El Málaga CF no terminó de encontrarse en el césped el pasado sábado en el partido contra el Real Madrid Castilla, que llegó a Martiricos con la lección aprendida de cómo frenar a un equipo que hasta ese día había estado intratable en su estadio, donde gobernó los partidos con autoridad salvo la segunda mitad contra el Melilla. Y en ese dominio, siempre era un ciclón de salida. Con los cadetes blancos, la película fue bien distinta. 

El equipo de Sergio Pellicer no pudo repetir el arranque se vio en La Rosaleda en los partidos contra el Recreativo Granada, el San Fernando y el Melilla, en los que pudieron dejar el choque cerrado antes del descanso. Fue entonces un Málaga en el que Kevin desbordaba y desbordaba, Roberto aparecía en todas las partes del área, Larrubia era un puñal desde la derecha y los laterales llegaban y llegaban a la línea de fondo. 

Poco de eso pudo hacer el Málaga el sábado, salvo algunas llegadas de los laterales que fueron bien defendidas por la zaga rival. La razón, el Real Madrid Castilla planteó una presión en todo el campo para ahogar al Málaga, que sin Sangalli en la creación perdió a un hombre capaz de con la conducción adelantar los metros del equipo.

Además, había una premisa clara, Vinicius Tobias, lateral derecho, no tenía que dejar respirar a Kevin, que siempre recibió la pelota sin opciones de encarar a su par, siempre pegado al malagueño, que no le quedaba otra que retener la pelota de espaldas. Al Málaga le costó encontrar también entre líneas a Dioni, un canalizador de juego en los últimos metros y también en líneas de creación. 

El Málaga, una vez neutralizado en el primer tramo del partido, cuando siempre se desata, esta vez no supo cómo meterle mano al Castilla. Fueron pocas las ocasiones claras, una de Roberto rematando de espaldas a la portería y una acción de estrategia rematada por Kevin. En la segunda mitad, otro tiro lejano del canterano y el último disparo de Dioni desde la frontal del área. 

Tras la mala segunda mitad contra el Melilla, llegó esta versión gris de un equipo atascado en ataque que se quedó sin meter un gol por primera vez en toda la temporada. Ahora tiene por delante un mes de noviembre complicado, con el derbi contra el Antequera como antesala el próximo domingo. Tiene que volver a encontrar las vías del gol.