Sin embargo, adelantamos, la actual cruz de Cruz del Humilladero no es la original, sino, según los estudiosos, la que estaba destinada al Compás de la Victoria.

El origen de las señales

Al comienzo de su génesis, que nació en el Reino de Aragón en el siglo XIV, estas cruces no eran conocidas con el nombre de humilladeros y no sólo se encontraban en las entradas y las salidas de las poblaciones, sino también en las afueras o en zonas poco habitadas, en caminos vecinales o entre las huertas y las villas.

También se erigían dentro de las urbes, si bien es cierto que estas últimas no eran consideradas humilladeros o cruces de término.

Levantadas sobre un gran pilar, las cruces de humilladero se convirtieron también en puntos donde se ejercía la justicia pública.

En la ciudad existían cuatro cruces de humilladero. Historia de Málaga

Pasando los años, hasta la segunda mitad del siglo XIX, el barrio de Cruz del Humilladero seguía siendo parte del extrarradio de Málaga, aunque es entonces cuando comienzan a construirse las primeras viviendas y el crecimiento del barrio, en torno a la cruz, configura el actual panorama urbano del enclave que explota en la década de 1970 cuando los bloques de viviendas reemplazan a las antiguas casas.

Y como eje vital, su plaza con su cruz. Localizada, como hemos referido, en el cruce de los caminos reales que provenían de Cártama y de Churriana, desde este punto parte el Paseo de los Tilos y que, cruzando el arroyo del Cuarto, desembocaba en la Puerta de San Andrés donde se controlaba el paso de viajeros y mercancías.

Por esta puerta se accedía al camino que llevaba al Puente de Santo Domingo para entrar en la ciudad amurallada y restos de este entorno aparecieron cuando se realizaron los trabajos del Mercado del Carmen y se pueden apreciar en la plaza de la Libertad.

La cruz que se trasladó

El monumento de la Cruz del Humilladero es muy sencillo y alcanza una altura de poco más de cinco metros. Pero, aunque como hemos escrito, es la única de estas señales que sobrevive en Málaga, no es la original de la zona.

Según el archivo histórico de Málaga, la investigación sobre el barrio que llevó a cabo Juan Manuel García Manzano le condujo a un contrato fechado el 28 de abril de 1596 que fue firmado entre los canteros malagueños Joan Carrasco y Fernando de Cestona y los frailes de la Orden de los Mínimos del convento de la Victoria. Mediante aquel acuerdo los canteros harían una cruz de piedra que se colocaría en los alrededores del Compás del Monasterio de la Victoria.

Y casi todas las condiciones fijadas en el contrato se cumplen en la cruz de Cruz del Humilladero. Por lo que la hipótesis es que, probablemente, la cruz encargada a Carrasco y Cestona, y que debió estar en los alrededores de lo que hoy es el Santuario de la Victoria, al final se instaló en el Humilladero.

El misterio de la cruz de Cruz de Humilladero puede que nunca sea resuelto.

El motivo no está claro. Podría ser porque Humilladero enlazara con el camino real de Cártama, que a su vez lindaba con las huertas de las que también eran propietarios los frailes mínimos.

O bien pudo ser reubicada durante la desamortización de Mendizábal en 1837 en la que desaparece el Compás del Monasterio y toma forma la calle que conservará el nombre, y en la que se recolocó en sustitución otra antigua cruz que tuvo que ser reparada.

O incluso pudo ser cambiada de lugar cuando se inició la construcción del Camino Nuevo en 1868.

En cualquier caso, un misterio del pasado, cuya resolución sólo podría responder la cruz de Cruz de Humilladero, el silencioso vigilante de piedra del barrio.