Cuatro de marzo del año 2083. Ha muerto un importante capo y ahora el distrito que controlaba ha quedado descabezado. Los cuatro protagonistas se encuentran con un vendedor de droga junto a la escena del crimen: junto a la figura del difunto, una serie de pistas virtuales para averiguar la verdadera naturaleza del suceso.

Armados con sus gafas de realidad extendida y rodeados por actores reales con los que interactuarán, los protagonistas tendrán que hackear cámaras de seguridad, convencer a un jefe mafioso de que les entregue un arma o recuperar una cinta de vídeo sexual BDSM del gobernador de la ciudad con una meretriz. Se trata de The Black Stage, un experiencia inmersiva estrenada este fin de semana en Málaga que fusiona teatro, videojuegos y realida aumentada, y cuyo argumento es una "perversión distópica" de El Mago de Oz.

El objetivo es que los participantes se sientan dentro del juego virtual, que sean protagonistas de una aventura para la que tienen que interactuar con las estancias y los actores, con toques que también recuerda al pasaje del terror, las salas de escape o escape room e incluso los clásicos libros de Elige tu propia aventura.

La directora teatral de la compañía Stroke114, Belén Santa-Olalla, explica que siempre han tenido ese interés en el teatro "experiencial, inmersivo", pero esto supone "ir un poco más lejos" e "intervenir más con gamificación". Con esa integración de aspectos del mundo del videojuego, aspiran a llegar a un "público diferente".

The Black Stage se ha estrenado bajo inscripción este fin de semana en el festival de cultura popular FreakCon, celebrado en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga (Fycma). Una fusión entre "lo físico, efímero e irrepetible" del teatro con "lo digital, personalizable y escalable" del mundo digital -según lo califica Santa-Olalla- que ya piensa en extrapolarse a cualquier otro espacio.