Málaga

Se ha hecho esperar pero al fin ha llegado el momento esperado por los vecinos del distrito Bailén-Miraflores, en Málaga capital. El Ayuntamiento pone en marcha el proceso de contratación para la necesaria reforma del mercado del barrio, inaugurado en el año 1964 y que, tras más de 50 años, necesita urgentemente una intervención de calado.

La operación diseñada por el área de Comercio tiene un coste cercano a los 2,3 millones de euros (IVA incluido), siendo el plazo de desarrollo de los trabajos de 12 meses. Las empresas interesadas en hacerse con este contrato tienen hasta el 16 de agosto para presentar sus propuestas.

"El mercado se halla en una situación complicada", reconocen los responsables del proyecto, que admiten el "decaimiento" que viene afectando en los últimos años a los mercados municipales por la situación económica actual y la mayor oferta de comercios y grandes y medianas superficies. 

Diseño de la plaza de restauración prevista.

En el caso del zoco de Bailén, se detecta una disminución en su flujo comercial, aumentando el número de bajas de puestos ocupados. Es por ello por lo que los responsables municipales hablan de la necesidad de plantear nuevas fórmulas que permitan revitalizar estos edificios.

Con este fin, se plantea reubicar los puestos que quedan en uso y que se encuentran dispersos a ubicaciones vacantes, concentrándolos para poder agrupar los puestos sin uso en zonas y darles usos alternativos.

¿Cómo? La idea es crear una zona de restauración y/o de relación social entre el vecindario "enfocando el mercado como un punto de encuentro y de interacción social generando un flujo de usuarios que potencie a su vez la actividad comercial de los puestos".

A esto se suma la apuesta por "realzar" la presencia del zoco en el propio barrio dándole un "aspecto más moderno y destacándolo entre los edificios medianeros, de 9 plantas de altura". "De los 121 puestos que hay actualmente hay 35 sin actividad", se destaca.

Nuevo aspecto de la fachada principal del mercado.

Con la nueva distribución se configura un espacio diáfano tras la fachada principal con 280 metros cuadrados. Será este punto donde se ubicará el área de restauración, "abriendo la fachada principal con grandes ventanales hacia la calle para dar luz al interior y permitir las vistas". 

En la zona se situarán dos quioscos para restauración que albergarán los dos bares de los que actualmente dispone el mercado. Para evitar la reverberación del sonido, se ha proyectado una pérgola con lamas de fonoabsorbentes fabricadas con material reciclado que atenuará y acondicionará acústicamente la nueva plaza interior. 

El otro espacio diáfano se ubicará en una zona más cercana a las entradas por la calle Natalia y será de uso polivalente para diferentes actividades del mercado, incluso del barrio, "potenciando así la ampliación de los horarios de uso del propio mercado". La idea es que sea "un espacio versátil, a modo de plaza, con mobiliario de madera, combinando jardineras con bancos, que puedan ser trasladados en el caso de utilizar el espacio para eventos diferentes al uso diario". 

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