Tan amado como odiado, sería imposible negar el talento y la personalidad de Spike Lee en el séptimo arte. Y es que es difícil no haber disfrutado de películas como la explosiva y literal Haz lo que debas, la valiente Fiebre salvaje, el genial ejercicio de cine de Malcolm X o la sobresaliente Clockers, que iba a ser dirigida originalmente por otro neoyorkino de renombre: Martin Scorsese. Podríamos seguir y seguir en una filmografía transgresora, valiente y personal. Por supuesto, también picajosa.
Del cielo al infierno (titulada Highest 2 Lowest en el país de las barras y las estrellas) significa la esperada vuelta del tándem formado por Lee y Denzel Washington y que tuvo en la mercenaria Plan oculto su última colaboración. Una cinta notable en su revisión, dicho sea de paso.
Y el anticipado largometraje no decepciona en absoluto, con un Lee que comienza moderado y que poco a poco va mostrando sus tics como director. La película es un drama familiar, una cinta de acción, una reflexión sobre el capitalismo y una carta de amor a la música negra. Es difícil dilucidar en qué orden es cada cosa, aunque tampoco importa.
Por supuesto, el principal motor de la película es el magnetismo impoluto de Washington, aquí un gran ejecutivo discográfico cuyo hijo es raptado. Como era de esperar, hay varios e imprevisibles giros de guion que nos mantendrán pegados al sofá entre una colorida Nueva York, diálogos interesantes, la publicidad explícita a Jordan y el duelo interpretativo con el siempre eficiente Jeffrey Wright. La aparición de A$ap Rocky es un simple gancho al público (relativamente) joven.
Una cinta estimulante y diferenciadora que vuelve a demostrar por qué nunca hemos dejado de hablar de Spike Lee, aún con sus (pocos) altibajos. Del cielo al infierno es luminosa, divertida, rítmica, colorida, étnica y sus más de dos horas de duración se pasan volando.
Eso sí, el aviso a navegantes es que aquí estamos en una película de Lee y no en un largometraje de Antoine Fuqua con Washington, con lo que debemos aceptar que la cinta incluye las características de su cine. Hay mensaje social, hay cierta política encubierta (ese póster de Harris), hay cámaras grúa, monólogos mirando a cámara y travellings.
Notable alto para la vuelta del de Brooklyn y el de Mount Vernon.
