Demófilo Peláez Sebastián Sánchez

Los derechos de traspaso de El Tintero, icónico restaurante malagueño situado en la barriada de El Palo, serán sometidos a subasta el próximo 24 de noviembre de 2021 a las 10:00 horas por deudas con la Seguridad Social; salvo que ese pago sea saldado de última hora por el dueño del establecimiento.

Así lo explica la Tesorería General de la Seguridad Social en un edicto remitido al Ayuntamiento de anuncio de subasta de bienes muebles (derechos de traspaso) a nombre de Eduardo de la Torre Caparrós, propietario de El Tintero, para que sea expuesto en el tablón de anuncios de la alcaldía.

El documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL de Málaga, señala que esos derechos de traspaso están tasados en 246.758,36 euros. Las ofertas deberán presentarse en sobre cerrado, conforme el modelo oficial establecido, hasta un día hábil antes de la subasta; en este caso, el martes 23 de noviembre.

"La subasta se suspenderá en cualquier momento anterior a la adjudicación de bienes si se hace el pago de la deuda, intereses, recargos y costas del procedimiento", señala el texto, que prevé por tanto la cancelación del proceso si el propietario de El Tintero salda el débito antes de la fecha estipulada.

Además, "al deudor le asiste el derecho a presentar tercero que mejore las posturas hechas en el acto de la subasta", destaca el documento.

Desde el establecimiento transmiten un mensaje de tranquilidad. El propio Eduardo De la Torre, alias Nono, lo explica a este periódico por conversación telefónica: "Hay deudas, pero siempre llegamos a un acuerdo", dice, tras preguntar en qué consiste exactamente el anuncio.

De acuerdo con este icónico paleño, descendiente de la familia fundadora del mítico restaurante, es el gestor del negocio quien lleva esos asuntos económicos y él queda más al margen; no obstante, durante la conversación no expresa preocupación alguna al respecto.

El Tintero es uno de los chiringuitos -o merenderos, como se les conoce en la zona- más icónicos y reconocibles de El Palo, barriada cuna de algunos de los platos más reverenciados de la gastronomía marinera malagueña. Su particular servicio, en el cual los platos justamente se subastan a viva voz para que los clientes los pidan levantando la mano, le convierte en una parada ineludible para visitantes y locales.

No obstante, la pandemia del coronavirus y las restricciones de movilidad que ha conllevado ha castigado con dureza a muchos negocios que trabajan de cara al público y, muy especialmente, a aquellos que reciben gran parte de sus ingresos por el turismo.

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