El exitoso modelo de Málaga no sólo es replicado en ciudades localizadas a cientos de kilómetros, sino también en un entorno mucho más cercano. Es el caso de Fuengirola, que desde hace años trabaja en la idea de copiar la fórmula ya explotada en la capital de la Costa del Sol de conquistar el espacio portuario para implantar usos claramente ciudadanos como el comercial.

Málaga, sin duda, es referente en este aprovechamiento de terrenos tradicionalmente cerrados a los ciudadanos. Y ahora pretende serlo también Fuengirola, que viene trabajando en un ambicioso proyecto que, de hacerse realidad, supondrá una inversión próxima a los 90 millones de euros en la transformación de su puerto.

El origen de esta apuesta por la ampliación del puerto deportivo fuengiroleño hay que encontrarlo en el año 2007, cuando la Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) puso sobre la mesa una primera propuesta. 16 años después la operación sigue pendiente de quedar resuelta desde el punto de vista administrativo. De hecho, actualmente se encuentra sometida a exposición pública dentro del expediente de autorización evaluación ambiental unificada a la que se tiene que someter. 

Momento más que apropiado para conocer los detalles de esta gran intervención municipal, con la que no sólo modernizar y ampliar las instalaciones, sino también dar respuesta a "una necesidad ineludible para el desarrollo económico y social" de la localidad. A juicio de los responsables municipales, es una "oportunidad única y de gran magnitud para incardinar una ordenación urbana, lógica y potente, de su frente urbano". 

Conforme al proyecto básico objeto de la actual evaluación, el puerto deportivo de Fuengirola pasaría a disponer de un millar de puntos de atraque, uno de ellos con capacidad para acoger una embarcación de hasta 160 metros de eslora. Esto supone un salto exponencial respecto a la capacidad actual.

Imagen del puerto de Fuengirola.

Pero a este elemento destacado hay que agregar el impacto que la ejecución de este proyecto tendrá sobre la ciudadanía. El plan de acción contempla generar una gran plaza pública de unos 26.000 metros cuadrados en la explanada de ribera, que quedaría conectada con el paseo marítimo. 

Esto lo convierte en un espacio idóneo para implantar actividades públicas diversas, caso de canchas deportivas, paseos, juegos infantiles, y para la celebración de actos multitudinarios como conciertos, exhibiciones… Bajo esta plaza se proyecta un aparcamiento con capacidad para unas 700 plazas. 

En el borde norte del puerto, correspondiente al antiguo contradique, es donde se concentra la mayor parte de la zona comercial y de ocio del puerto en edificaciones de 2 o 3 alturas. El acceso directo desde el paseo marítimo y su proximidad al aparcamiento central subterráneo de la zona de ribera "promueven su uso y su éxito comercial". De hecho, se maneja incluso la posibilidad de permitir un techo de unos 20.000 metros cuadrados de uso comercial.

Es en el lateral sur donde se habilitan nuevas explanadas ganadas al mar para concentrar actividades de menor relación e interés para los visitantes como las relacionadas con la pesca y las reparaciones náuticas. 

"Con la configuración proyectada se establece una conexión directa y abierta entre el paseo marítimo Rey de España y la plaza pública haciendo posible que, desde su borde se pueda tener vista directa sobre las dársenas de embarcaciones recreativas y, por encima del dique avanzado, sobre el horizonte marino", se indica en el documento.