El proceso de sanación y cura de una de las chimeneas industriales más antiguas de Málaga ha empezado. Después de que el Ayuntamiento adjudicase los trabajos a mediados del pasado mes de julio, ya es visible el avance en la operación de rehabilitación de la chimenea Cros, localizada en el mismo paseo marítimo Antonio Banderas.

La estructura, de 39 metros de altura, se encuentra ya rodeada por un aparatoso andamiaje, necesario para que los operarios de la empresa Apimosa, a la que se ha hecho el encargo, desarrolle los trabajos de restauración necesarios. La actuación tiene un plazo completo de unos 18 meses y un coste de 383.000 euros.

La intervención busca reparar y poner en valor la chimenea de la fábrica de ácido sulfúrico de la Cros. En base a la información obtenida tras un estudio profundo sobre su estado, se ha concluido la necesidad de reparar y tratar las patologías detectadas, colocar flejes de acero galvanizado tensado y reforzar el acceso inferior.

Al tiempo, se instalará un sistema global de iluminación que incluye reflectores, franjas de led y luminarias puntuales en hornacinas; un sistema de evacuación para aguas pluviales; un pararrayos en coronación; y un nido para halcón peregrino en coronación con todos sus requerimientos necesarios.

Imagen del andamiaje ya instalado en la chimenea de la Cros.

Esta chimenea forma parte del legado industrial de una ciudad que, gracias a una situación económica favorable, fue una de las más pujantes en el escenario nacional. La antigua capital destacaba por su especialización en siderurgia y altos hornos, ferrerías, metalurgia, industria textil, sector vinícola, harinero, azucarero, del aceite, del ladrillo o fabricación de abonos. Y dentro de este conjunto, una pieza relevante era la Fábrica de Ácido Sulfúrico La Trinidad, creada como apoyo a la fábrica de Petróleo La Concepción, fundada en 1884 para el refinado y destilación del petróleo. 

Un proceso en el que era indispensable la utilización de ácido sulfúrico. Esto hizo que fueran segregados 12.583 metros cuadrados de la finca matriz de La Concepción para crear la Sociedad La Trinidad. Su finalidad estaba clara: producir el ácido sulfúrico necesario para el proceso. 

Con el paso de los años y como consecuencia de los cambios en la demanda de productos y de titularidad, la fábrica quedó centrada en la producción de abonos artificiales, solicitados por el sector agroalimentario. Su peso fue en crecimiento, beneficiándose de la posición estratégica de Málaga por su cercanía a Huelva, de donde procedían las piritas, y al norte de África, de donde llegaban los fosfatos.

Esto llevó en 1905 a la Unión Española de Explosivos a configurar un auténtico complejo químico en la zona. "En 1909 la Cros es la empresa que se hace cargo de las instalaciones hasta que, ya iniciada la década de 1920, es absorbida por la empresa Vasco-Andaluza de Abonos, que la explotará hasta su cierre en 1969", se refleja en la memoria del proyecto de rehabilitación.

Pero de todo este complejo fabril solo ha llegado hasta la actualidad la chimenea y un cuerpo edificatorio adyacente. La chimenea cuenta con grado de protección integral, de manera que es objeto de obligado mantenimiento.